Las fábricas españolas de Renault, líderes mundiales en tecnología híbrida

La tradición de Renault en España es centenaria, y sus fábricas son imprescindibles para comprender el crecimiento del país a lo largo del siglo XX. Ahora, el mismo saber hacer que en su día sirvió para crear coches tan icónicos como el Renault 4CV o el Renault 5 ha asumido una nueva responsabilidad: electrificar todo un país en la transición hacia la nueva movilidad y exportar este conocimiento al mundo entero. Actualmente, Renault España emplea a más de 12.000 personas en nuestro país. Tiene dos factorías de montaje en Valladolid y Palencia. La pucelana es heredera de la primera factoría de FASA, mientras que la segunda se inauguró en 1978 y cubre una extensión de más de 300.000 metros cuadrados.

En Valladolid también se encuentra la fábrica de carrocerías y la factoría de motores, cuyos orígenes se remontan a 1965, y tiene actualmente tres talleres que producen componentes para todo el Grupo. Por su lado, Sevilla alberga una planta de cajas de cambios desde 1966. A todas estas instalaciones se les suma un Centro de I+D+i, que es el responsable del desarrollo y la vida serie de los vehículos híbridos fabricados en España.

A principios del año 2021, todos estos centros tuvieron que dar un paso al frente. Con su ascenso a la presidencia del Grupo Renault, Luca de Meo trajo consigo una nueva hoja de ruta –llamada Renaulution– para relanzar la marca en los siguientes años, que se perfilaban como cruciales por el momento cambiante que atraviesa la industria de la automoción.

De Meo confió a las fábricas españolas un papel de máxima responsabilidad: capitanear la estrategia híbrida del Grupo Renault para todo el mundo. Para ello, no sólo anunció la adjudicación de cinco nuevos modelos – que serán una realidad a mediados de década–, sino que determinó la creación de un Polo de Hibridación con vocación de liderazgo y desarrollo técnico para modelos globales.

La electrificación también abarca las factorías de componentes. Así, la fábrica de motores de Valladolid comenzará a trabajar en una nueva generación de propulsores híbridos y la planta de cajas de cambios de Sevilla asumirá la responsabilidad de producir las transmisiones de absolutamente todos los coches híbridos de Renault en el mercado.

El Austral es el primero de estos cinco coches híbridos desarrollados y creados en España. Se fabrica en la planta de Palencia, que recibirá dos coches más en 2023 y 2024. A éstos se les sumarán dos SUV que nacerán en la fábrica de Valladolid. Valladolid también fabricará una nueva generación de motores híbridos a partir de 2024, mientras que Sevilla ha recibido el encargo de producir dos nuevas cajas de cambios.

El Renault Austral es un auténtico proyecto coral, desde su manufactura –ensamblaje en Palencia, baterías y motores en Valladolid, caja de cambios de Sevilla– hasta su desarrollo, en el que juega un papel protagonista el centro de I+D+i que la empresa regenta en Valladolid. Un centro que recientemente ha incrementado su plantilla en un 50% para llegar hasta los 1.500 ingenieros y consolidarse como un puntal de futuro.

Este SUV y los otros cuatro híbridos que hay confirmados para el futuro inmediato muestran cómo las fábricas españolas de Renault cambian con el paso del tiempo. Entre otras hazañas, puede presumir de haber ensamblado en su día el mítico R5, que le sirvió para convertirse en el mayor fabricante del país por volumen durante sus años de mayor popularidad.

Renault Austral

EL AUSTRAL, DESARROLLADO CON INGENIERÍA ESPAÑOLA

El Centro de I+D+i de Renault en Valladolid, donde trabajan más de 1.500 ingenieros cada día, está en el centro del desarrollo del nuevo Renault Austral. Su trabajo ha abarcado todas las áreas del producto, desde sus motorizaciones hasta su batería o su software, y seguirá siendo crucial en los próximos años porque también se encargará de las sucesivas actualizaciones del modelo.

Dichas instalaciones cuentan con una pista de pruebas privada, 24 bancos de pruebas para motores y un banco de pruebas para baterías. Estos bancos acumulan 25.000 horas de trabajo anuales dedicadas a fiabilidad y 11.000 horas anuales dedicadas a puesta a punto, con un extra de 11.000 horas para el nuevo Austral.

Las pruebas se llevan a cabo en las condiciones más extremas, con cuatro bancos de rodillos que permiten probar el prototipo en las condiciones más extremas para probar su fiabilidad. El Austral ha pasado más de 1.200 horas en este tipo de pruebas, que se celebran a temperaturas que oscilan entre los -30 y los +45 grados centígrados, altitudes de hasta 4.000 metros sobre el nivel del mar y condiciones de humedad de hasta el 95%. Además de estas simulaciones, Renault ha desplazado unidades de pruebas a climas extremos, como Kiruna, en Suecia, con temperaturas de 30 grados centígrados negativos, o la carretera más alta de Europa, que está en Granada y está situada a 2.500 metros de altura sobre el nivel del mar.

La contribución de España al nuevo Austral no se queda aquí: la factoría de carrocerías de Valladolid aporta el portón trasero, la batería y los paragolpes delantero y traseros, así como  también el motor de combustión y el eléctrico. Sevilla también contribuye con su caja de cambios.

