Ser el mejor de la F1,5 y no tener volante, la paradoja de Pérez

Es posible que sin sus dos 'ceros', sus dos ausencias a causa de la covid-19, Sergio Pérez gozaría de una ventaja más cómoda al frente de esta tabla. Él y Lewis Hamilton son los únicos pilotos que han acabado en los puntos todas las carreras en las que han participado este año.

Todo ello hace que, para muchos, la decisión de Lawrence Stroll de prescindir de 'Checo' sea casi injustificable. Y que el hecho de que el cuarto clasificado del presente campeonato se vea abocado a un año sabático es una incongruencia más de las muchas más que se dan en la F1. 

El mexicano no será ni el primero ni el último piloto que merezca sobradamente estar en un equipo de punta y se vea abocado a un 'hasta la vista' -quizás incluso 'adiós'- prematuro. Incluso Fernando Alonso, por otras razones si cabe, sabe lo que es esto. De sus años 'semisabáticos' al abandonar McLaren y refugiarse en Renault, equipo entonces en descomposición, a los que asumió en McLaren-Honda condenado por el motor al papel de figurante.

No voy a criticar a Lawrence Stroll. Tener a Vettel, cuatro veces campeón, es siempre un plus por más que, al menos hasta Turquía, este año parezca un 'muñeco roto', un campeón mentalmente destruido. Y prescindir de su hijo -que está creciendo y es mejor de lo que muchos creen- tampoco parece de recibo. Sin Lance, Lawrence no sería propietario de un equipo de F1.

Tampoco al Dr. Helmut Marko por no colocarlo al lado de Verstappen, al menos eso es lo que parece. De una parte esta la filosofía de la 'pirámide' de Red Bull, y de otra la decisión de no 'molestar' a su joya, Max Verstappen. El clan del holandés ya se ha pronunciado a favor de Nico Hülkenberg, excelente piloto pero posiblemente más sencillo de gestionar. Y lo último que quieren en Red Bull es una batalla de gallos en clave interna.

Hoy, los equipos parecen decidirse por la figura de un primer piloto y un buen compañero capaz de sumar muchos puntos, incluso de asumir el liderazgo si el 'líder' vacila. Pero para nada quieren una batalla interna que puede ser nefasta para el Campeonato de Constructores. Y los equipos grandes ya han hecho su elección de 'líder'.