Carta a Michael
Trescientos sesenta y cinco días como si hubieran sido trescientas sesenta y cinco vueltas en una carrera cuyo premio no será un trofeo, ni habrá miles de flashes, ni baños de champán, sino algo mucho más importante: vivir una vida lo más completa posible. Ayer hizo un año que recibimos la noticia del infortunado accidente de Michael Schumacher esquiando en Méribel. Un accidente que pudo (que debió) no haber sido tan grave, pero que contó con una cadena de infortunios que nos tuvo mucho tiempo con el corazón en un puño hasta que empezamos a recibir noticias esperanzadoras. Ya fue un alivio saber que su vida no corría peligro, y fue un alivio mayor saber que había salido del coma y que estaba consciente.