La hora de la verdad para Mick Schumacher

El pasado año, Mick reivindicó su derecho a cometer errores. Lo justificaba como parte del necesario proceso de aprendizaje de una categoría como la Fórmula 1, la de mayores prestaciones del automovilismo con diferencia y muy distinta, por su tecnología, de todo lo que había conducido en el pasado.

Pero el accidente sufrido en Arabia, que obligó a Haas a elegir entre reparar de urgencia el monoplaza, poniendo en peligro los recambios para el Gran Premio de Australia, o dejar un Gran Premio de ‘descanso’ a Mick y asegurar las mejores condiciones para la prueba australiana, eligió lo segundo.

Precisamente el pasado año ya abandonó en Arabia por un accidente en la octava vuelta, al perder el control del coche en la curva 22.

El golpe de Mike fue de los caros. Se ha cifrado por Haas en un millón de euros. Pero si se utiliza el baremo de basspro24chevy, el que utilizamos el pasado año para toda la temporada, el costo es muy superior, unas dos veces y media más: 2.727.000 dólares, es decir, casi dos millones y medio de euros. El coste superaría la suma de todos los otros golpes sufridos hasta ahora esta temporada, incluido el de Latifi, que también fue importante.

Aparte de esto, tiene asimismo un coste ‘deportivo’. No son ya los ‘cero puntos’ sumados en Arabia por Mick —que tampoco puntuó, aunque estuvo en las puertas de hacerlo, en Baréin— sino que penalizará sin duda por la caja de cambios que quedó echa añicos. No será una penalización inminente porque este año han cambiado las reglas y se tiene un número de cambios a emplear durante la temporada como se quiera, pero de la que no escapará en la parte final del campeonato.

Un duro golpe a las cuentas de Haas, un equipo cuyo presupuesto total —incluidas las partidas que no contabilizan para el límite presupuestario — debe estar por debajo del ‘limite presupuestario.

Steiner tiene que estar particularmente decepcionado porque Haas es ahora un coche competitivo, pese a que tenga un problema con el embrague en las arrancadas que le cuesta alguna posición en la salida. Aunque tiene una cantidad destinada a accidentes, el propio Steiner ha dicho que otro accidente así y comprometerá las opciones de desarrollo del coche.

Mick ya fue el piloto que costoso el pasado año en lo que accidentes se refiere, algo más de 4.210.000 euros, casi un 70% más que su compañero de entonces, Nikita Mazepin. Entre ambos el pasado año se estima que alcanzaron una cifra del orden de los 6,7 millones de euros.

¿Falta de confianza? ¿Aún debe aprender? ¿Más presión? ¿O efecto Magnussen? Es cierto, a Mick le cuesta ‘aprender’. Su primer año en Fórmula 2, al igual que su primera temporada de Fórmula 3, no auguraba nada especialmente brillante, pero en su segunda temporada acabó ganando ambos campeonatos con solidez. 

El pasado año no tuvo problemas para ser más brillante que su compañero, Nikita Mazapin. Todo lo que hiciera estaba bien, porque el Haas era coche de fondo, total, de parrilla, así que superar la Q1 en tres ocasiones era algo para apuntar en la columna del ‘haber’.

Pero este año tiene un Haas competitivo, que por el momento debe estar en los puntos en todas las carreras. Y, además, tiene un compañero con espolones, que conoce muy bien el equipo porque ha pilotado cuatro años para Haas y que está motivado en su retorno a la Fórmula 1. Tiene alguien que será quien dará el verdadero valor de su talla, a quien debe superar.

Para Mick, este es el año clave. Y no puede decirse que lo haya comenzado con buen pie.