La estocada de Carlos Sainz: el mejor de los otros

Carlos, 164,5 puntos por 160 Lando Norris y 159 Charles Leclerc. Tras el Gran Premio de Francia, Carlos estaba a 36 puntos de Lando y a diez de Charles.

"Estuve muy fuerte hoy, aunque con el coche de seguridad final, los nervios estaban a flor de piel", señaló Carlos.

No hace mucho, en un contexto particular, Mattia Binotto dijo que cuando Ferrari estuviera en condiciones de luchar por el título, Leclerc sería su hombre, con la lógica indignación de los seguidores del madileño, que incluso le pedían que cambiara de equipo.

Carlos no contestó. Sabía que la polémica era inútil. Entendí que Binotto había dicho esto porque en algunas momentos esta temporada se ha visto a Leclerc disgustado con el equipo, según avanzaban las cosas. La constatación llegó en pista, donde tenía que llegar, donde yo lo esperaba.

Y llegó tras 'devolverle' la posición al monegasco en dos ocasiones, la última de ellas en Arabia Saudí, donde dejó claro que, además, es hombre de equipo: sabía que si Ferrari quería el título honorífico de tener en su equipo al mejor piloto de 'segunda división', Leclerc estaba algo mejor situado y tenía la oportunidad de superar a Lando Norris en Yeda.

En Yas Marina tuvo una carrera de libro, con un poco de fortuna cuando Lando Norris, que estaba detrás de él, entró con el coche de seguridad, más que para defenderse de Valtteri Bottas, por tener un pinchazo lento. Y Charles Leclerc hizo un segundo cambio de neumáticos cuando salió el coche de seguridad virtual por el abandono de Antonio Giovinazzi.

• El largo y tortuoso camino de Carlos Sainz hasta Ferrari

La andadura de Carlos en Fórmula 1 es un tanto sorprendente. Apostó por dejar la disciplina Red Bull en cuanto tuvo claro que el Dr. Marko no le quería al lado de Max, por si las moscas. Pasó a Renault, hizo crecer al equipo… y encontró acomodo en McLaren cuando los franceses perfierion apostar por Daniel Ricciardo. Y supo abrir la puerta de Ferrari cuando en McLaren decidieron darle coche a Ricciardo.

En todo momento Carlos ha dejado claras dos cosas. No es, nunca será, el número dos de un equipo. Pero también que comprende que debe trabajar por y para el equipo y aprovechará cualquier oportunidad que se le presente.

No sé si llegará a campeón del mundo. No lo sé porque hay un factor que no depende de él: el coche. Pero el día que tenga un coche para luchar por las vistorias y podios de forma regular, habrá que contar con él.

Este título honorifico del 'mejor de los otros' no hay que verlo como una recompensa a su trabajo este año –su primer año en Ferrari, con el cambio cultural y de adaptación al coche que ello implica–, sino como un aviso claro de que lo mejor está por llegar. Y en Ferrari, lo admitan o no, todos, hasta Mattia Binotto, lo saben. Lo de hoy ha sido estocada directa y certera tras una gran faena toda la temporada.