Hamilton vs. Verstappen: epílogo de una temporada repleta de polémicas

Sin embargo, en un ambiente cargado de tensión, son pocos los que esperan una carrera exenta de golpes de teatro y de polémicas en uno de los mundiales que se recordará entre los más polémicos de la historia. Una carrera en la que no sólo existe el peligro de que los dos protagonistas tengan un toque decisivo, sino en la que sus compañeros –y quizás los clientes de un motorista– puedan ser la clave del desenlace.

Lewis tiene algunas ventajas. No sólo los siete títulos en su haber por ninguno de su rival, sino también su experiencia. Hamilton se ha jugado la corona muchas veces en la última carrera. Ha perdido y ha ganado, en ocasiones incluso cuando parecía que todo estaba perdido. Sabe que hasta la última vuelta todo es posible… y que no sólo hay que esperar a cruzar la meta, sino a ver la clasificación de tu rival.

Hamilton ha demostrado que sabe aislarse. Max deberá vencer dos demonios: el pánico escénico de la primera corona, de una parte, y la presión que tanto su padre, Jos, como el Dr. Marko meterán a sus espaldas, pidiéndole que sea agresivo durante la carrera. Una rivalidad a la altura de la que surgió entre Ayrton Senna y Alain Prost.

Aunque las hostilidades se declararon en Silverstone, ya en la segunda prueba de la temporada, en Imola, Verstappen dio muestras de que iba a pelear duro, que iba a ser agresivo con Lewis, ambos corrieron en paralelo las primeras curvas, con la pista mojada y Max se llevó la mejor parte. Lewis, al intentar superar a George Russell, perdió el control y acabó contra las vallas: pudo poner marcha atrás y seguir, parando a cambiar el morro justo cuando salió bandera roja por accidente entre George Russell y Valtteri Bottas. Esto permitió a Hamilton reparar el coche y además, recuperar el giro perdido.;

Tras las primeras cinco carerras, Lewis manda sobre Max: tres victorias a dos y ambos hacen un cero en Bakú. La victoria de Max parecía cantada cuando le estalló un neumático, lo que provocó una bandera roja. Hamilton lo tenía todo de cara pero en el reinicio pulsó el interrupor que mantiene los frenos calientes en parado, bloquea los frenos en la primera curva cuando se había colocado libre y toma recto la escapatoria; vuelve a pista, pero en última posición del pelotón... a falta de dos vueltas, con lo que se queda fuera de los puntos.

Tres victorias seguidas de Verstappen –Francia, Estiria y Austria– colocan las cosas de forma muy favorable a Max. Los pronósticos de pretemporada, que el Red Bull era mejor que el Mercedes –entre otras cosas porque Honda había dado un gran paso adelante– parece que se confirman, mientras que no estuvieron muy claras en las cuatro primeras carreras. Intentando seguir a Max, Hamilton daña su fondo plano en los bordillos y su coche lo acusa y acaba sólo en cuarta posición.

Max cuenta con 32 puntos de ventaja cuando se llega a Silverstone y se produce el primer episodio cruento entre Verstappen y Hamilton. En la primera vuelta, Hamilton mete el morro a Verstappen en el rapidísimo Copse, pero Max no cede. Ambos se tocan y Max, que va por el exterior, tiene las de perder: el Red Bull va contra el muro y abandona. Mientras Hamilton celebra su victoria –pese a recibir una penalización de diez segundos por ser el mayor causante del accidente–, Max está en el hospital y en Red Bull acusan a Lewis tanto del golpe como de la falta de deportividad de celebrar la victoria.

La siguiente cita, en Hungría, fue todavía más caldeada. Valtteri Bottas comete un error en la salida, con la pista mojada, se lleva por delante a Sergio Pérez, que golpea a Max. En Red Bull están que trinan contra Merecedes, pero aún pudo haber sido peor: Hamilton sólo es tercero. El incidente inicial, con cinco coches involucrados, hace que salga la bandera roja. Cuando se reanuda la carrera, en la vuelta de formación se constata que la pista se ha secado y todos se precipitan a montar neumáticos de seco menos Hamilton. Error, que le dejará último cuando pare en la siguiente vuelta, pero remonta hasta la cuarta plaza final, cosa que Max no puede hacer porque su coche estaba muy dañado y acabó fuera de los puntos.

Tras la pausa veraniega y la no carrera de Spa –dos vueltas tras el coche de seguridad hasta que se detiene de forma definitiva– se llega a Italia, el tercer punto duro del Campeonato, aunque previamente Max ganó de forma limpia en Países Bajos. En Italia hay clasificación al sprint y Hamilton, que hace patinar el embrague en la arrancada, sólo acaba en quinta posición.

