Hamilton tiene algo más

Por primera vez en toda la temporada, no había ningún Mercedes en las tres primeras posiciones de la parrilla. Por primera vez los problemas del viernes no eran ningún teatrillo. El nuevo asfalto del Istanbul Park era resbaladizo y se le atragantaba al equipo. Lewis tenía posibilidades matemáticas de ser campeón, pero podría haberlo sido de una forma gris, porque le bastaba con terminar por delante de Bottas.

El destino y la fortuna le regalaron la oportunidad de conseguir el séptimo título en un auténtico infierno, en una de las carreras más complicadas de los últimos tiempos. Hamilton brilló y se proclamó heptacampeón de una forma brillante y epopéyica. Las epopeyas se escriben en grandes versos y Lewis hizo una de sus mejores actuaciones en los 13 años que lleva en la Fórmula 1.

En la Fórmula 1 no basta con ser rápido. En domingos como el de ayer, necesitas tener algo más. Lewis tiene la velocidad, pero también tiene ese ‘algo más’ que se le piden a los grandes pilotos en una circunstancia como ésta. Tenía que ser prudente, paciente, inteligente, sutil, y saber ser agresivo y depredador cuando la situación lo requería. Hamilton lo fue.

Lewis se resistió a la tentación de parar en boxes y poner otro juego de neumáticos, como el resto. Tiró con lo que tenía y llegó a la línea de meta con unos intermedios que se habían convertido en neumáticos slicks, con más de 50 vueltas, cuando en sus inicios tenía fama de ser un destroza-neumáticos.

Qué lejos queda el Hamilton del pasado. Ahora ya tiene los mismos títulos que Michael Schumacher. Cada año que pasa es más completo y más rápido, más experimentado. Aunque yo tengo que insistir en algo que ya he dicho en otras ocasiones, que el valor de las victorias está en los rivales a los que te enfrentas. Creo que a Lewis le falta un enemigo con los mismos medios. Cuando eso ocurra, me quitaré definitivamente el sombrero, aunque creo que a día de hoy es el piloto más completo que tenemos en la parrilla.

Charles Darwin solía decir que no sobrevive el más rápido ni el más inteligente, tampoco el más fuerte, sino el que sabe adaptarse más rápido a los cambios. Para adaptarte a los cambios, tienes que tener todos esos atributos que parece que Hamilton tiene.

La selección natural de Darwin la podemos ver en las cinco primeras posiciones de la clasificación de ayer: Hamilton, Pérez, Vettel, Leclerc, Sainz. Lewis estuvo delante, pero los otros cuatro entraron a meta separados por tres segundos.

Me quito también el sombrero y alabo la capacidad de Sergio Pérez. Es un carrerista nato. Hizo una de las carreras más brillantes de los últimos tiempos y no se rindió hasta el último metro. Su podio, su segundo puesto, le sirven para reivindicarse en un momento que imagino que será tremendamente frustrante para él, porque se está despidiendo de Racing Point y, quizá, de la Fórmula 1.

Es injusto que Pérez no siga con Racing Point –Aston Martin– en 2021, pero así son las carreras y así es este deporte. El destino no siempre sonríe al que tiene más mérito o más talento, porque hay otro tipo de fortunas que también importan.

Sebastian Vettel fue tercero. Creo que hizo una de las mejores actuaciones de los últimos tiempos. Me alegro mucho por él, porque creo que lo necesitaba. En fines de semana como éste, la experiencia se nota y estuvo excepcional. Lo hizo todo bien en unas condiciones que no eran nada fáciles. Fue la carrera en la que estuvo más igualado con Leclerc, después de un año en el que siempre ha habido una gran diferencia entre ambos.

Poco puedo decir de Leclerc. Cometió un error en la última vuelta, pero lo cometió porque arriesgó y buscó el segundo puesto. Le valoro esa ambición, aunque si hubiera sido un poco más comedido habría salvado el podio. Es muy joven y tiene un talento descomunal, y creo que nos dará mucha diversión en los próximos años.

Carlos Sainz entró detrás de ellos, pero creo que podría haber luchado por el podio de haber habido alguna vuelta más. Carlos es el ejemplo perfecto de lo que decía Darwin, de la capacidad de adaptación de las especies que sobreviven. Es rápido, sumamente inteligente, joven pero con experiencia. Es sereno, tiene la cabeza fría e hizo otra carrera increíble. Fue sutil, fino y tranquilo, pero sacó el puñal e hizo grandes adelantamientos.

Carlos se va muy contento de Turquía, porque fue un fin de semana agónico para McLaren y consiguieron, también con Lando, entender cómo funcionaban los neumáticos y mitigar daños.

Pero también hay perdedores.

Echamos en falta a Verstappen. Ayer vimos el Max del pasado, el piloto que es tremendamente rápido y agresivo, pero también precipitado, que no tiene paciencia. En una carrera como la de ayer, estos ingredientes conducen al error. No fue su carrera, pero sigo pensando que será imparable cuando consiga domesticar los genes que tiene de lobo depredador.

Albon me dio pena. Estaba haciendo su mejor carrera en un momento crucial para convencer a Red Bull, pero falló y cayó a la zona media. Un poco decepcionante, pero me temo que la Fórmula 1 no es ningún parvulario. La Fórmula 1 es Primera División. Albon es bueno, pero hay que saber si está preparado para jugar con los grandes.

Algo parecido le ocurrió a Lance Stroll. Consiguió la Pole de forma meritoria, pero no es lo mismo hacer una buena vuelta que una buena carrera. Lo primero es complicado, pero dar 58 vueltas en las condiciones que teníamos ayer es mucho más complejo. Se diluyó como un azucarillo y dejó una sensación bastante decepcionante, en contraste con Pérez.

Es una comparación dura, porque sabemos lo que pasará en 2021: Sergio estará fuera del equipo y Lance seguirá. Stroll tiene la ventaja de que es el hijo del dueño. Nadie dijo que la Fórmula 1 tuviera que ser justa, pero me fastidia mucho perder a Sergio y que nos quedemos con pilotos que aportan menos cosas.

Se ha hablado mucho del asfalto del Istanbul Park. Yo lo disculpo. Primero, porque las deficiencias del asfalto se vieron acentuadas por unas condiciones apoteósicas. Y también porque fue un error de coordinación, porque no advirtieron a tiempo a Pirelli de que el asfalto era nuevo. Por eso el viernes vimos el espectáculo que vimos.

Los premios gordos ya están decididos, pero aún quedan las pedreas, que también pueden ser interesantes. Nos quedan dos carreras en Baréin, una de ellas en un trazado exterior de alta velocidad que no hemos visto hasta ahora. Luego, la despedida en Abu Dabi. A partir de entonces, a pensar en 2021 con un Carlos en una Ferrari que empieza a funcionar y un Fernando que prepara su retorno con Alpine.