Aparece una colección de coches de altos vuelos abandonada en el lugar menos esperado

En el medio oeste de los Estados Unidos, casi como si de una película de vaqueros se tratara, un establecimiento se encuentra en aparente abandono desde 1990. Se trata de un edificio con una fachada curva que, en sus mejores tiempos, fue un concesionario de Buick. Concretamente, entre 1941 y 1990, cuando la concesión se mudó a una ciudad de Iowa. Desde fuera no presenta mayor interés que el de un edificio grande y en desuso, hasta que abres sus puertas y descubres lo que esconde su interior.

Precisamente es lo que han hecho los responsables del canal ‘The Barn Find Hunter’ tras contactar con el actual propietario del local. Una acción que ha sacado a la luz una colección de automóviles como sólo ocurre en Estados Unidos. Escondidos entre muebles y un desorden monumental, coches de lo más exótico pasan sus días mientras acumulan polvo y más polvo.

Medio enterrado por el desorden el primero en aparecer es un De Tomaso Mangusta, el antecesor del famoso Pantera. Un automóvil que nació tras el rechazo de Shelby de fabricar el Cobra en Italia bajo auspicio de De Tomaso y que, según se cuenta, recibió su nombre porque la Mangosta es el único animal del mundo capaz de matar y comer cobras. Un brochazo de ingenio que nunca se confirmó. La unidad encontrada está en perfecto estado de conservación, pero no cuenta con el motor.

La visita al local continúa con el hallazgo de coches como un Jaguar E-Type, un MGC GT o un llamativo Facel Vega. Este último es un automóvil muy exótico tanto por diseño como por su escasa producción, pues se trata de un Facel Vega FVS, cuya fabricación tenía lugar en Francia con motores V8 Hemi de Chrysler y mucho lujo. Fue el modelo más potente y lujoso del fabricante francés y sólo se edificaron 36 unidades.

Pero esto no es todo, ya que estos coches se ven acompañados por otras unidades como un Austin Healey Sprite, más conocido como 'frogeyes' gracias a esos faros circulares y saltones. También hay un MG TD, un perfecto ejemplo del típico roadster inglés, así como un Lamborghini Espada con motor V12. Al final del local, mucho más escondidos pero en el mismo estado de conservación, aparecen un mítico Jaguar E-Type de 1963, un Chrysler Imperial Convertible de 1965 y varias unidades de Jeep entre otras muchas cosas.