En la salida del Gran Premio Ricciardo sorprende a Verstappen y Hamilton sale como un obús desde la quinta plaza y e intenta sorprender a Max en la frenada de la segunda chicane, pero Max no deja espacio y Hamilton debe tomar la escapatoria. Lewis pierde tiempo detrás de Lando Norris… pero Max no consigue superar a Ricciardo; en la vuelta 21 se salta la chicane al no poder culminar un nuevo intento.

Todo se precipita en la parada en boxes. La de Max es catastrófica y cuando Hamilton se detiene en el giro siguiente, sale justo detrás de Norris, pero justo delante de Max, pese a que la parada no es buena tampoco. Max quiere adelantar a su rival ya, lo inenta en la Variante del Rettifilo; lo intenta por fuera, pero Lewis mantiene su trayectoria, pero Max insiste, se sube a los pianos, pierde el control y golpea al Mercedes, se sube encima de él y sólo el halo salva a Lewis al soportar el peso del Red Bull. Max se baja, sabe que es abandono; Hamilton intenta poner marcha atrás y salir, pero es inútil, ambos deben retirarse.

Entre tanto, se suceden otras acusaciones. Que si las alas flexibles, que si la suspensión trasera del Mercedes, que si los de la estrella han ganado potencia de forma milagrosa. No hay protestas formales, sólo insinuaciones de que la FIA debería investigar.

Las carreras siguientes evitan el cara a cara. Max sale desde la última posición en Rusia por cambio de motor. En Turquía es Hamilton quien cambia motor. En Austin, Verstappen gana gracias a un magnífico undercut. En México gana Verstappen, como estaba previsto: su ventaja sobre Hamilton es de 19 puntos a falta de cuatro carreras.

En Brasil, todo se precipita. Hamilton hace una Pole espectacular y Verstappen sospecha del ala posterior del Mercedes, llega a tocarla en régimen de parque cerrado, lo que le cuesta 50.000 euros de multa… pero los comisarios encuentran que el DRS de Lewis se abre un par de milímetros más de lo permitido en un determinado punto.

Lewis recupera parte del retraso en la clasificación al sprint y en carrera hará el resto. Sale muy bien y gana posiciones; un coche de seguridad temprano permite a Lewis recuperar el retraso, pero Verstappen resiste, se protege del undercut y se mantiene delante tras la segunda parada en boxes, que Hamilton retrasa para hacer valer los neumáticos nuevos al final y lo adelanta a poco del final aprovechando que Max llegó un poco largo a la curva de final de recta. Antes lo había intentando en la vuelta 48 en la parte baja del circuito, pero Max le cortó el paso al llegar 'colado' y obligó a Lewis a salirse a su vez por la parte cementada de la escaparoria.

El periplo final comienza con dos Grandes Premios nuevos, en Catar y Yeda comenzó caliente porque Mercedes solicitó la revisión de la maniobra de Max en la vuelta 48, que Michael Masi se había negado a investigar en Brasil pese a sus protestas. Fue desestimada. Max, a falta de tres carreras puede contar aún con 14 puntos de ventaja.

En Catar es el 'affaire' de las dobles banderas amarillas en clasificación. A Bottas le penalizan con tres plazas de parrilla; a Max, con cinco… y Red Bull protesta en vano. Hamilton controla la carrera sin grandes problemas.

En Arabia Saudí surge la polémica del 'brake test' cuando tiene que devolver la posición a Hamilton… aunque ya antes hubo un episodio polémico. Hubo banderas rojas iniciales y antes de la segunda, Max supera a Hamilton cortando la curva 2 y también a Ocon. Pero hay nueva bandera roja y Masi negocia con Red Bull para que Max ceda plaza a Hamilton… es decir, salta tras Ocon y Lewis y evitar que el asunto pase a los comisarios.

En la resalida, Ocon se salta la curva 2, Hamilton se queda detrás, pero Max los adelanta.

Todo sucedió en la vuelta 37. Max perdió la trasera de su coche en la primera curva y se salta la curva 2 para aparecer en pista a plena velocidad delante del morro de Lewis. Le piden que devuelva posición… pero no parece dispuesto a hacerlo. De repente, ralentiza mucho en la recta, de séptima a tercera, frena incluso; Lewis no sabía qué pasaba… y casi se lo lleva por delante. La idea de Max era clara: dejarle pasar antes del punto de detección del DRS y aprovechar el DRS en la siguiente zona para recuperar el liderato, pero Lewis se dio cuenta de ello y no pica. Lewis roza el coche de Max y daña ligeramente el alerón delantero… pero se evita lo peor.

Lewis pasa en la recta de meta y resiste el intento de recuperación de Verstappen, que recibe cinco segundos de penalización. La suerte está echada. Max se queda sin margen para parar y quitarle la vuelta rápida a Lewis para llegar con dos puntos de ventaja a Abu Dabi; al final llegarán igualados a puntos.

Con estos precedentes, pensar que vamos a ver una carrera limpia y sin incidentes es mucho pedir.