La F1 se ha revolucionado: Hamilton es vulnerable

Los ocho primeros de la clasificación de Imola estuvieron separados por cuatro décimas de segundo, algo que no se veía desde 2012. La Pole Position se acabó decidiendo por milésimas. Por primera vez en mucho tiempo, ahora podemos divertirnos con peleas entre equipos distintos.

Y en una Fórmula 1 tan revuelta son los atrevidos y los descarados los que se llevan el gato al agua. El rey de ese club es Lando Norris, que hizo un gran fin de semana buscando sus límites como piloto y los de su coche. Puede que en algún momento acabe superándolos, porque esto es como caminar por un cable de acero, pero por ahora mantiene el equilibrio.

Lo que está haciendo Lando tiene mucho mérito, sobre todo si lo comparas con las actuaciones de Daniel Ricciardo. El australiano todavía se está acostumbrando a McLaren, pero creo que le va a costar doblegar a su compañero. El mérito de Lando también pone en valor lo que hizo Carlos Sainz estos últimos años.

Si hablamos de la carrera, debo reconocer que, por primera vez en mi vida, quería que fuera sobre seco. Estamos justo al principio de la temporada y tengo ganas de ver la velocidad de cada coche, de ver cómo se pueden comportar sobre seco determinados personajes sin que la lluvia desvirtúe un poco lo que vemos.

El piloto más perjudicado por la lluvia fue Sergio Pérez, que estaba segundo en parrilla y tenía neumáticos blandos para atacar en los primeros metros. El sábado brilló, pero el domingo esperábamos mucho de él y cometió muchos errores. Cometió el error de recuperar su posición tras salirse de pista durante un coche de seguridad y ahí recibió una sanción de tiempos, lo que de alguna forma arruinó sus opciones. Eso no se puede repetir, pero hasta el sábado estuvo espectacular.

Ayer era muy fácil cometer un error y por primera vez en mucho tiempo vimos a Lewis Hamilton poner un pie en falso. ¿Cuánto hacía que eso no pasaba? Lewis hace fallos cuando está presionado, pero el problema es que desde que se marchó Rosberg no ha sentido presión ni dentro ni fuera de su equipo. Esta vez tuvo que sudar sangre el sábado para conseguir la Pole y de nuevo el domingo para minimizar su error.

Esta nueva igualdad de la Fórmula 1 provoca dos cosas: pone presión en todo mundo, de modo que ya no basta con ser rápido, y pone de relevancia la excelencia. Y hay dos personas que rozaron la excelencia: Max Verstappen y Lewis Hamilton. Y digo ‘rozado’ porque incluso ellos tuvieron deslices.

Verstappen estuvo extraordinario, pero perdió el coche en una resalida y se fue a la hierba. Ahí tuvo un poco de suerte, porque, aunque sus manos son muy importantes, también necesitas un poco de suerte para no acabar trompeando en una situación así. Pero Max no sólo lo salvó, sino que al volver a la pista tuvo la sangre fría para temporizar la resalida, para no precipitarse.

Hamilton hizo una remontada excepcional tras su salida de pista, pero él también tuvo suerte. El coche estaba roto y estaba condenado a perder una vuelta si entraba en boxes, pero justo entonces hubo la bandera roja por el accidente entre Valtteri Bottas y George Russell, que básicamente hizo un reset a la carrera.

Hablemos del accidente.

Los comisarios interpretaron que fue un lance de carrera y sé que hay muchas versiones y muchas formas de verlo. He oído de todo, pero mi opinión personal –que puede ser errónea– es que Valtteri no tuvo ninguna culpa.

Bottas iba por el carril seco, por la línea de carrera. Hay quien dice que no le dejó espacio, pero no hizo ningún cambio de dirección ni ninguna maniobra errática. Claro que la pista se estrecha antes de la primera curva, pero eso es algo que Russell tenía que tener en cuenta cuando sabe que el coche de delante tiene la trazada.

George puso las ruedas en la zona húmeda y entonces hubo el accidente. Afortunadamente el halo salvó a Bottas, porque vimos cómo la rueda delantera izquierda del Williams impactaba contra este elemento.

Lo interesante del caso es que las consecuencias de este accidente son políticas, internas. Bottas y Russell son pilotos Mercedes, y creo que en el lenguaje gestual de uno y otro –el dedo de Bottas, el golpecito de Russell– vimos que hay cierta animadversión o tensión entre ellos, dado que George es el sustituto natural de Valtteri.

Toto Wolff estaba muy enfadado, porque decía que un coche siniestro total afectaría a los planes económicos de Mercedes para este año y el próximo, ahora que vivimos con un techo presupuestario.

Sea como sea, es evidente que Bottas va a sufrir este año. Ahora hay mucho nivel y ya no tiene el colchón de rendimiento que le daba su Mercedes en otras temporadas. No tiene paracaídas y me temo que lo va a pasar mal en muchas carreras.

Los Carlos estuvieron excepcionales: Leclerc fue cuarto y Sainz fue quinto. Resultado fantástico para Ferrari. Todavía les falta algo de velocidad para meterse en la pelea por el podio, pero ayer fueron al ataque. La estructura se está cimentando, Carlos está aprendiendo y Leclerc también está mejorando con la presión del español. Si dan un pasito adelante, podemos divertirnos mucho con ellos este año y quizá también pueden hacer podio o victoria en algún Gran Premio.

Carlos se salió varias veces de pista y estaba un poco desesperado. Fue una carrera muy difícil, pero lo importante es que pasó de salir undécimo a terminar quinto. Puntos para el equipo y un buen aprendizaje. Va por el buen camino. Sólo le falta ser un poco más agresivo el sábado, donde aún le vemos con ciertas dificultades, pero en carrera se lo va a hacer pasar mal a Leclerc.

Sobre Fernando Alonso, el caso es que Alpine tiene que mejorar. El equipo es una de las decepciones de la temporada. Están bastante atrás y se pueden medir con Aston Martin, Alfa Romeo y poco más. En Imola introdujeron novedades y Fernando dijo que hacían el coche mejor, pero siguen muy lejos.

Será difícil que este año se metan en la pelea, porque llegará un punto en el que no habrá muchas evoluciones. Al menos los dos coches estuvieron entre los diez primeros. Fernando hizo un curso de refresco de Fórmula 1. Con lo difícil que fue Imola, seguro que le ha servido para ganar muchísima confianza. Él mismo reconoce que aún le falta cogerle algo más de confianza en el coche para poder sacarle todo el rendimiento.

Y también quiero que AlphaTauri tenga un Gran Premio tranquilo, porque creo que los veremos en la pomada. Tsunoda se auto eliminó, pero Gasly hizo una gran remontada después de que le pusieran los neumáticos de lluvia extrema en la salida.

No quiero despedirme sin darle la enhorabuena a Alex Palou, que desde ayer ya sabe lo que es ganar en la IndyCar. Ganó el GP de Alabama con el equipo Chip Ganassi. Juntar a un buen piloto con un buen equipo es una garantía. Ésta fue la primera victoria, pero podéis estar seguros de que no va a ser la última. Nos lo vamos a pasar muy bien con él y con la IndyCar, y también con la Fórmula 1, porque hemos vivido dos Grandes Premios excepcionales. Aún quedan 21. Próxima estación, Portugal.