COMPETICIÓN

Dakar

Y Rosendo Touriñan encontró su 'Paso de Nega'

Rosendo Touriñan
Rosendo Touriñan
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09 Feb 2024 - 09:30

Durante este Dakar he estado recordando algunos episodios de los Dakar africanos, sobre todo los de aquellos años en los que la prueba era todavía más aventura que carrera o por lo menos tanta aventura como carrera y transformándose poco a poco en competición.

Cuando se hablaba de la navegación en Arabia y de cómo David Castera había conseguido retornar al pasado en el sentido de darle importancia, de Juan Porcar y Rosendo Touriñan con su Nissan Patrol oficial, que lograron encontrar, en 1980, el famoso Paso de Nega.

Ayer, Rosendo encontró el otro ‘Paso de Nega’, ese que nos lleva a traspasar al más allá. Siempre le recordaré, con su hablar calmado, inalterable, inmutable… destilando cordura y pasión. 

Él era ante todo mecánico. Porcar lo eligió para su aventura del Dakar por eso. Porque era un gran mecánico, de los que eran capaces de idear las más ingeniosas soluciones a base de alambre, cinta americana o incluso -como hizo en el Dakar con un escape- una lata de sardinas.

Eran años sin GPS, de brújula y compás y los mapas Michelin de África. El Paso de Nega era un enclave famoso, una duna que ‘escalaba’ el acantilado y permitía subir del valle a la altiplanicie. Era habitual pasar por allí y era habitual perderse entre tantos cañones que parecían desembocar en él, pero sólo uno lo hacía. Incluso cuando se hacía al revés, bajando de la meseta, era asimismo delicado de encontrar.

Aquel 1990, mientras los Peugeot tomaban un camino erróneo y arrastraron a muchos tras sí, Juan Porcar y Rosendo Touriñan, que salían más atrás, eligieron la ruta. Por el camino encontraron a Hubert Auriol, que había comenzado siguiendo a los Peugeot pero había dado media vuelta porque se dio cuenta que la ruta era errónea, parado con una avería.

Juan y Rosendo se pararon. Ayudaron a Hubert a arrancar y continuaron su camino. Era una época en la que los participantes se ayudaban y se paraban. Auriol les siguió y superó con ellos el Paso Nega. Su buggy era más rápido y pudo recuperar parte del tiempo perdido en el extravió para ganar la etapa por muy poco delante de Porcar.

Eran tiempos en los que no había asistencia o al menos los privados no la tenían, así que tener conocimientos de mecánica, saber improvisar con lo que buenamente llevabas en el coche, era vital. Y navegar era importante; también lo aprendió.

Su taller de La Poble de Claramunt, a un paso de Igualada, fue uno de los primeros en especializarse en vehículos 4x4. Muchos ‘dakarianos’ de finales de los 80 e inicios de los 90 confiaban la preparación de sus coches -por entonces la mayor parte próximos a la serie-, reforzados, con algo más de potencia. 

Rosendo ha llegado a la meta de esa carrera que ninguno tenemos ganas de completar, en la que todos firmaríamos abandonar… pero no podemos. Gracias por todo Rosendo.

1 comentarios
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09 Feb 2024 - 13:05
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Vivió haciendo lo que amaba. Poca gente puede decir lo mismo. Gracias, Raimond.

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