3 y 43: El destino o los números mandaron en Daytona

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19 Feb 2018 - 17:41

¡3 y 43! Ganador y colocado en las 500 Millas de Daytona. Dos 'jovenzuelos', Austin Dillon –a sus 27 años puede decirse que lo es en términos NASCAR– y 'Bubba' Wallace –24 años– les pudieron a sus más experimentados rivales en un final de la prueba caótico y apoteósico, marcado por dos 'caution', en las 10 últimas vueltas que eliminaron a dos de los favoritos, Kurt Busch y Denny Hamlin, los dos últimos ganadores de la Daytona 500.

¡3 y 43! Eso que los franceses llaman 'un sacre número', un número sagrado, fetiche, legendario. Los números de 'The Intimidator' y 'The King'. El 3 había sido el número de Dale Earnhardt Sr., más conocido como 'Intimidator'.

Me perdonarán. Hubiera preferido que ganara el 43. No ya por la épica de la victoria de Bubba, un rookie y además un afroamericano por parte de madre, sino por el 43. No sé por qué, pero Richard siempre ha sido uno de mis pilotos favoritos, quizás porque cuando aún no tenía 18 años quedé enganchado por la NASCAR gracias a una película: 'Peligro... línea 7000'. La daban en el cine Bonanova de Barcelona, en sesión matinal y fue causa de más de una campana universitaria.

 

LOS NÚMEROS DE DOS MONSTRUOS DE LAS CARRERAS

El 3 sólo había una vez en Daytona, justo hace 20 años, pero ha sido uno de los más grandes de la historia de la NASCAR, con siete anillos de campeón en su haber. Y el 43, el de Richard Petty, el hombre de los 7 títulos NASCAR, 7 victorias en la Daytona 500, 200 victorias totales, de las casi 1.200 carreras NASCAR –1.184 oficialmente– disputadas en 35 años; 27 victorias en 1968, en un campeonato que entonces tenía ¡48 carreras!... y su última victoria la logró aquí en Daytona, en 1984, pero en la Firecraker 400, la segunda cita anual de la NASCAR en este circuito y que se celebra en verano.

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Los dos coincidieron en las pistas durante varios años ya que Richard se retiró en 1992 y Dale Sr, debutó en 1975. Y ahora ambos números están ligados. Petty Enterprises, que alinea el número 43, está sufriendo la crisis por la que atraviesan todos los equipos NASCAR, así que se ha mudado a una sede más pequeño y para reducir aún más los costos se apoya técnicamente en Richard Childress.

 

LAS EMOCIONES DE DALE Jr.

Dale Earnhardt Jr, el hijo de Intimidator, no está en las parrillas de Daytona. El que fuera elegido por los fans como 'El Piloto Más Popular de la NASCAR' en quince ocasiones consecutivas, ha colgado el caso y pasa al otro lado de la palestra. Dos veces ganador de la prueba, ayer fue un día de muchas emociones para él: dio la salida de la prueba pronunciando la famosa frase "Ladys and Gentleman, start your engines". Sin duda recordó sus dos victorias… pero también que aquí falleció su padre, en un final parecido al de hoy, una 'melee' en la última vuelta, en la que resultó desnucado mientras que 'Junior' le superaba y se iba hacia la meta para acabar segundo tras Michael Waltrip. Era 2001.

"Cuando todo sucedió tenía dos opciones. No volver a este lugar o bien hacer de esta carrera algo muy especial. Elegí lo segundo", dijo ayer en el paddock, admitiendo que esa victoria le permite hacer las paces con Daytona. Un detalle: el 3 que lucía Dillon en sus puertas usaba el mismo grafismo que había llevado Dale Senior.

Hay algo del destino en esta victoria. La pole la logró Alex Bowman, quien ha heredado el número 88 en su coche, el número que llevaba Dale Jr. en sus últimas temporadas.

El apellido no se pierde y. Jeffrey Earnhardt, sobrino de Dale Jr., ha tomado el relevo, y acabó la carrera, aunque retrasado tras tanta 'caution'.

 

DILLON, TODO QUEDA EN CASA

El ganador, Austin Dillon, es joven, pero diríase que toda la vida la ha vivido, al igual que su hermano Ty, que también ha disputado la prueba, en los ovales plagados de banderas sudistas o confederadas, el emblema oficial de los fans NASCAR hasta que fue prohibida hace un par de años por las protestas de grupos en pro de los derechos de los afroamericanos.

Y es que los hermanos Dillon son nietos de Richard Childress, uno de los míticos patrones de la NASCAR, para quien corría 'Intimidator'. Childress guardó el número –los números pertenecen de una forma no escrita pero respetado casi siempre a los equipos– en la 'nevera' hasta que sus nietos tuvieron la oportunidad de correr. No sólo eso, su padre, expiloto, es el director general de la escudería. ¡Todo queda en casa!

