Carlos Sainz y Ford: la historia que pedía otro final

Se trata de una relación que viene de lejos… y lo más curioso es que los primeros ‘roces’ entre Sainz y Ford fueron ¡en circuitos! El español representó a España en el Festival de Fórmula Ford en 1983 y llegó hasta los cuartos de final, y ya en 1984 compitió en la Fórmula Ford 2000 Británica y también tuvo un programa en circuitos a nivel nacional con un Escort XR3.

Pero estaba claro que los rallies eran su verdadera vocación, y fue precisamente de la mano de la marca estadounidense cuando Sainz consiguió ser campeón de España por partida doble. Si bien Carlos ya había despuntado en años anteriores –subcampeón en 1985 y 1986–, sus títulos llegaron en 1987 y 1988 con un Ford Sierra RS Cosworth.

Además, con ese coche hizo su debut en el Mundial –Portugal 1987– y en el primer tramo se llevó el ‘scratch’. Toda una declaración de intenciones que se vio ‘empañada’ más adelante por una avería mecánica. Pero el mayor ‘mensaje’ llegó en Sanremo, en 1988, cuando aprovechó las delicadas condiciones para batir a los ‘todopoderosos’ Lancia al término de la segunda jornada del rally y llamar la atención de todo el mundo –especialmente de un Ove Andersson que no dudó en ofrecerle un programa con Toyota para 1989–.

Más tarde, ya como bicampeón del mundo de rallies, los caminos de Carlos Sainz y Ford se volvieron a juntar en 1996. El madrileño salió de Subaru tras dos años polémicos y encontró acomodo en el Ford Escort RS Cosworth Grupo A, con el que logró la victoria en Indonesia y finalizó tercero en el campeonato. También empezó a trabajar con M-Sport, que ya por aquel entonces desarrollaba el Escort WRC con el que Sainz conseguiría dos victorias en 1997 y otro tercer puesto en el campeonato.

Y aún faltaba un último periodo de tres temporadas juntos –del año 2000 al 2002–. Toyota abandonó el WRC a finales de 1999 y Sainz no estuvo lejos de recalar en Seat Sport, pero finalmente se decantó por volver a Ford. Allí tendría que volver a compartir equipo con Colin McRae y se llevó una victoria –en Chipre– en su camino hacia otro tercer lugar en el campeonato, pero el dominio de Peugeot era evidente. Y, después de tres temporadas en las que sólo pudo cosechar dos triunfos, puso rumbo hacia Citroën en 2003.

Tengo que confesar que soy un enamorado de esa época. Era un ‘chaval’ y, además de las carreras, algunos anuncios televisivos me llamaban mucho la atención. Digamos que… aún se hacían bien. Uno de los que me dejaron ‘embobados’ delante del televisor fue aquel famoso anuncio en el que Sainz llevaba a una mujer que estaba a punto de dar a luz al hospital con un Ford Focus. Alguien debía hacerlo y... ¿quién mejor que Carlos Sainz? Por el camino, absoluta tranquilidad en un momento crítico. Para mí, el anuncio era una obra maestra. Eran otros tiempos.

Pero aquella época y aquel ‘tándem’ Sainz-Ford no tuvo un final feliz. Las dos últimas etapas del laureadísimo piloto español con la marca del óvalo no reportaron los resultados deseados, así que esta historia merece otro desenlace. La buena noticia es que han vuelto a darse el ‘sí, quiero’ y estarán juntos en el Dakar con un interesante proyecto. Carlos, ante la oportunidad de agrandar aún más su leyenda con la que podría ser su quinta victoria en el Dakar con la quinta marca diferente.

Y, quién sabe, quizás hasta podríamos ver a Carlos Sainz subido en un Ford Puma Rally1. Ya sea a modo de exhibición o en competición, me encantaría verlo. Soñar es gratis.