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McLaren mantendrá la reducción de salarios y despidos temporales para capear el temporal

Los de Woking han tomado la decisión de prolongar el 'ERTE' a sus trabajadores

Andreas Seidl asegura que ha sido una decisión difícil, pero inaplazable

Raymond Blancafort

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19 Abr 2020 - 13:50

McLaren ha tomado la decisión de prolongar el ‘ERTE’ actual a una parte de sus trabajadores del equipo de Fórmula 1 hasta que se atisbe cuándo podrá comenzar la nueva temporada, lo que por el momento es una incertidumbre.

Andreas Seidl ha explicado que la decisión del ERTE ha sido difícil e incluso dolorosa, pero inaplazable "porque no hay nada claro todavía y es imposible medir cuál será el impacto financiero de esta crisis. Ni sabemos cuándo podremos volver a correr ni con qué ingresos contaremos este año, así que hemos tomado esta decisión para proteger al equipo y también a nuestros empleados, con el fin de estar en la mejor situación posible cuando se pueda volver a la actividad".

Seidl afirma que fue durísimo para él "comunicar a nuestros empleados que íbamos a efectuar un paro parcial e iban a ganar menos dinero, pero era inevitable".

El que fuera director deportivo de Porsche en Resistencia y que el pasado año asumió el rol de la dirección del equipo McLaren de F1 cree que todos los equipos de F1 tienen el mismo problema "porque la mayor parte de la financiación de nuestros equipos proviene de los ingresos de las carreras, así que debemos poner en marcha todas las medidas posibles para poder capear esta crisis. Hemos reducido los salarios, tenemos empleados en ERTE y, gracias al acuerdo con la FIA y otros equipos, la fábrica parada".

Aunque Seidl quiere ser optimista respecto al futuro, sabe que éste dependerá y mucho de cómo sepan superar esta crisis. Los equipos que no hayan tomado medidas o lo hayan hecho de forma insuficiente, los que hayan subestimado esta crisis, pueden pasarlo muy mal cuando todo esto pase. Sobre todo porque nada volverá a ser lo mismo.

Uno de los problemas de la actual F1 es que cuando un equipo cae, resulta complicado levantarse. Es como una espiral descendente, porque los malos resultados provocan pérdidas de ingresos y esto provoca menos dinero para I+D, lo que casi siempre se traduce en pérdida de competitividad. Es el tema del pez que se muerde la cola.

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