La batalla está servida en el GP de España

Eso sí: en cabeza el duelo entre Charles Leclerc y Max Verstappen está servido. Los hombres de punta de Ferrari y Red Bull parecen tener una brizna más que sus perseguidores, Carlos Sainz y Sergio Pérez, entre los que se inmiscuyen los Mercedes de George Russell y Lewis Hamilton.

Las actualizaciones de Mercedes, que les han permitido eliminar el 'porpoising' totalmente y también la mejora en el motor, se han hecho notar. Todavía están quizás un paso por detrás, pero lo importante para ellos es que comienzan a tener claro que han salido del túnel y que 'huelen presa' en sus rivales.

Charles Leclerc sale en Pole y Max Verstappen le acompaña en primera línea. Los Ferrari han hecho un paso adelante importante en uno de sus puntos débiles, la velocidad punta, y han mantenido la hegemonía en los dos últimos sectores del Circuit, las zonas más viradas.  Pero el Red Bull sigue siendo mucho más rápido en punta… una ventaja que Verstappen no ha podido aprovechar en su intento de conquistar la pole por un problema en el DRS, al decir de los austríacos.

La salida será clave. Si Verstappen supera a Leclerc, Ferrari tendrá muy complicado mantener la posición. Este año se puede seguir más de cerca, pero 'el precio' es que el DRS ha perdido eficacia y sobre todo la aspiración. De esta forma será complicado para los rojos superar a los austríacos en la recta.

Entrará entonces en juego la estrategia y Leclerc parece que ha podido guardarse un juego de blandos nuevo… aunque Pirelli no cree que nadie recurra a ellos en carrera… salvo ese jueguecito actual de marcar la vuelta rápida al final si la parada en boxes para colocarlos sale gratis.

La estrategia y la degradación de las gomas. Los Ferrari parecen sufrir más este fenómeno que Red Bull o Mercedes. Es un detalle con el que los estrategas de los rojos deben jugar.

Es cierto, Pirelli contempla la mejor opción las dos paradas y gomas duras y medias para la carrera, por el calor reinante. El delta entre un compuesto y otro es importante. Pero los equipos siempre acaban sorprendiendo las previsiones del fabricante italiano.

Sainz sabe que tiene que contener a los que le siguen detrás en la parrilla. Tiene a Russell a su lado, a Pérez inmediatamente detrás, compartiendo fila con Hamilton.

Los Mercedes hasta ahora han tenido su punto fuerte en carrera -pese a que Lewis quedara bloqueado en Miami en posiciones intermedias- y hay que tener en cuenta que donde las flechas de plata perdían tiempo era en el segundo sector, el más virado, donde es imposible adelantar, donde la defensa de la posición es relativamente sencilla… y lo hicieron porque sus gomas blandas estaban perdiendo ya eficacia. Pero en el primero, el de la recta y la gran curva tres, Russell ha sido el más eficaz por delante de Max.

Carlos Sainz tendrá mucho que decir en carrera. Es su punto fuerte y hoy ha acusado el cambio de chasis que tuvo que ser orquestado a toda prisa. No acababa de encontrarse tan cómodo, tan confiado, como el viernes.

Detrás, Alfa Romeo, Haas y McLaren librarán su batalla. Incierta, como en otras ocasiones. Bottas intentará quizás algo en la salida. Pero tiene complicado inmiscuirse entre los seis de delante… salvo imponderable.

En cuando a Fernando Alonso, si se saca de la manga una de sus grandes salidas puede intentar llegar a los puntos. Pero los Alpine no parecen haber dado un paso adelante aquí. Ya lo dijo Alonso, el ala trasera no es una evolución sino una adaptación al circuito. A priori, lo suyo será sufrir.

Así pues, batalla Leclerc-Verstappen por la victoria. Está temporada su batalla es 'el combate de los jefes'. Con un Sainz que intentará aprovechar la menor oportunidad, dispuesto a hacer que la afición se levante de los asientos, pero que a su vez también debe vigilar a los que están detrás. Los Mercedes, al acecho por si se tercia. Un Sergio Pérez que buscará utilizar una baza que tiene a su favor: el cuidar mejor que nadie las gomas… y que quizás pudiera obrar un milagro.

Este es el planteamiento. Después, un coche de seguridad puede decantar las cosas de forma inesperada… porque los safety se sacan en la actualidad a la mínima.