Renault podría verse afectado por el escándalo Ghosn

El vínculo de Ghosn con Renault comenzó en 1996, cuando adquirió el cargo de vicepresidente ejecutivo. Posteriormente subiría un escalón al presentar un programa de reducción de costes que ahorró miles de dólares a su marca. Hizo una alianza con Nissan en 1999, llegando a dirigir a la marca japonesa dos años más tarde hasta que el año pasado le sustituyera Hiroto Saikawa. En 2005 adquirió su cargo de director ejecutivo de Renault.

Una trayectoria impecable que ha visto su final el pasado lunes, momento en que Ghosn era detenido. El motivo se debe a que el, hasta ahora, director ejecutivo de Renault había usado dinero de la empresa por razones personales. Según el propio Saikawa, existía un "enorme problema de gobierno ya que la mayoría del poder estaba en manos de Ghosn", según publica Forbes. De hecho, Nissan asegura que un aviso de un denunciante detonó la investigación interna que desmanteló el caso.

Todavía no hay evidencia de que esto salpique a la F1, pero la escudería Renault está expuesta porque muchos de los costes fueron destinados ahí. A pesar de que la escudería se controle desde Gran Bretaña, los motores de los monoplazas sí son fabricados en Francia, donde los costes se aceleraron un 8,2% durante el mandato de Ghosn el año pasado. Cierto es que, aunque la mayoría va destinado a F1, la división de motores también salpica a la Fórmula E.

El propio Abiteboul ya se manifestó en su día al respecto: "Renault es responsable de un presupuesto global para el deporte de motor y, obviamente, la Fórmula 1 está obteniendo el 80%", se sinceró para el portal Autosport en 2016.

Este podría ser un bache más en la progresión de Renault en su búsqueda de dominar la F1. Las estimaciones indican que los franceses deberían doblar el presupuesto para su chasis y aumentar al menos en un 50% el de los motores para aproximarse a al altura de Mercedes.