Sainz celebra su segundo Dakar: "Es una recompensa merecida"

Después de cuatro abandonos consecutivos por infortunios puntuales, Sainz ha saldado un rally impoluto en el que ha sabido lidiar con la extrema dureza de la prueba, que en esta edición presentaba el recorrido más exigente desde su desembarco en Sudamérica.

Éste ha sido el primer Dakar de Sainz con Peugeot, hecho que ha aportado un punto de emotividad a la jornada por todas las horas de trabajo invertidas en el desarrollo y preparación del 3008 DKR.

"Estoy muy contento. La verdad es que ha sido un Dakar durísimo. Peugeot ya había ganado en dos ocasiones, pero la cantidad de esfuerzo que hemos puesto en este coche estos cuatro últimos años ha sido brutal. Es una recompensa merecida", ha declarado al terminar el día.

Explica que este año se ha planteado el rally con otra filosofía, a pesar de su característica agresividad al volante. Eso le ha ayudado a mantenerse alejado de los peligros, que en más de una ocasión se han cebado con sus rivales.

"Siempre he intentado hacerlo lo mejor posible, pero este rally ha sido muy duro. Al principio pensé que me lo tomaría con un poco más de calma, pero en un par de días apreté bastante y a partir de ahí fue cuestión de no cometer errores".

La meta del Rally Dakar estaba en la ciudad argentina de Córdoba, un escenario que no le era extraño porque fue ahí donde cosechó su última victoria en el WRC. 

"Coincide que aquí gané mi último rally del Mundial, justo aquí en estos caminos, en 2004. Argentina y Córdoba me han vuelto a dar una alegría", ha comentado.

La de 2018 ha sido la última participación de Peugeot en el Dakar en calidad de equipo oficial, lo que deja en el aire la continuidad de Sainz. El madrileño ha esquivado las preguntas sobre su futuro.

"Ahora es momento de disfrutarlo. Ya habrá tiempo de discutirlo. Peugeot se retira y habrá que verlo", ha concluido el campeón del Rally Dakar 2018.