Marc Gené, nuevo embajador del Legado María de Villota

Para Marc Gené es todo un honor y una gran responsabilidad convertirse en uno de los difusores de los valores de María de Villota, piloto española que sufrió un accidente durante un test en el año 2012 y que falleció al año siguiente. A través de su legado, la filosofía de la madrileña sigue viva.

"Está claro que todo el mundo quiere algo que no tiene, pero primero hay que disfrutar de lo que tienes, si relativizamos, podemos sonreír. Con el accidente, María se dio cuenta de lo importante que es lo importante, pudo frenar y ver en la vida cosas que son muy importantes y todos podemos hacer algo, ella hizo muchísimo, si hubiera muchas Marías, el mundo sería mucho mejor. Tú, Emilio, estás transmitiendo todo eso, pero todos podemos ayudar", destacó Gené en un evento celebrado en Madrid, en la Sala Cómo, y presentado por nuestro codirector Antonio Lobato.

© Álvaro García

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Durante el acto, Lobato se mostró emocionado, sobre todo tras recibir como regalo la estrella que es símbolo de la piloto y una pulsera con la frase 'La vida es un regalo' y su nombre. También estuvo presente en el evento Antonio Gracía.

"De María me sorprendió su coraje y cómo priorizaba en la vida. Me enseñó a quitarme manías al conducir y sobre todo, a sonreír", comentaba Antonio durante una tarde en la que se emitieron imágenes de María en su nueva vida tras el accidente y su padre, Emilio, leyó un pequeño extracto de su libro 'La vida es un regalo'.

Además de repasarse la carrera profesional de María, se hizo mención a las diferentes asociaciones con las que colabora El Legado de María, como las fundaciones Ana Carolina Díez Mahou y Fórmula 1Kilo o la residencia que lleva el Padre José Ramón Horcajo. También se destacó las dos actividades deportivas que llevan el nombre de la piloto, la Milla María de Villota y la San Silvestre del Jarama María de Villota.

© Álvaro García

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EXTRACTO DE 'LA VIDA ES UN REGALO'

"Yo era piloto. Corría mucho, a gran velocidad. Tan rápido que apenas calaban en mí las gotas de las miserias de la vida. Y no porque no las tuviese cerca, sino porque sólo quería correr, avanzar, lograr ese objetivo, cumplir mi sueño".

"Y entonces no ves, no miras, tu corazón apenas siente porque no le das tiempo tras las capas que has forjado en tu vida y que te hacen más fuerte, más ciego, más torpe e inerte. Tener un accidente en el que pende tu vida puede ser algo terrible, puede ser un regalo tan grande como devolverte a la niñez, quitarte años de encima y la armadura, redirigir la vista hacia el alma y volver a sentir como si acabaras de nacer. Y es así, porque acabas de nacer".

"Y lloras más, sí, te vuelves agradecidamente débil, aunque a veces duele tanto que te gustaría volver a correr, pero no pienso dejar de lado a los que ahora gritan en silencio por mi ayuda. Porque no muchos les oyen, como yo antes; pero ahora, desde que yo fui uno de ellos, no puedo ni quiero quitar este dolor y sólo deseo ser mejor y doy gracias por poder sentirles. A enfermos y sanos".

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