Estos adelantos tecnológicos también han llegado a las líneas de producción, que se han reforzado para fabricar un vehículo hiperconectado. Así, la fábrica de Palencia ha instalado otros 400 robots en el área de soldadura hasta alcanzar un total de 1.320. También ha optimizado el proceso de manufactura para garantizar la calidad final, por ejemplo, con balancelas de altura variable a lo largo de toda la cadena para ayudar a la ergonomía y facilitar la operativa a los trabajadores.

"La factoría de Palencia ha adaptado sus instalaciones industriales para producir el Austral, convirtiendo esta fábrica en la vanguardia de la innovación con un equipo humano altamente formado, procesos de calidad muy exigentes y produciendo además de una forma muy respetuosa con el medio ambiente", ha dicho José Martín Vega, director de la factoría de Palencia.

Centro de I+D+i de Renault en España

DEL MERCADO INTERIOR A LA INTERNACIONALIZACIÓN

La historia de Renault en España se remonta al año 1908, que es cuando la marca del rombo constituyó la empresa que se encargaría de importar sus coches en el mercado nacional –SAEAR, Sociedad Anónima Española de Automóviles Renault–.

A mediados de siglo, sin embargo, las cosas cambiaron. La autarquía del régimen franquista trajo consigo restricciones a la importación de vehículos del extranjero y una apuesta por la producción nacional para satisfacer la demanda de los conductores españoles. Es en este contexto que Renault se interesó por asociarse con un socio industrial que le permitiera producir en España y esquivar las restricciones.

Renault llegó a un acuerdo con el militar e ingeniero Manuel Jiménez-Alfaro, que en febrero de 1951 recibió las licencias para fabricar el 4CV. En diciembre, Jiménez-Alfaro fue el principal impulsor de FASA – Fabricación de Automóviles, S.A.–, la empresa que se iba a encargar de su manufactura. Dedicó los siguientes años a obtener los apoyos y financiación necesarios, hasta que en 1953 comenzó por fin la producción en una fábrica ubicada en Valladolid.

Los primeros Renault 4CV ‘made in Spain’ participaron en un desfile por las calles de Valladolid en agosto de 1953, y así FASA emprendió un crecimiento meteórico. En tan sólo tres años cuadruplicó su plantilla inicial de 100 trabajadores y, tras apenas cinco años, su producción anual se había multiplicado por diez, pasando de 707 coches en 1953 a 7.547 en 1958. En total, se fabricaron 26.298 unidades del 4CV entre 1953 y 1959. Su reemplazo fue el Dauphine, del que se fabricaron 41.872 ejemplares entre 1958 y 1964.

El Dauphine tuvo a su vez dos derivados, el más deportivo Gordini –44.861 unidades– y el más confortable Ondine –39.179–. FASA incluso se aventuró a salir del campo de los turismos y entrar en el de los deportivos de la mano del Renault Alpine, que se mantuvo en producción hasta 1978 y del que se produjeron 1.904 ejemplares, con algunas especificaciones exclusivas para España.

FASA creció en paralelo a la sociedad española. Se puso en marcha en un contexto de grandes dificultades económicas, pero según aumentaba el poder adquisitivo también crecía la industria automovilística. Y el salto de calidad definitivo llegó a mediados de los años 60, en 1965, cuando Renault amplió su participación en la empresa hasta el 49,9% y empezó a imprimir su influencia de una forma más directa. La renombrada como FASA-Renault no sólo pudo afrontar la creación de nuevas factorías –como el embrión de la actual fábrica de transmisiones en Sevilla–, sino que se dotó de los recursos necesarios para crecer exponencialmente y aprovechar la proliferación del automóvil en la sociedad.

Al desarrollo económico general y el acercamiento a la gestión francesa se le sumó el hecho de que FASA había empezado a fabricar en 1963 un utilitario que superaría los números de todos sus predecesores: el Renault 4. Ya fuera como turismo –403.213 unidades– o como furgoneta –396.704–, el R4 se convirtió en un auténtico fenómeno. Se mantuvo en producción durante casi tres décadas, entre 1963 y 1991, una auténtica rareza en la industria que es la mejor demostración de su éxito.

La era FASA-Renault comenzó con una rápida diversificación de la oferta y la sociedad española respondió, como atestiguan las cifras. Entre 1965 y 1969 debutaron los sedanes Renault 8 –266.331 unidades– y Renault 10 –37.419–, el polifacético Renault 6 –338.357– y el superventas Renault 12 –455.006 unidades–. Y en 1972 llegó el siguiente fenómeno cultural: el Renault 5 –983.118 unidades–. Un coche que fue tan popular que convirtió a FASA-Renault en el mayor fabricante de coches del país.

Pasaron los años y así, en los 90, el hueco que dejaron el R4 y el R5 lo ocuparon nombres más próximos a nuestros tiempos, como las diversas generaciones del Clio o el popular Twingo. El cambio de milenio trajo consigo un cambio en la propiedad, que pasó a manos del Grupo Renault, y también nuevos proyectos como el pionero Twizy o el Captur, de unas factorías que han cambiado con la sociedad y que forman parte del patrimonio industrial español.

Ahora, con la presentación de la Renaulution, el presente y el futuro de las fábricas españolas de Renault es híbrido. El nuevo Austral es tan sólo el primer fruto, pero en los próximos años conoceremos cuatro modelos más. Coches desarrollados en España y fabricados en España para todo el mundo para abrazar la nueva movilidad y poner a España a la vanguardia del sector en Europa.