F1

1971-1989

CAMS Gold Star, el Campeonato Australiano de Conductores; Pt. 2

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José Miguel Vinuesa, Santi Torres
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19 Mar 2016 - 19:33
Iniciamos la segunda parte del artículo sobre el Campeonato de Pilotos Australiano. Habíamos llegado a 1970, y las discusiones en la organización sobre qué vía seguir en cuanto a motorizaciones. El resultado fue crear la llamada Fórmula Uno Australiana, como categoría competitiva. Se admitían dos tipos de motorizaciones: o bien motores de serie de 8 cilindros de hasta 5 litros de cilindrada (lo que venía siendo la F-5000), o bien motores de competición V8 de hasta 2.0 litros. La opción por uno u otro era libre. Más adelante, eso cambiaría.

Así, en la temporada 1971, eran 6 las carreras previstas. El sistema de puntuación no cambió (9-6-4-3-2-1), debiendo descartar al menos un resultado. Y, como era habitual, sólo los pilotos con licencia australiana puntuaban para el campeonato. La primera carrera, en Lakeside, fue un mano a mano entre los dos pilotos que se jugarían el título, Kevin Bartlett en su Mclaren M10B-Chevrolet, y Max Stewart en su Mildren-Waggott, con Alan Hamilton (otro contendiente al título) en tercera posición con otro Mclaren M10B. Las victorias fueron muy repartidas, y fue un año emocionante. En Oran Park, segunda cita, fue Stewart quien se hizo con la victoria, y en la tercera, en Surfers Paradise, se la apuntó Frank Matich. Kevin Bartlett retomó el triunfo en Sandown, siendo el único en todo el campeonato que repetiría victoria, y tomando el liderato. Pero sus ceros en las dos últimas pruebas, Symmons Plains y Mallala, le apartaron de la lucha por el título. Tampoco Stewart tuvo grandes resultados, pero los suficientes para aguantar la acometida de Alan Hamilton, y sobre de todo de John McCormack, que se metió de lleno en la lucha por el título en tres carreras. Al final, un solo punto le dio el campeonato a Max Stewart.

 

 

Para 1972 no hubo cambios reglamentarios, con seis pruebas. Fue un año de dominio de Frank Matich y su Matich A50-Repco Holden, que ganó las tres primeras carreras en Sandown, Oran Park y Surfers Paradise. Ni John McCormack en su Elfin, ni Kevin Bartlett en su Lola T300, pese a ganar respectivamente en Symmons y en Adelaida (en las que Matich no puntuó), pudieron hacerle sombra. La última carrera en Warwick Farm la ganó Matich para refrendar su dominio.

En 1973 la lucha fue mucho más cerrada. Eso sí, sólo hubo 5 carreras, aunque se recuperó el G.P. de Australia para el campeonato. Con el mismo Elfin MR5-Repco Holden con el que había competido en 1972, John MCormack ganó las dos primeras, en Surfers Paradise y Adelaida, pero Johnnie Walker y su Lola T300 estaban a la zaga, y ganó la tercera en Phillip Island. El G.P. de Australia, disputado en Sandown Park, lo ganó Graham Mcrae, pero como no era un piloto apto para el campeonato, los puntos de la victoria fueron  a McCormack, con Walker segundo en puntuación. En la prueba final, de nuevo en Phillip Island, a McCormack le bastaba con acabar detrás de Walker para llevarse el campeonato, justo lo que hizo al acabar segundo tras el ganador, pero perdedor.

En 1974 se introdujo una novedad. Lo que ocurrió es que, de las 6 carreras programadas, las tres primeras (Oran, Surfers y Calder) preveían la disputa de dos mangas por cita, con un resultado final agregado, mientras que las tres últimas se disputaban como hasta ahora: carreras individuales.  En realidad, no hubo nada que hacer. Max Stewart arrasó a placer con su Lola T300-Chevrolet en el campeonato: ganó las cinco primeras carreras, incluido el G.P. de Australia en Oran Park, y fue segundo en la última, Phillip Island. Nadie pudo hacerle sombra.

