Laia Sanz iba a por la heroicidad, pero aparecieron "dos pinchazos por culpa del autoinflado"

Laia ha salido con el cuchillo entre los dientes. Después de 39 kilómetros, la española estaba por delante de una gran cantidad de coches más competitivos y sólo por detrás de Guerlain Chicherit, Seth Quintero y Mattias Ekström. Es decir, dos Toyota y un Audi.

Sin embargo, después de ese fulgurante inicio, los problemas han aparecido pronto. Laia y su copiloto –Maurizio Gerini– han tenido que parar dos veces por pinchazos… y al final se han dado cuenta de que era culpa del sistema de inflado y desinflado de neumáticos.

Por supuesto, han tenido que parar a repararlo y la pérdida de tiempo ha sido considerable. A su paso por el kilómetro 180 ya perdían 16 minutos. Y, pese a no poder apretar demasiado tras los dos pinchazos –no tenían más ruedas de repuesto–, sólo han perdido ocho minutos más en el resto de la especial.

La actuación de Laia ha sido más que destacable. Al final ha tenido que conformarse con la 23ª posición y ha caído a la 16ª posición de la general, pero está claro que hoy tenía ritmo para ‘colarse’ en la zona delantera. Sanz, pese a los problemas, estaba contenta.

"Un día bueno, pero ha sido una lástima, porque íbamos muy bien. Hemos empezado muy bien, pero hemos tenido dos pinchazos y hemos visto que era por culpa del autoinflado. Hemos tenido que parar a desmontarlo, que lleva un poco de tiempo, y hemos perdido bastante", ha comentado Laia tras la décima etapa.

"Lo importante es que yo creo que hemos demostrado un gran ritmo y ha sido un buen día al final, porque nos hemos sentido muy bien y hemos recuperado tiempo con Lavieille. Pero ha sido una lástima porque íbamos muy fuertes", ha agregado.

Para poner en valor el resultado de Laia, hay que tener en cuenta que su montura no está para pelear asiduamente con los T1+... aunque sí es cierto que la etapa de hoy era del agrado de los coches con sistema de autoinflado. Dentro de la categoría T1.2, la catalana está situada en la tercera plaza, a sólo 45 segundos de Christian Lavieille. Un Dakar lleno de ‘mensajes’ por su parte, sin duda.