Hamilton: "Cuando gané el primer Mundial, realmente no lo disfruté"

A sus 33 años, Lewis Hamilton ya es una leyenda, aunque continúe en activo, del automovilismo. Con un bagaje más que excelente en Fórmula 1, el cuatro veces Campeón del Mundo admite que sus primeros éxitos en la categoría reina no los disfrutó como sí lo está haciendo en las últimas temporadas que ha disputado.

"Cuando gané el primer Campeonato del Mundo realmente no lo disfruté. Era joven y estaba envuelto en este mundo alocado. No sabía lo que eran los altos y bajos, y estaba demasiado obsesionado. Estaba cansado, destruido emocionalmente del año anterior", ha admitido en una entrevista durante el evento de presentación del Mercedes W09.

Después de estar cuatro años sin ganar el título con McLaren, el británico decidió renunciar a continuar con la formación de Ron Dennis –quien le condujo hasta la Fórmula 1– para unirse con la marca que también ha estado siempre junto a él: Mercedes, esta vez, como equipo. Los de Woking venían de un buen 2012, con un coche competitivo que les permitió llegar hasta la última carrera con opciones matemáticas de ser campeones en el Mundial de Pilotos. Las expectativas para 2013 eran grandes, pero se avecinaba un 2014 repleto de cambios normativos que barajaría toda la parrilla.

"No esperaba que llegara –el título con Mercedes– tan rápido como fue. No tenía ni idea de que McLaren iba a caer de la forma que lo hizo. Pensé que era un proyecto a largo plazo. Por aquel entonces, cuando estaba en McLaren, teníamos un año más de evolución en esos coches, los de 2013, y sabía que en 2014 todo se iba a revolver", ha comentado.

A pesar de todo, él creía que ese año, el último con motores atmosféricos, estarían por detrás de McLaren, pero no fue así. Los de Brackley fueron subcampeones, mientras que la formación británica acabó quinta aquel año. "Sacrifiqué un coche que podía ser potencialmente ganador en 2013 por un equipo que en ese momento no estaba ahí, pero lo iba a estar", ha confesado.

En algunas ocasiones, la flecha plateada del 2013 era el coche más rápido de la parrilla, pero su principal problema residía en lo mucho que era desgastaba los neumáticos. En la primera mitad de temporada, eran los favoritos en clasificación, pero en carrera se iban atrás al tener que hacer una parada adicional. Después, Pirelli hizo un cambio en las gomas a mitad de año que les benefició, pero tras el parón veraniego, Red Bull dio el salto de calidad definitivo que les permitió dominar con contundencia. "El coche iba bien, pero no se ajustaba a mi estilo de pilotaje, me tenía que adaptar, sufrí para sacarle partido –al W04–", ha recordado.

Posteriormente, llegarían los años dorados de su trayectoria, en los cuales ha logrado buena parte de sus éxitos gracias a su buen estado de forma y al de un equipo que ha tenido un coche imbatible. Entre 2014 y 2016, su único rival fue su compañero de equipo: Nico Rosberg. "Honestamente, la relación empezó a ser complicada antes, cuando éramos jóvenes", ha dicho, aunque puntualiza que "siempre ha sido rivalidad", nada más.

La mejor batalla que presentaron los dos contendientes al título se dio en el Gran Premio de Baréin de 2014, con un sinfín de adelantamientos al límite que se decantó a favor de Hamilton. "En nuestra cabina tenemos el control de nuestros mapas de potencia y hay una regla que dice que tenemos que ir con el mismo. Para que él estuviera rueda a rueda conmigo, él cambió a otro mapa de potencia. Cuando este tipo de cosas pasan es casi una forma de hacer trampas. Íbamos a tener un problema, porque eso no es lo que habíamos pactado en la salida y eso pasó en muchas ocasiones", ha espetado el británico, dejando claro que no fue una excepcionalidad ocurrida en Shakir.

Más recientemente, una de las mejores carreras que ha ganado fue la de Mónaco, en 2016, frente a Daniel Ricciardo. Todos empezaron con neumáticos de lluvia extrema, pero la pista se fue secando y todos pasaron a los intermedios. Sin embargo, Hamilton optó por esperar y pasar directamente a los lisos, ahorrándose una parada mientras hacía tapón al australiano en el enrevesado trazado monegasco.

"Las condiciones que van de mojado a seco son mis favoritas, porque muchos de nosotros podemos hacer una carrera en seco de principio a fin, pero cuando estás frente a estos escenarios peliagudos donde no solo tienes que confiar en tu equipo para que te den la información, también escoges tus paradas a veces", ha declarado. En carreras como aquella, el piloto de 33 años es en las que cree que se gana el sueldo: "A mi parecer, pueden ser pequeñas diferencias, pero hacen grandes diferencias y así es como se ganan campeonatos", ha añadido.

La última gran hazaña de Hamilton en condiciones similares se dio en el pasado Gran Premio de Singapur de 2017. Con el Mundial al rojo vivo, Vettel estaba en disposición de recuperar el liderato, pero un accidente entre los Ferrari y Verstappen a las primeras de cambio posicionó al Mercedes al frente. Por si fuera poco, la lluvia que anhelaba para contrarrestar su pobre ritmo de carrera llegó. "Estáis acabados, está hecho", pensó cuando vio que caían las primeras gotas en la parrilla. "Tuve una gran salida y estaba convencido, en mi mente, de que iba a hacer lo que Senna: adelantar a todos en la primera vuelta" porque sabía las trazadas que tenía que hacer y donde podía adelantar. Nunca sabremos si lo habría logrado, porque fundamentalmente se aprovechó de incidentes ajenos.

En lo relativo a la temporada 2018 que está por venir, el actual Campeón del Mundo espera que haya una continuación del final del año pasado, en el que, a su parecer, acabaron mucho más apretados de lo que lo comenzaron. "El año pasado había un poco de separación al principio entre los tres primeros equipos y luego, a final de año, nos fuimos poniendo todos a la misma altura. Este año estoy bastante seguro de que vamos a estar compactados entre nosotros y va a estar apretado. Eso espero", ha concluido.

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