Y así comenzó en 1975, con Stewart ganando la cita inaugural, el G.P. de Australia en Surfers Paradise. Pero esta vez surgieron verdaderos rivales, con Johnnie Walker y John McCormack como principales retos. Y lo cierto es que no pudo con ellos. Walker ganó en Sandown mientras Stewart abandonaba, pero en la tercera y cuarta cita, a dos mangas, en Oran y Calder, McCormack recondujo el campeonato a su favor. En la emocionante prueba final, en Phillip Island, fue Kevin Bartlett quien se llevó la victoria, pero el buen segundo puesto de McCormack le dio el título finalmente.

En 1976, el uso de motores hasta 2 litros quedó fuera de uso. El campeonato quedó reducido a 4 pruebas, con inventos como que en la tercera, el sistema de puntuación se ampliara hasta el decimocuarto clasificado, cosa que luego se corrigió. Fue un año muy repartido. John Goss ganó el G.P. de Australia en Sandown, pero la regularidad de John Leffler y su Lola T400 fueron determinantes: no ganó ninguna carrera, pero se llevó el título con sus tres segundos puestos y un tercero. Las victorias fueron para Max Stewart en Oran Park (subcampeón al final), John McCormack en Calder, y Alfredo Costanzo en Phillip Island.

La temporada de 1977 vio de nuevo a cuatro ganadores distintos, y la regularidad sería clave. La puntuación para las cuatro carreras programadas seguía siendo la misma, pero en las carreras con dos mangas, se instauraba la puntuación hasta el decimocuarto, y luego se sumaban los puntos de ambas mangas para otorgar los puntos del campeonato. No tan difícil como parece. Y como dicen que quien da primero da dos veces, John McCormack ganó la cita inaugural, pero esta vez no se cumplió el dicho, y no volvió a ganar. Sus otros dos resultados de podio le dieron el título, pese a los esfuerzos de Leffler, subcampeón y vencedor de la prueba final en Phillip Island.

El campeonato sufría de un progresivo declive, y sólo tres carreras se programaron en 1978, entre ellas, eso sí, el G.P. de Australia. Aunque McCormack, como el año anterior, ganó la cita inaugural en Oran Park, fue Graham McRae el que, ganando el G.P. en Sandown, y la carrera a dos mangas en Calder Park, se hizo con cierta comodidad con el campeonato. 

 

 

En 1979, seguía el programa de tres carreras.  Y hubo tres ganadores distintos:  Johnnie Walker se hizo con el G.P. de Australia en Wanneroo Park, pero siendo tercero y segundo en las otras dos, ganó el título. En Oran Park ganó John Bowe, y la prueba final en Sandown Park fue para Alf Costanzo, que empezaba a crecer de cara a su futuro dominio. 

Curiosamente, el declive a finales de los años 70 coincidió con el boom de las carreras de turismos en Australia. En eso años la rivalidad entre Holden y Ford llenaba horas en televisión, con un puto álgido: el Mount Panorama. El trazado de Bathurst es parte de la historia del motorsport australiano, y tras que el Campeonato Australiano de Pilotos dejase de ir en la década de los 60, la Gran Carrera de Australia se estableció, pasando de los 500 kilómetros a los 1000 actuales. El australiano Peter Brock y el canadiense Alan Moffat fueron los dos pilotos más destacados, y en 1979 se vio como un belga llamado Jacky Ickx acompañó a Moffat tras ganar la prueba en un dominio apabullante de la marca del óvalo azul.

