Los conductores españoles tienen graves problemas de visión

Los problemas de visión de los conductores españoles son un hecho. El 29,5% de ellos sufre miopía o hipermetropía, lo que significa que ven borroso o desenfocado, algo que influye en la percepción de las señales de tráfico o en el cálculo de la distancia de seguridad. También existe una gran cantidad de casos en los que el campo visual es más reducido de lo normal, lo que provoca que los ángulos muertos a la hora de cambiar de carril sean mayores, mientras que la escasa visión cuando la iluminación no es perfecta o el elevado tiempo en el que se tardan en recuperar de un deslumbramiento son otros dos problemas muy comunes.

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Las diveras pruebas realizadas sobre una base de 3.000 conductores han determinado que el 38% de los mismos tiene problemas cuando hay poca iluminación. De esta forma, la capacidad de reacción y adaptación es peor de la que debería en momentos como el amanecer o el atardecer, por no hablar de la noche o cuando las condiciones climáticas son adversas. En este sentido, la captación de la profundidad puede llegar a ser siete veces menor, algo que está directamente relacionado con la mayor letalidad de los accidentes de tráfico nocturnos. El 27,5% de los siniestros se producen cuando la iluminación no es perfecta.

Respecto al deslumbramiento, se ha comprobado que el 44,2% de los conductores emplea 20 segundos o más en recuperar la visión central tras una situación así. Según el estudio, a una velocidad de 120 kilómetros/hora eso significa que recorremos hasta 666 metros sin ver adecuadamente.

También se ha analizado la campimetría, o lo que es lo mismo, la extensión del campo visual del ojo de 45 a 100 grados. En este sentido, el 23,5% de los conductores españoles tiene deficiencias, algo que puede resultar clave a la hora de evitar o no un accidente en puntos calientes como intersecciones o rotondas o en situaciones como los adelantamientos o los cambios de carril. También tienen influencia en lo que tiene que ver con los atropellos. Además este problema se potencia con el aumento de la velocidad por el efecto túnel, pues los datos indican que a 65 kilómetros/hora el campo visual es de 70 grados, mientras que a 130 kilómetros/hora se reduce a tan sólo a 30.