 

EL HOMBRE DEL SVENSON Y LAS GAFAS NEGRAS

Como quedaba en casa de los Petty durante 3 generaciones. Lee Petty, el fundador de la dinastía, fue el primer campeón NASCAR, de eso hace ahora 60 años, y obviamente en su palmarés figura la Daytona 500, las primeras del campeonato… aunque algunos albergan sus dudas porque Jonny Beauchamp fue declarado ganador inicialmente, pero tres días después los organizadores señalaron a Lee Petty como ganador oficial ante las protestas de Lee que obligó a revisar el 'foto finish' de la prueba entre Beaucham, él y Joe Weatherly.

Cuenta la leyenda que Richard Petty no tiene 201 victorias porque su primer triunfo no contabilizó al ser excluido porque su padre, Lee, que había llegado segundo, le reclamó. "Hubiera protestado aunque el ganador hubiera sido mi madre", dijo Lee, que ya en una prueba anterior había llevado al muro a su hijo, en la batalla por la victoria. Al rival, aunque sea de la familia, ni agua.

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Richard era/es muy personal: enjuto, moreno, con mostacho. Corría siempre con botas de cowboy a las que había aserrado los tacones. En el paddock siempre lleva un sombrero cowboy y unas gafas absolutamente negras. Todavía, a sus 80 años, mantiene esta figura en los paddock de la NASCAR; el único cambio es que desde el 2000 ya no fuma.

Dicen que le prometió a su madre no beber, pero lo del tabaco era otra cosa: de joven trabajó en la plantación de su tío y el tabaco le ayudo muchos años, pero para él ese tiempo pasó, el tabaco ya no se anuncia en las carreras…. y se ha convertido en el embajador de Nicorette, unos chicles de nicotina para curar el hábito fumar.

Richard Petty es tremendamente respetado. Cuando se retiró, la NASCAR hizo una fiesta especial, una cena de gala en el Waldorf Astoria de New York… al margen de la tradicional ceremonia de reparto de premios que se celebra en otra cena de gala en el mismo lugar, Y sus rivales en la pista le regalaron una réplica de su sobrero, a tamaño real y de plata maciza. Tanto es así que Lynda, su esposa, fallecida en 2014, se la conocía como Lady Nascar.

Su hijo Kyle llegó a la NASCAR, donde ha corrido muchos años, pero sin tantos éxitos, aunque corrió 829 carreras de la Cup durante 31 años, obteniendo 8 victorias, una de ellas en la Charlotte 600, la carrera más importante del calendario tras la Daytona 500.

Como en la familia Earnhardt, los Petty también han sufrido el calvario de la pérdida de uno de los suyos. Adam Petty, el nieto de Richard, debía haber sido el portaestandarte de la 4º generación Petty al volante. Pero Adam sufrió un mortal accidente mientras realizaba un ensayo en New Hampshire al quedarse bloqueado el pedal del acelerador; tenía 19 años.

"Tuvimos un pasado con mi abuelo y mi padre. Yo era el presente y Adam el futuro. Y este se ha ido", dijo más tarde Kyle Petty, quien jamás se culpó de haber inculcado la pasión por las carreras a su hijo. "Esto es lo que hacemos y es la forma en que vivimos", dijo. Kyle volvió a correr en New Hampshire, aunque admite que fue duro dar las primeras vueltas junto al muro en el que se había matado su hijo.

 

AFROAMERICANO AL PODER

Ha ganado Austin Dillon, se ha llevado la gloria. Pero Bubba estuvo muy cerca de escribir la épica, no en vano era 'rookie' en la prueba, eran sus primeras 500 Millas de Daytona. No era la primera vez que corría en Daytona; lo ha hecho en las categorías inferiores de NASCAR y el pasado año, cuando debutó en la 'Cup', la primera división, disputando 4 carreras, una de ellas fue la Daytona 400 en verano, acabando 15º.

La ascensión de Bubba a los 'cielos' de la categoría reina de la NASCAR, y hacerlo de la mano de Richard Petty, es muy importante para la NASCAR, una categoría donde los pilotos afroamericanos son una excepción, una rareza y casi un hecho contra natura. Tanto que incluso hay un libro dedicado a ellos: "Los pilotos negros en la NASCAR".

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Tan excepción que hace un par de años hubo varias manifestaciones de protesta por la escasa representación afroamericana en la categoría.

Tan excepción que el primer piloto que ganó una carrera en una de las categorías regionales iniciales causó un problema a los organizadores. Estos inventaron el pretexto de una verificación técnica para retrasar la entrega de premios; sólo cuando oscureció y no quedaba nadie en pista, le fue dada la copa.

