McLaren reconoce que el 750S puede haber sido su último superdeportivo térmico

La electrificación de la industria del automóvil es un hecho. Todos los fabricantes han de adaptarse a ello más tarde o más temprano independientemente de su historia o del cliente al que quieran alcanzar. McLaren no escapa de esta tendencia, hasta el punto de reconocer que el 750S puede ser el último superdeportivo que hayan lanzado con un motor de combustión tradicional.

Las palabras que sugieren este cambio de tendencia son de Charles Sanderson, máximo responsable tecnológico de McLaren, si bien no ha querido pillarse los dedos del todo. "Nunca me comprometeré formalmente, pero creo que es probable que el actual sea el último V8 de producción en serie no electrificado que cumpla con las regulaciones a nivel mundial con respecto a la combustión interna. Nos encantaría mantenerlo porque hay algo especial en la combustión interna y hay un mercado para ello. Lo disfrutamos y creo que a los clientes les encanta", ha dicho Sanderson en Car Sales.

El lanzamiento del McLaren 750S, cuyas diferencias con su predecesor, el 720S, no son dramáticas, deja clara que la estrategia de la marca respecto a la electrificación va con algo más de calma que la de rivales como Ferrari y Lamborghini. Ahí están rivales del 750S como el 296 GTB o el reemplazo que está por presentar el Huracán, ambos hibridados.

En lugar de lamentarse por esta obligada despedida de los motores de combustión puros, Sanderson ha querido ver el vaso medio lleno y reconocer las ventajas que aporta la hibridación. "Hay enormes ventajas en los motores híbridos y por eso desarrollamos en su día el P1 y más recientemente el Artura. El 750S es una experiencia de conducción muy pura. Tenemos muy claro la exploración de otras opciones motrices, y estamos tratando de encontrar en ellas lo que realmente atrae a los conductores".