Liberty busca en el baúl de los recuerdos: Brindis al sol

Esperaba algo de interés en la presentación de sus planes para la futura F1, pero me temo que Liberty ha presentado una 'hoja de ruta' excesivamente genérica y en algún punto, un poco de brindis al sol.

Es cierto. Cara a 2021 tienen las manos teóricamente libres, sin las ataduras de los contratos actuales o Paco Concordia, como quieran llamarle –aunque cada equipo tiene su propio contrato, con algunas cláusulas comunes a todos ellos– que 'caduca' a finales de 2020. Sobre el papel, Chase Carey y los suyos pueden hacer cualquier propuesta y corresponde a los equipos, a cada equipo, aceptarla o no, seguir con la F1 o bien irse con la música a otra parte o quedarse en casita, según les convenga.

No ha habido sorpresas. Todo va en línea con repetidas declaraciones de Carey o Ross Brawn. El primero tiene claro que para ofrecer espectáculo "dos equipos no pueden ganarlo todo". Y para ello, Liberty quiere imponer un mejor reparto de dinero, que el dinero se gane en la pista…aunque en todo espectáculo, las estrellas tienen unos fijos estelares. Por eso, Carey añade un punto clave: los derechos históricos de los equipos más antiguos, un 'plus' de antigüedad. Primera concesión.

Brawn, que ha sido 'patrón de equipo propio', tiene claro que "los equipos grandes podrían sobrevivir con la mitad de presupuesto y nadie se daría cuenta. Y pese a ello, podríamos gozar de coches sofisticados". 

Brawn cree que el exceso de tecnología es culpable de muchos males de la F1, desde la falta de adelantamientos hasta los costos brutales o la ausencia de nuevos motoristas, algo que desarrollamos a primeros de marzo en este blog, pero también, que se gasta muchas veces en dirección equivocada.

Un tope presupuestario de 150 millones de dólares es el objetivo fijado. Una cifra que hace marear. Un presupuesto a la altura de la chicha de Lionel Messi, de lo que quiere Cristiano Ronaldo o lo que Mercedes ha ofrecido a Lewis Hamilton. 

Precisamente hace unos días se hablaba de una horquilla enre 150 y 200 millones de dólares y parece lógico que como punto de partida, se corte por lo sano, buscando la cantidad más baja para tener margen negociador. Habría que ver las partidas que entran en el baremo. 

Ross Brawn debería recordar muy bien que en 2009, su equipo, sólo un año en la categoría y con doble título, pilotos y constructores, necesitaba ese límite como agua de mayo. Posiblemente Brawn era el equipo con menor presupuesto en la parrilla…menor presupuesto para correr. Pero con un truco: el coste de diseño y desarrollo había sido asumido por Honda el año anterior…entre ellos la idea del doble difusor, que un ingeniero japonés planteó a Ross y que éste aceptó encantado. Sólo que los 'japos' decidieron 'chapar' y Brawn les convenció de que era más barato cederle el equipo y un pequeño presupuesto que cerrarlo y afrontar los despidos.

No lo debería ver muy claro Brawn porque al finalizar el año, vendió el equipo a Mercedes y se quedó de director del mismo. Un negocio redondo.

Ya se intentó antes. Para la temporada 2010. Fue imposible. ¿Recuerdan cuando se pactó una cifra de unos 45 millones de euros –60 millones de dólares– como límite? Fue hace menos de una década y 'se aprobó', dejando fuera de ésta el sueldo de directivos y personal el staff, los pilotos, el hospitality y el marketing y el pago del leasing/venta/alquiler los motores.

Como a pesar de eso, no se llegó al consenso requerido, se busco una fórmula doble. El que quisiera podía optar por libertad y los que se decantaran por el límite, tendrían ciertos beneficios técnicos. Concretamente se habló, entre otras cosas, de un alerón móvil, motores sin limitador de revoluciones por minuto, más horas de túnel de viento, etc.

Al final, agua de borrajas. El problema no es sólo imponer un límite, sino controlarlo y hacerlo cumplir. ¿Se imaginan a la FIA metiendo las narices en las cuentas de Mercedes y el Grupo Daimler, de Ferrari o de Renault y su grupo? Si a buen seguro los inspectores de Hacienda lo tienen complicado, ¡imagínense para la FIA!

En cualquier caso los grandes –que gastaban un 50 o 60% de lo que gastan en la actualidad– se negaron en redondo. Renault y Ferrari afirmaron que se irían. Y al final, al menos a efectos prácticos, todo quedó en agua de borrajas y aparcado en el baúl del olvido.

Por eso Ross tiene claro que "esto va a ser doloroso, pero vamos a conseguirlo". Éste es un acuerdo de mínimos que debe desarrollarse. Y no todos tienen la misma idea de en qué rumbo se debe ir.. es más, quizá haya tantas direcciones como 'negociadores' en la mesa.

Lo que han hecho es 'abrir el melón'. Y ahora hay que ver si está suficientemente maduro como para que los equipos quieran comerlo…o bien lo consideran tan verde que resulta incomestible y deciden tirarlo a la basura y abrir otro.

O sea, hurgar de nuevo en el baúl de los recuerdos.

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