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¿No puedes esperar 4 años a tu Koenigsegg? Tranquilo, hay solución

Se trata de un vehículo con motor V8 de 1.140 caballos de potencia

Su precio en el mercado de segunda mano supera al original en sólo 6 años

Javier Montoro

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14 Ago 2017 - 19:26

Si hoy desearas comprar un Koenigsegg, tendrías que esperar un mínimo de 4 años a que el propio Christian von Koenigsegg te lo entregara en su pequeña fábrica de Ängelholm, un pequeño municipio al sur de Escandinavia. Al fin y al cabo, sólo fabrican dos decenas de hiperdeportivos cada año.

Cierto es que la marca sueca está trabajando para reducir los tiempos de espera en más de un 50%, pero se trata de un proceso artesanal y detallista donde sólo unos cuantos trabajadores cuidadosamente seleccionados pueden trabajar de forma intensiva y sobre una única 'línea' de producción –concretamente, 50 empleados–.

Sin embargo, como casi todo tiene solución, por primera vez en el mercado de segunda mano hay Koenigsegg Agera R que busca dueño y es nada menos que la primera unidad de 18 que salió de Ängelholm y que se presentó en el Salón del Automóvil de Ginebra de 2011, es decir, un vehículo insólito dentro de lo exótico de su fabricante.

Al parecer, esta unidad no salió de Suiza, ya que un comprador que paseaba por el famoso motorshow que tiene lugar cada primavera quiso comprarlo por una suma de dinero escandalosa aunque tuviese que esperar para ello unos cuantos meses. Actualmente, el Agera R No.1 está en venta de la mano de Seaside Cars AG, en Zurich.

La versión R fue la segunda del modelo Agera, que fue introducida después de su producción original –más tarde llegarían las S, RS y One:1–. Contaba con un motor V8 biturbo de 5 litros con unos monstruosos 1.140 caballos de potencia máxima, capaz de acelerar de 0 a 100 en 2,9 segundos y alcanzar 436,8 kilómetros por hora.

¿Y qué hay del precio? Pues bien, este Agera R puede ser tuyo desde 1,6 millones de euros, por lo que su valor no sólo no se ha depreciado sino que ha aumentado en tan sólo 6 años sobre la cantidad de dinero que su dueño inicial tuvo que desembolsar para comprarlo cuando era nuevo.

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