Finalmente, 1980 fue un año de cambios reglamentarios. El campeonato admitía ahora tres tipos de coches: los ya conocidos F-5000, los F-1 según la normativa internacional, y los Formula Pacific, de hasta 1.600 centímetros cúbicos. Eso dio un nuevo soplo al campeonato, que se dividía en dos categorías a su vez: F-5000 y F-1 por un lado, F-Pacific por otra. El abrir las posibilidades provocó que hubiese interés en participar. El campeonato volvía a estar poblado de carreras, un total de ocho citas. Fue el inicio de un nuevo dominio imperial por un piloto, como ya anunciamos en el artículo anterior: Alfredo Costanzo. La puntuación era la misma, pero además, se daba un bonus de 4-3-2-1 a los cuatro mejores clasificados australianos. El año fue una lucha entre Costanzo, Jon Davison y John Bowe, respectivamente con Lola T430, Lola T332 y Elfin MR8. Lo cierto es que Costanzo comenzó el año bastante irregular, siendo la lucha por el título cosa de los otros dos. Pero un final impresionante, con victorias en las tres últimas carreras (Sandown, Winton y el G.P. de Australia en Calder), hicieron caer la balanza del lado de Costanzo, que ganaba el primero de sus títulos.

El campeonato de 1981 se simplificó hasta el mínimo. Se admitían coches de menos de 1.6 litros y de más de 1.6 litros, como en el año anterior, pero se pasó de ocho pruebas al ridículo número de sólo dos. Las dos las ganó Costanzo, y se hizo con el título. Sin apenas mayores discusiones. El campeonato tenía que reinventarse, así que se adoptó la Fórmula Atlantic para la temporada siguiente, a fin de abaratar costes y permitir una mayor participación.

Efectivamente, en 1982, todos los participantes usaban coches con motores de hasta 1.600 cc, con la irrupción masiva de chasis RALT, lo que convertía el campeonato en casi una copa monomarca. El campeonato gozó de nuevo de un calendario amplio, con ocho citas, de las cuales seis a doble manga. Fue un año bastante igualado, si bien Costanzo hizo valer su mayor regularidad durante todo el campeonato, unido, casi como era ya tradición, de un sprint final con grandes resultados, lo que le dieron su tercer título por apenas cuatro puntos. Es de remarcar que el G.P. de Australia, última prueba del año, disputado en Calder Park, fue ganado por Alain Prost, seguido de Jacques Laffite, con Roberto Moreno en tercer lugar. Los nombres de la F-1 volvían a interesarse por la competición en el hemisferio sur. Este interés acabaría desembocando en lo que sería el primer Gran Premio de Australia puntuable para un mundial de F1 reglamentado por la FIA, y que se llevaría a cabo tres años después. Australia no desaprovechó esa oportunidad y ahora el país está bien considerado a nivel mundial en cuanto a motorsport. 

En 1983, Alfredo Costanzo los barrió a todos, en el que sería su cuarto título consecutivo, igualando a Bib Stillwell en número de títulos. De nuevo disputada sobre la base de la Fórmula Pacific (aunque se siguiera llamando Australian Formula One), el calendario se componía de seis carreras. Costanzo comenzó ganando en Adelaida (lo que, por cierto, incitó a Andrew Miedecke a participar en el campeonato tras verlo en televisión). Fue segundo en Lakeside, donde el ganador fue precisamente Miedecke. Costanzo encadenaría tres victorias en Oran Park, Sandown y Winton; finiquitando el campeonato a su favor. El G.P. de Australia, última prueba, fue ganada por Roberto Moreno. Obviamente no puntuó, pero con John Smith terminó justo detrás de él, anotándose el subcampeonato. Miedecke fue tercero en la general debido a una retirada en el Gran Premio, al igual que el campeón Costanzo. 

En 1984, las normas de la Formula Pacific fueron sustituidas por las de la Formula Mondial, básicamente las mismas (sobre todo en cuanto a motor), pero con algunas restricciones aerodinámicas importantes. Alfredo Costanzo partía como gran favorito en una temporada de siete citas. Aunque la prueba de Winton se recolocó en el último momento, lo que afectó a Costanzo, ya que para ese fin de semana tenía otros compromisos. Empezó ganando en Adelaida, con John Bowe segundo, que a su vez ganaría en Lakeside, con Costanzo fuera de los puntos tras abandonar. Se recuperó en Calder con una victoria, pero su no participación en Winton y la victoria de Bowe fueron un punto de inflexión en el devenir del certamen. Entre otras cosas, porque Bowe encadenó otras tres victorias seguidas en las tres últimas pruebas (Oran, Waneroo y Sandown). Costanzo se retiró al final de la temporada, siendo subcampeón. En cuanto al G.P. de Australia, esta vez no valedero para el campeonato, fue ganado por Roberto Moreno, con Keke Rosberg y Andrea de Cesaris a sus espaldas. 

