Ferrari "le prometió el mundo" a Newey, pero Mateschitz le convenció para que se quedara

Adrian Newey es uno de los ingenieros más laureados y con mayor reputación en la historia de la Fórmula 1. El británico ha sido el 'padre' de algunos de los mejores monoplazas de Fórmula 1, entre ellos, el RB19 con el que Max Verstappen está arrasando esta temporada. Y su historial avala el interés que han demostrado por él los mejores equipos, como Ferrari. 

La Scuderia trató de 'robar' al jefe técnico de Red Bull y, tal y como ha reconocido el propio Newey, estuvo cerca de firmar en 2014, cuando Red Bull no atravesaba su mejor momento como consecuencia del motor Renault. Sin embargo, la historia que une al británico con Red Bull es larga y aunque Ferrari puso 'toda la carne en el asador', el equipo de Milton Keynes supo cómo atar a Newey e impedir así que una de sus principales armas se fuera a la competencia. 

"Ferrari le había buscado con insistencia. Le prometió el mundo, un estilo de vida 'hollywoodiense' en Montecarlo, vuelos directos entre la fábrica y el Principado... E incluso la posibilidad de construir un coche de calle", ha explicado Horner en declaraciones que publica el portal web italiano Formula Passion.

"Dietrich Mateschitz le convenció para que se quedara: 'Si quieres hacer un coche de carretera, lo haremos'. Mateschitz no tenía ni idea de cómo, pero dijo que encontraría la manera", ha revelado el jefe de equipo de Red Bull.

Fruto de esa permanencia en Red Bull nació el proyecto del Aston Martin Valkyrie, que permitió al ingeniero cumplir uno más de sus retos. Eso sí, Newey aún tiene la espinita de no haber trabajado con Ferrari, al igual que con Fernando Alonso.