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Ha caído la noche en Baréin y los equipos han comenzado a hacer las pruebas pertinentes de cara a la clasificación y la carrera. Sin embargo, todo sigue igual. Mercedes sigue mostrando un poderío absoluto. Nico Rosberg ha liderado la sesión con un 1:31.001 sacando dos décimas de ventaja a su compañero de equipo, Lewis Hamilton. 

Mercedes ha dominado los primeros entrenamientos libres del Gran Premio de Baréin con una superioridad aún mayor que en la primera carrera de la temporada. La amenaza de Ferrari se ha diluido en la primera jornada del fin de semana, aunque bien es cierto que Sebastian Vettel ha probado diferentes configuraciones que los de Brackley. La gran sorpresa de la jornada matinal ha sido el equipo Red Bull, en un día en el que han debutado en un fin de semana de Gran Premio Stoffel Vandoorne y Alfonso Celis Jr.

La primera carrera de la temporada siempre nos depara sorpresas y ésta no ha podido ser de otra manera. Después de varios meses de espera, de muchos análisis, cambios en el reglamento, en la clasificación, etc; la primera sorpresa ha llegado ya en la salida: Ferrari ha conseguido adelantar a los dos Mercedes. Sebastian Vettel se ha colado entre las dos flechas de plata y ha llegado líder a la primera curva, por lo que respecta a los monoplazas de Brackley, Nico Rosberg ha molestado a Lewis Hamilton abriéndose en el primer giro para protegerse y Kimi Räikkönen lo ha aprovechado para ponerse segundo. El piloto inglés ha bajado hasta la sexta plaza.

Después de muchos meses, análisis y entrenamientos de pretemporada, por fin se ha podido ver una imagen real de la situación actual de la parrilla. La nueva clasificación ya ha debutado y ha deparado pocas sorpresas, pues los equipos han llegado muy preparados al nuevo formato y los equipos grandes han optado por salir con los neumáticos súper blandos para marcar el mejor tiempo posible ya desde el inicio. 

La lluvia ha condicionado por completo la jornada del viernes del Gran Premio de Australia. Las condiciones cambiantes de la primera sesión de entrenamientos libres han dejado una situación mucho peor para los segundos entrenamientos libres. Los Libres 2 arrancaban bajo el diluvio en Albert Park, en condiciones prácticamente de bandera roja.

Las previsiones meteorológicas adelantaban que los primeros entrenamientos libres iban a estar pasados por agua y, desafortunadamente, los equipos apenas han podido rodar en la primera hora y media de actividad en pista en el Albert Park.

Fin. La temporada de 2015 acabó bajo el siempre vistoso juego de luces de Abu Dabi. Es una despedida diferente a otras. La Fórmula 1 cambiará a partir de ahora, tanto en la pista como fuera. Es un día de despedidas, en España se dejará de ver en abierto, con el reto que supone eso para su fiel afición. Y en el asfalto, o más bien el reglamento, se buscará un giro de tuerca para devolver la flor a este espectáculo.

Las últimas cucharadas de una tarrina de helado son las que mejor saben porque sabes que son las últimas. Después de esas ya no habrá más. Por eso nos regodeamos en saborearlas todo lo posible. Y, aunque sus ingredientes no hayan sido del gusto de su afición, lo mismo ocurre con los últimos destellos de la Fórmula 1. Hay que vivirlos al máximo porque luego nos espera un largo letargo hasta su regreso.

Nico Rosberg mantiene la forma que demostró ayer por la tarde durante los segundos entrenamientos libres y ha vuelto a liderar una sesión, la última antes de la decisiva sesión de clasificación. Lewis Hamilton, que ha cometido un error en su primera vuelta con el neumático súper blando, se ha quedado a casi tres décimas de su compañero de equipo.

El principio del fin. Las luces se han encendido, y nunca mejor dicho, en Abu Dabi para dar la despedida al Mundial 2015. Una temporada que ha sido casi una réplica de lo visto en 2014. Con el mismo férreo dominio de Mercedes aunque sin lucha entre sus pilotos hasta el final y con un rival más competitivo en la pista llegado desde Maranello. Eso sí, todavía quedan dos días más de acción hasta que se cierre el telón.

El equipo Mercedes quiere cerrar por todo lo alto la temporada 2015. Después de un año con un claro dominio y sin la presión de asegurarse ni el título de pilotos ni el de constructores, la formación de Brackley quiere ofrecer un gran espectáculo en la última carrera entre sus dos pilotos y dejar claro que el dominio tendría que seguir en la próxima temporada.

Estamos acostumbrados a que cuando la Fórmula 1 aterrice en Brasil lo haga con tensión por todas partes y con la emoción de las luchas que dan títulos. Pero, desgraciadamente, este año no ha sido así. Los premios importantes se han agotado y eso afecta de forma irremediable al espectáculo que vemos en el asfalto. Así, las curvas que recorren la ladera de Interlagos nos han parecido menos atractivas en este 2015.

Resulta raro. Aquí se han vivido tantos momentos mágicos, se ha desatado tanta emoción y tensión en el pasado que llegar ahora, sin nada más en juego que el brindar un buen show a sus fieles aficionados, sabe a poco a muy poco. Interlagos ha estado siempre acostumbrado a bailar samba con la más guapa, pero este año tendrá que conformarse con la simpática. A ver cómo sale la fiesta, nunca se sabe.

Tenía un reto enorme por delante. No solo debía superar a su compañero, sino que también debía ganarse a él mismo, superarse. En las tres anteriores citas falló partiendo desde lo más alto. Tres ocasiones desaprovechadas que le apearon del subcampeonato y que le tenían hundido, desesperado. Pero, al fin, Rosberg pudo volver a sonreír. Escogió el mejor lugar para hacerlo, en una explosión de confeti y coreado por las repletas gradas del Foro Sol.

Cierto, ya está todo el pescado vendido. Los títulos tienen dueño, y el de más prestigio lo va a levantar un hombre que tiene en casa otros dos. Pero quien piense que no hay nada en juego se equivoca, siempre hay encima de la mesa algo imprescindible: el orgullo. Rosberg tiene el suyo muy tocado desde que comparte garaje con Hamilton, pero no ha podido elegir mejor día para espantar a sus fantasmas.