Adiós, Andros, adiós: sin nieve, el trofeo cierra sus puertas

Tras 35 años de historia, con grandes éxitos en muchas temporadas, Max Mamers y sus socios han decidido poner punto final, cerrar la barraca como quien dice. 

Quizás el cansancio haya influido, pero me temo no ha sido eso, ni siquiera el haber pasado a convertirse en eléctrico. La última prueba lo ha demostrado de forma palpable.

El Andros se va por falta de nieve, por esos inviernos plácidos incluso en las alturas alpinas. En suma, por el cambio climático, cuyos efectos se notan en nuestra vida cotidiana. 

Es algo que también conocen bien los organizadores del Rally de Suecia, que cada vez deben buscar los tramos más al norte, cuando no ‘emigrar’ a Noruega o a Rovaiemi.

Las fotos de un Campeonato de Carreras sobre hielo, sin hielo ni nieve, sobre asfalto... En más de una prueba el blanco elemento estaba en mínimos.

Algunos sostienen que esta última prueba se parecía más a un rallycross que una carrera sobre hielo. Como el Montecarlo, que ya no puede ser considerado un rally invernal, sino una prueba de asfalto… y eso que, como han tenido que hacer en Suecia, ha ido más al norte, a buscar más territorio Alpino.

Debo reconocerlo: Mamers y el Andros nos animaron muchos inviernos, cuando no había tantas cosas como ahora. Entre otras cosas porque las figuras francesas no dudaban en participar, a modo de divertimento, pero participar al fin y al cabo, en una tipo de carreras donde estaban más cerca del aficionado.

También debo admitir que los preparadores de estos coches, tanto antes cuando eran térmicos como ahora eléctricos, hicieron una gran labor: cuatro ruedas motrices y directrices, por ejemplo. Chasis multitubular sobre una carrocería que recordaba a la serie, motor central.
Sólo puede decir una cosa, ¡Gracias Max! Fue bonito mientras duró.