Tan excepción que el mejor conductor de color de la historia de la NASCAR, el único que ha ganado una carrera de la categoría reina –Jacksonville, 1963–, Wendell Scott, vio durante mucho tiempo denegada su pretensión de correr NASCAR con frases como los negros no son bienvenidos y gentilezas por el estilo. Logró su licencia NASCAR casi de tapadillo, involucrando a un funcionario de la categoría que regentaba una de las pistas pequeñas, pero tenía posibilidad de otorgar licencias. Explicó que algunos organizadores no querían pagarle por correr… y ello le hizo recurrir a Bill France, el gran patrón de la NASCAR: "Me dijo que era miembro de la familia NASCAR y que no habría discriminación por mi color. E inmediatamente se sacó dinero del bolsillo y me dio 30 dólares, en lugar de los 15 que debían haberme pagado".

Scott se hizo un nombre dominando series regionales antes de hacerse 'fijo' en la Cup, donde disputó 495 carreras. Llevaba el 34, el mismo número que Bubba llevaba hasta ahora, que lo ha cambiado por el 43, el número fetiche de Richard Petty; una inversión de cifras. Precisamente en su única victoria Scott superó a 25 vueltas del final a Richard Petty, cuyo motor comenzó a renquear. Los oficiales no reconocieron la victoria, la otorgaron a Buddy Baker… hasta que debieron comprobar el cronometraje y cayeron en la cuenta que Scott había ganado con ¡2 vueltas de ventaja! La victoria le fue reconocida ¡¡¡dos años más tarde!!!, pero el trofeo no lo recuperó su familia hasta 2001, cuando ya hacia 20 años que el piloto había fallecido.

Tan excepción que sólo ocho pilotos negros, incluyendo a Bubba Wendell, han llegado a la categoría reina, la Cup: Elias Bowie, Charlie Scott, George Wiltshire, Randy Bethea, Willy T. Ribbs –que también corrió Indy Car, disputando 3 carreras NASCAR en 1986– y Bill Lester, que corrió dos pruebas en 2006, hace 12 años. Pero desde Wendell Scott ningún afroamericano había corrido en Daytona.

 

DRIVE FOR DIVERSITY

Bubba es afroamericano por parte de madre, mientras que su padre es blanco. Pero ello no le ha librado de insultos racistas –las banderas sudistas o confederadas siguen siendo las preferidas de los fans NASCAR, aunque la organización intenta ponerles coto–, pero Bubba los que pasa olímpicamente. "Sólo hay un conductor negro en la categoría máxima y soy yo… ¡soy el Nº1! Vais a escuchar hablar mucho de mí durante años. Así que acéptalo", contesto recientemente en un tweet a quienes le insultaban a través de las redes sociales.

Eso sí, el resultado pudo haberse arruinado en los últimos metros. Hamlin, queriendo superarle, le tocó y ambos fueron al muro… pero fue justo tras atravesar la meta.

La última vez que hubo un afroamericano en Daytona se remonta a 1969, ¡hace 50 años, prácticamente!; fue Wendell Scott, claro. Y desde 1971 no hay ninguno corriendo regularmente en la categoría. Sin duda los manifestantes tenían razón, aunque no se improvisa un piloto en unos meses. "Simplemente trato de tener éxito en todo lo que hago. Han sido 15 años de duro trabajo para llegar aquí", señaló al acabar la carrera, llorando de emoción.

Bubba debutó el pasado año para suplir a Aric Amirola, que se había lesionado, y ya Richard Petty se fijo en él para suplir a su titular esta temporada ya que Aric había decidido cambiar de equipo.

Su ascensión se ha visto facilitado por el programa 'Drive for Diversity' –uno de los impulsores del mismo ha sido Bill Lester– que pretende impulsar pilotos jóvenes, algunos de origen afroamericano y latino para que se integren en la categoría como pilotos o como mecánicos. La razón es clara: la NASCAR quiere dejar de ser vista como una competición sudista y de supremacía blanca y sobre todo ganar adeptos entre los afroamericanos y latinos, minorías cada vez más importantes y numerosas en USA. Daniel Suárez, que fue el más rápido en los ensayos en Daytona, y Kyle Larson, son dos ejemplos de como funciona el programa. Un programa que posiblemente se extenderá a las mujeres: Danica Patrick se ha despedido en Daytona de la NASCAR y no hay representación femenina habitual ni en primer ni en segundo nivel.

El resultado de Daytona escenifica el inicio del gran cambio de la NASCAR: Dale Earnhardt Jr., Tony Stewart o Danica Patrick cuelgan el caso; Jeff Gordon lo hizo el pasado año. Las estrellas también deben ceder paso un día u otro.

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