Brad Daugherty y Michael Jordan tienen mucho en común. Fueron compañeros en la Universidad de Carolina del Norte, fueron estrellas rivales de la NBA y ahora, retirados del basket, mantienen amistad y rivalidad… pero en otro plano: la NASCAR.

El salto de Fernando Alonso de Alpine a Aston Martin, el cese de Daniel Ricciardo en McLaren, el de Mick Schumacher en Haas, la recuperación de Nico Hülkenberg por parte de la escudería americana o la decisión de Oscar Piastri de dejar plantado a Alpine y pasar a McLaren, fueron para la mayor parte de aficionados los cambios sustanciales de la transición entre temporadas.

El ‘techo presupuestario’ vuelve a ser objeto de discusión. Cuando se introdujo, quería ser una herramienta ‘igualatoria’. Conscientes de que los equipos pequeños nunca podrían alcanzar el gasto de los grandes, se optó por limitar el gasto de estos a una cifra que se preveía que los pequeños podrían alcanzar.

El Fernando Alonso de hoy recuerda mucho al de 2003, un piloto con hambre y sed de victorias. No sé si tan potencialmente tan rápido como entonces, pero con mayor experiencia, esa que le llevado a decir a alguno de sus ingenieros actuales que desde el coche hace la misma lectura de una carrera que la que ellos hacen con sus ordenadores a reventar de bytes.

Mucho se ha hablado del ‘enfado’ de Sergio Pérez hacia Red Bull y, sobre todo, hacia Max Verstappen. En opinión del mexicano, dejaron que Max intentara atacar, lo que le obligó a él también hacerlo, ir a los límites del coche, con el riesgo consiguiente, para no ser alcanzado. Se enfadó cuando supo que Max le había sacado la vuelta rápida… pero en la última vuelta intentó revertir la situación.

En Ferrari, las cosas no van como desean. Baréin fue una penitencia, pero quedaba la escapatoria de achacarle al asfalto granuloso de la pista, agresivo con las gomas.

Dos carreras, los tres mismos hombres en el podio, aunque con los dos primeros escalones intercambiados: Sergio Pérez, Max Verstappen y Fernando Alonso… aunque al asturiano una doble sanción, de 10 segundos en el caso de la segunda, le apartó del tercer puesto e incluso casi le costó la cuarta,

Fernando Alonso fue doblemente sancionado por unos comisarios del GP de Arabia Saudí que se mostraron muy puntillosos. El podio centenario, queda para otra ocasión.

Ferrari sustituyó los motores de sus coches ‘por precaución’ y Leclerc ya ha consumido sus dos baterías y centralitas electrónicas.

Frédéric Vasseur resta importancia a los rumores que parecen querer enterrar —de nuevo — Maranello, pero a la vez está sorprendido por la amplitud que toma cualquier detalle de los rojos.