¿Te imaginas un Fórmula 1 hecho de lino?

Pues eso es lo que esperan ver YCOM y Bcomp. La primera es una empresa que se ocupa de ingeniería para los deporte de motor y la segunda es especialista en el uso de fibras de naturales. Ambas han unido sus esfuerzos para crear una fibra de carbono de origen natural. El resultado se llama ampliTex, un material conseguido a partir del lino que puede transformarse en una fibra suave, fuerte y de baja elasticidad.

Como en la fibra de carbono, el conseguir el material adecuado se basa en superponer capas de tela tejida a base de lino; telas que deben reforzase y se utiliza para ello una tecnología que Bcomp denomina powerRibs.

Este tejido está hecho a base de fibras, de diversos tamaños, trenzadas de una forma que recuerda a la estructura de una hoja, de forma que resultan reforzadas, triplicando su rigidez a la flexión. De esta forma, se consiguen piezas más ligeras, flexibles, que amortiguan impactos… y que por eso se usan en el DTM y Porsche para el Cayman GT4, entre otros.

Pero ahora ambas empresas han dado un paso nuevo. Han construido un morro de F1 y lo han sometido al crash test que la FIA obliga a superar para autorizarlo a competir.

Los resultados han sido similares a los de la fibra de carbono, pero con la ventaja de que en caso de impacto no se producen las cortantes astillas de F1.

¿Se verá pronto en F1? Lo dudo. ¿Y más adelante? No lo descarto. De momento, la pieza es un 40% más pesada que la fibra de carbono… lo que haría que los ingenieros descartaran este material de inmediato. Pero tiene la ventaja de ser sostenible, pues reduce con seriedad las emisiones de CO2 –un 50%– en su obtención. También hay que tener en cuenta que estamos en los comienzos y la tecnología mejorará.

Pero cabe recordar que se intentó fabricar coches con fibra de cáñamo. No hace mucho hablamos del Torq de Thomas Bleiner, en línea de lo que sería un coche para Le Mans.

Ford ya exploró las posibilidades industriales de carrocerías de cáñamo en los años 40, dada la escasez de acero: el Ford Hemp Car de 1941. En Japón han investigado con las nanocelusosas y creado el NCV.

El Gazeley BioBuggy usa todo tipo de materiales bio, pero su debut en el Dakar no fue posible y Vanina Ickx utilizó en el Pikes Peak un deportivo Vertigo con carrocería de fibra de cáñamo.

Tampoco muchos pensaban en la fibra de carbono cuando McLaren la utilizó por primera vez. La fibra de carbono la buscó en la industria aeroespacial, en Hercules. De hecho John Barnard, el diseñador del primer coche con fibra de carbono, había comenzado a pensar en esa posibilidad cuando trabajaba para Héctor Rebaque, que quería diseñar un coche propio... y antes había trabajado con Chaparral; el dueño de la marca, millonario por negocios relacionados con el petróleo y la maquinaria petrolífera, ya había hecho antes un coche de la Can-Am con chasis de plástico.

Así que no digamos 'nunca jamás'. Quizás no será el lino, sino otra fibra. Ferrari en su día intentó emplear fibra de boro en su F1, pero no prosperó.