Ferrari vuelve a la resistencia con Miguel Molina en la pole de Sebring

Una oportunidad de oro para Miguel Molina quien, junto a Niklas Nielsen, comparte el Ferrari 499 P número 50 con Fuoco. Antonello Coletta había dicho antes de la clasificación “estamos donde queríamos estar” y se mostraba confiado ante este debut tras 50 años de ausencia. Un retorno que es apuesta personal de John Elkann.

El retorno de Ferrari a la especialidad es clave en el relanzamiento de la misma tras unos años de tedioso dominio de Toyota, sin rivales en pista. Por el contrario, los LMDh, donde milita Porsche, parecen un poco por detrás, al menos en clasificación. Veremos qué sucede en ritmo de carrera

La incógnita está en saber si Ferrari podrá mantener el ritmo en carrera y no surgen problemas de fiabilidad.

Se cantaba ya una primera fila totalmente nipona, cuando Fuoco se sacó de la manga un crono de 1’45”067, que pulverizó la pole del año pasado –Negrao, Alpine, 1’47”407–, pero queda lejos de la que Fernando Alonso consiguió para Toyota en 2019, en 1’40”317. Claro que entonces los coches eran LMP1 y ahora son LMH o Hypercar, que tienen más limitaciones.

Ferrari y Toyota, con sus LMH, estuvieron por delante de los LMDh, donde Cadillac superó claramente a los dos Porsche por un segundo. El coche americano está a un segundo de la pole, un poco en tierra de nadie.  Los Peugeot, pese a las actualizaciones, sólo pudieron pegarse a los Porsche.

Glickenhaus y Vanwall están descolgados a cuatro segundos de la pole. Los dos equipos garajistas sufrirán en la categoría reina, al contar con medios limitados; de hecho, Glickenhaus apenas ha tocado el coche desde las 24 Horas de Le Mans de 2022.

En LMP2 se asistió a una batalla sin cuartel entre Pietro Fittipaldi, Phil Hanson y Yifei Ye… hasta que Oliver Jarvis superó la barrera del 1’50” y se colocó delante. Las tentativas finales de Ye, Robin Frijns y Miko Bortolotti intentaron desbancarle.

Al final, Vaxivière colocó su Alpine en cuarta posición; la marca francesa estaba decepcionando en su retorno a LMP2, tras haber corrido en la categoría reina las dos últimas temporadas; un impase hasta tener listo el LMDh en 2024. Pese al nombre, el Alpine es un Oreca-Gibson rebautizado; la categoría es en la práctica monomarca de Oreca.

Albert Costa clasificó el coche de InterEuropol en undécimo puesto, aunque a sólo nueve décimas de la pole, tal es la igualdad de la categoría.

Entre los LMGTE, Sarah Bovy colocó el Porsche en pole, siendo la única que bajó de 1’59”, tras un gran duelo con Bob Keating. Ello da a este equipo el papel de favoritas.

Al ver la lista de tiempos de los GTE aparecen algunas sorpresas. Algún equipo está por detrás de lo esperado, incluso lejos de los tiempos de las sesiones libres. La razón es clara: los pilotos de categoría superior no pueden clasificar, la tarea es encomendada a los ‘bronce’, de ahí la disparidad. De ver a los profesionales hacer cronos muy parejos, a las diferencias entre los amateurs, que pueden ser decisivas para el resultado final.