Francia crea el servicio de vigilancia de vehículos y motores, conforme a la nueva directiva europea

La iniciativa responde al mandado que realizó la Comisión Europea, a raíz del famoso escándalo 'dieselgate', que todavía colea. Según la directiva, todos los estados miembros "deben contar a partir del 1 de septiembre de 2020 con un sistema de seguimiento del mercado de los vehículos a motor para transporte de pasajeros y mercancías".

España, obviamente, también tendrá que adecuarse a dicha normativa, que podría además suponer un endurecimiento de las inspecciones de las ITV.

En esencia se trata de verificar que los vehículos que se comercializan cumplen con las reglamentaciones sobre seguridad y medioambiente. Es el Ministerio de Transición Ecológica y Solidaridad francés el que hizo el anuncio, quien añadió que el servicio contará en el país vecino con un presupuesto de cinco millones de euros.

La idea es comprobar las documentaciones de los vehículos y realizar ensayos, así como estudiar las demandas, reclamaciones e informaciones recibidas. Se supone que deben poder tomar de forma aleatoria modelos a la venta para efectuar los ensayos pertinentes.

La potestad de este servicio francés será amplia y va desde las sanciones administrativas de hasta 300.000 euros por motor no conforme a 1.000.000 por vehículo no conforme", pero también ordenar llamadas a reparación, retirar el producto del mercado e incluso ordenar su destrucción. Además, los responsables de las marcas pueden verse sometidos a causa penal con penas que pueden llegar a los 3 años de cárcel.

Potestades que deben tener un efecto disuasorio sobre los fabricantes que estén tentados de introducir alguna 'astucia' para superar los controles. Porque, además, cada año se hará público un informe sobre los resultados de las actuaciones de este organismo. Y a buen seguro ninguna marca querrá ver reflejado en el mismo que comete irregularidades.