La transición hacia el coche eléctrico también implica cambios en los neumáticos

Dar el paso hacia una movilidad eléctrica, también implica hacer evolucionar todo lo que rodea al automóvil eléctrico, como bien pueden ser las infraestructuras o, en el caso que vamos a tratar hoy, los neumáticos que montan estos vehículos 'cero emisiones'.

Las gomas deben buscar la máxima eficiencia posible, así como un agarre óptimo y una distancia de frenado lo más corta posible, de modo que la seguridad de los ocupantes no se vea comprometida.

Con la llegada de los coches eléctricos, irremediablemente se han tenido que hacer cambios en los neumáticos, ya que tanto los vehículos 100% eléctricos como los híbridos enchufables marcan en la báscula un peso mayor que sus homólogos con motores de combustión en exclusiva.

Además, en un coche electrificado, el par es más instantáneo con lo que también requiere una capacidad de tracción mayor y una mejor resistencia al desgaste.

Calzarlos adecuadamente no sólo hace más seguros a estos vehículos, sino que también mejora su rendimiento y su eficiencia. Tanto es así, que un neumático específico para un automóvil EV puede alargar la autonomía por carga hasta un 12%, en comparación con el uso de otras gomas convencionales.

Que haya un mayor peso en el conjunto del vehículo, también puede comprometer la estabilidad del mismo si no hay un agarre acorde a la masa soportada por las gomas. Esto ha llevado a los fabricantes de neumáticos a utilizar compuestos más robustos. Unos flancos más fuertes también soportan mejor las deformaciones de la goma y, con ello, el desgaste.

Para conseguir una tracción más efectiva, las marcas han adecuado el dibujo y su profundidad.

Todos ellos, desafíos que hacen que las gomas sigan evolucionando para asegurar que su vida útil sea óptima, ya que tienen que soportar unas aceleraciones más 'agresivas' y unas frenadas con mayores fuerzas, que desgastan el neumático y son directamente proporcionales a la distancia de frenado resultante.

Otro detalle a tener en cuenta es que deben trabajarse a conciencia para conseguir una menor resistencia a la rodadura. Cabe destacar que el 70% del ruido que genera un coche eléctrico en movimiento se debe al contacto del neumático con el asfalto.

El aumento de la capacidad de carga de la goma, reforzando los flancos, y la adaptación de la banda de rodadura, permiten, además de una mayor eficiencia, una reducción del ruido mientras se circula, especialmente apreciable a altas velocidades y que rompe con el sonido cada vez más silencioso de los motores 100% eléctricos.

Prácticamente todas las marcas de neumáticos, como Pirelli, Goodyear, Continental, Michelin y Hankook ya ofrecen productos específicos para coches eléctricos e incluso los desarrollan en conjunto con los fabricantes de coches para equiparlos de serie.