Los escándalos de Las Vegas no siempre se quedan en Las Vegas

Tengo que confesar que toda la ‘parafernalia’ ajena a la pista me cansa. Presentaciones ostentosas, decoraciones ‘especiales’ en casi todos los cascos y coches… Pero lo más gracioso es que desde la Fórmula 1 nos lo quisieron vender como un "espectáculo de carreras como ningún otro".

El caso es que esta mañana, a eso de las 05:40 horas CET, la bandera roja ha aparecido por el trazado urbano de Las Vegas y poco después se ha confirmado que la sesión no se reanudaría. Todas las miradas apuntaban hacia un posible problema en el Ferrari de Carlos Sainz, pero la realidad era bien distinta.

La ‘culpa’ era de una alcantarilla. Mejor dicho, del marco que rodea la alcantarilla. Según han informado desde la FIA tras un primer análisis, el problema residía en dicho marco, que no estaba bien sellado y ha hecho que la tapa de ésta se haya despegado, impactando en el coche de Sainz.

Los daños ocasionados eran de gran magnitud: cambio de chasis, motor y batería para Carlos Sainz y cambio de chasis para Esteban Ocon. Para más inri, el español ha sido sancionado con diez posiciones por el cambio de batería. Una injusticia. Pero la mejor noticia es que no ha habido que lamentar daños personales.

La mejor noticia también para la FIA y Liberty Media, claro. Si ya de por sí hablamos de un escándalo que ha obligado a hacer una reestructuración del Gran Premio –Libres 2 de 90 minutos y con dos horas y media de retraso–, imaginen lo que sería si un piloto hubiese resultado herido.

¿Se han llevado a cabo las medidas necesarias para que se pueda correr en este circuito? Me cuesta creerlo, sobre todo si tenemos en cuenta que se trata de un circuito urbano y, en algún momento, cuando no hay acción en la pista, el tráfico se tiene que abrir.

Está claro que los intereses comerciales de la FOM juegan un papel fundamental en esta historia, pero no todo debería estar permitido. Especialmente, esas ‘concesiones’ en materia de seguridad que hacen con ciertos circuitos urbanos –Arabia Saudí es otro de ellos– que tanto aportan a las arcas de la F1.

En este caso, tengo que dar toda la razón a Max Verstappen. Este Gran Premio es "99% espectáculo y 1% deporte", según el neerlandés. Y, efectivamente, han ‘esquivado’ tanto el ámbito deportivo que después pasan estas cosas.

Lo que me reconforta es que, aunque Toto Wolff diga lo contrario, éramos muchos los que estábamos viendo los entrenamientos libres, ya fuese de madrugada o en cualquier otro horario. No todo lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas.