Puede que el SF-23 tenga un gran potencial, pero a Ferrari se le acaba el tiempo para extraerlo

Un par de descartes y puedes aspirar a ‘full’ o póker, si te llegan las dos cartas adecuadas. Pero si no te llegan, es posible que sea insuficiente. Siempre queda el recurso del farol, si los demás pican.

Uno tiene la impresión de que Ferrari está en tesitura similar. Vasseur dice a diestro y siniestro que tienen un gran potencial… pero por el momento no saben extraerlo. La primera mano, la clasificación, así lo sugiere. Pero luego, con el descarte, no llegan las cartas esperadas, que sí les llegan a sus rivales.

¿Qué hacer si no es tu noche de suerte? Insistir, aunque cada vez tengas menos fondos para hacerlo es una posibilidad, echar el resto. El ‘descarte’ de pontones y otros detalles habidos en Barcelona no parecen haber surtido efecto. No en la forma deseada. Les queda un ‘as’ en la manga, la suspensión delantera, que estaba prevista pero no se estrenó.

Hay otra posibilidad, levantarse de la mesa, meterse el dinero en el bolsillo a la espera de días mejores. En lugar de invertir para intentar ser la segunda fuerza en la mesa de póker 2023, abandonar la partida para llegar con más fondos y posibilidades a la mesa de 2024.

Frédéric Vasseur está en una encrucijada, Charles Leclerc y Carlos Sainz, también. Los cambios en F1 requieren medios y tiempo. Los primeros están ahora limitados, los segundos… chocan con las urgencias históricas de Ferrari. Quizás el aparente momento de dificultad por la que atraviesa Charles Leclerc se deba a que él también ha perdido la fe, al menos en una solución a corto o medio plazo. Y en Barcelona hubo un desencuentro más; dejando aparte la pérdida de eficacia en clasificación, para el último stint pidió blandos y le dieron duros.

El problema de los rojos no es la velocidad, sino la consistencia. Rápidos lo son, lo demuestran en cada clasificación. Pero en carrera sufren con las gomas. A una vuelta no hay degradación, pero a diez vueltas, el potencial de los del Cavallino disminuye mucho más que el de sus rivales directos.

¿Barcelona, con su asfalto de alta degradación y el martirio que sufre el delantero izquierdo potencia esa inconsistencia? Sainz así lo cree… o cuanto menos así lo espera.

La situación en Ferrari es complicada. Todo lo que no sea ganar, al menos pelear hasta el final por la victoria, no cuenta. El pasado año, con el inicio de temporada espectacular, se podían permitir los sueños… pero era un farol propiciado por algunos problemas menores de Red Bull. Y al final, sufrieron por mantener a ralla a Mercedes, que acabó en ascenso donde los rojos están en descenso.

Este año, ni siquiera eso. Se han visto rebasados por Aston Martin, han sumado un solo podio en Bakú con Leclerc, donde también hizo podio en la sprint, y en estos momentos se ven superados por Mercedes, nuevamente en ascenso.

Vasseur señala que en Barcelona ha visto una mejora en prestación pura. En Italia, la siempre impaciente prensa, señala que Ferrari va a la deriva y que Vasseur es incapaz de dar la vuelta a la situación.

Bueno Vasseur aceptó el reto de saltar al vació sin paracaídas, esperando encontrar uno en el descenso. Se encontró con un coche hecho y un equipo humano que era el que era sin posibilidad de refuerzos a corto plazo. Debía sacar partido de lo que hay.

No me extrañaría ver un duro cambio de rumbo en Maranello. ‘Stop al 2023, nos vemos en 2024’. En otros tiempos, quizás hubieran puesto más medios. Con las reglas actuales del ‘techo presupuestario’ no les queda esa baza. 

Quizás Vasseur quiere, antes, esperar a ver que sucede en Canadá, pista más ‘clemente’ con las gomas y ver si puede contar con la nueva suspensión delantera. Pero no puede demorar la decisión mucho más allá, Vigna y Elkann no esperarán mucho más.