 

 

En 1985 no hubo color: John Bowe ganó las cuatro primeras carreras (de un total de 5), lo que dejó el campeonato reducido a una lucha por el tercer lugar del campeonato. Sí, porque el subcampeón, Peter Hopwood, encadenó cuatro segundos puestos en las cuatro primeras carreras. Así que tampoco estuvo en duda el subcampeonato. En cuanto al G.P. de Australia, ya no necesitaba de la llegada de estrellas extranjeras. En 1985 se celebró el primer gran premio valedero para el campeonato del mundo de F-1, en Adelaida, que ganó Keke Rosberg. Australia ya tenía su carrera entre la élite mundial.

En 1986, John Bowe se pasó a los turismos, así que no defendió su título. La temporada se componía de siete citas. El carácter de monomarca, con los RALT RT4-Ford, era patente, pese a alguna participación de monoplazas diferentes, como el Cheetah Mk8-Ford. Fue precisamente un importador de RALT, Graham Watson, quien se hizo con el título tras mostrar una gran regularidad. Empezó ganando en Sandown, fue tercero en Adelaida y Waneroo, segundo en Calder y Winton, y de nuevo tercero en Oran Park. En la prueba final, Amaroo, ni él ni su perseguidor, Peter Hopwood, puntuaron, con lo que Watson se hizo con su única Gold Star. El G.P. de Australia de F-1 lo ganó Alain Prost, que como vimos ya sabía lo que era ganarlo.

En 1987 hubo un nuevo cambio normativo y de concepción del campeonato. Se adoptó la Fórmula 2 australiana, que ya venía existiendo y coexistiendo con la Gold Star. El fracaso de la Formula Mondial motivó el pasarse a esta nueva normativa, con la eliminación absoluta de aerodinámica en el suelo del monoplaza. Seguían siendo coches de 1.6 litros, y los RALT dejaron de ser el único monoplaza, pero lamentablemente, la Gold Star quedó reducida a una prueba telonera del G.P. de Australia de F-1, en Adelaida, prueba que ganaría Gerhard Berger, con su compañero en Ferrari Michele Alboreto en segunda posición. La carrera telonera, a 15 vueltas, vería a un ilustre apellido obtener las mieles del triunfo: David Brabham, que pocos años después desembarcaría en la F-1.

La temporada de 1988 sería también la última en la que se siguió la normativa de la F-2 australiana. El campeonato recuperó parte de su esplendor, con siete pruebas en el calendario. Se adoptó un nuevo sistema de puntuación, siendo valederos únicamente los seis mejores resultados, con un reparto de puntos de 30-27-24-21-19-17-15-14-13-12-11-10-9-8-7-6-5-4-3-2. Junto a ello, como el año anterior, una gran variedad de monoplazas, lo que daba un ambiente competitivo inmejorable. Fue Rohan Oslow el que mostró una mayor regularidad, acabando en segundo lugar todas las carreras, excepto en la segunda, Amaroo, donde no puntuó, y sus dos victorias en Mallala y la prueba final, Sandown Park.  Obtuvo así su primer campeonato con firmeza. El Gran Premio de Australia de F-1, siempre en Adelaida, lo ganaría Alain Prost, de nuevo.

El Campeonato Australiano de Pilotos, o Gold Star, seguía manteniéndose en el calendario. Iba poco a poco perdiendo preeminencia en cuanto a la categoría estrella en Australia, pero en 1989 afrontaría su trigésimotercera edición, con nueva normativa.

Pero eso lo dejamos para la siguiente entrega.

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