Verstappen también es responsable del éxito de Hamilton

Lo mejor de que Lewis igualara el récord ha sido que Mick Schumacher ha aparecido durante las entrevistas con la televisión para regalarle un casco de su padre. Un detalle muy bonito que creo que incluso ha emocionado a Lewis, a pesar de que siempre suele decir que no presta mucha atención a las cifras. Para todos los que amamos este deporte, ha sido una imagen muy emotiva y potente por todo lo que representa: la dificultad de batir a Michael, el número 1, el gran acaparador de números… Que lo consiga un piloto de otra generación como es Lewis, que quien le haga el obsequio sea Mick, que representa el futuro…

No le quito mérito alguno a Lewis. Hoy por hoy es uno de los mejores pilotos que hay en la Fórmula 1, sino el mejor. Nadie le puede quitar ni sus 91 victorias ni el séptimo título, que conseguirá este año.

Por un lado, es verdad que siempre ha estado en equipos grandes. No ha tenido que pasar por calvarios, como correr para un equipo pequeño a la espera de la oportunidad o ser probador por un tiempo. Ha corrido en McLaren y en Mercedes.

Pero en su momento tomó una decisión muy arriesgada. Cuando anunció que dejaba McLaren para irse a Mercedes, todos nos echamos las manos a la cabeza. Era una aventura, una incógnita, pero era como invertir en bolsa: tú antes de invertir analizas las empresas que te interesan, haces un análisis técnico de lo que tienen, de su solvencia, y luego decides si es el momento adecuado para entrar, si es mejor esperar un poco o si es preferible buscar en otra parte.

Hamilton entró en bolsa en un momento en el que el proyecto de Mercedes aún suscitaba muchas dudas, pero acertó. Tuvo un poco de suerte, siempre necesaria en la Fórmula 1, pero acertó. Entró en el mejor momento, con la normativa de 2014 a la vuelta de la esquina y un motor que desde entonces ha sido invencible. Y ahora ya no es sólo el motor, porque Mercedes también tiene el mejor chasis.

 

Es obvio que Lewis ha conseguido estos éxitos con un equipo detrás, pero permitidme que diga algo que quizá os parecerá extraño: Max Verstappen también es un responsable indirecto de los éxitos de Hamilton.

En 2014, cuando Verstappen estaba en su primera temporada en monoplazas, le llovieron ofertas. Todo el mundo se había dado cuenta de que era un fuera de serie y hubo muchos equipos que quisieron firmarlo. Uno de ellos fue Mercedes, que le dijo que le pagaría una temporada en la GP2 y que luego probablemente le subirían al equipo.

En ese momento, lo que Mercedes tenía en mente era mantener a Nico Rosberg y quitarse de encima a Lewis, porque estaban un poco cansados de sus excentricidades. Al final, con la escapada de Rosberg, hubiera sido otra historia.

Mercedes le hizo esa oferta, pero Verstappen tenía mucha prisa. No sólo él, que entonces apenas era un adolescente, sino sobre todo su padre y representante, Jos Verstappen, que es terriblemente ambicioso y siempre apresurado. Quería que su hijo se subiera a la Fórmula 1 lo antes posible.

Y entonces Red Bull entró en escena para quedarse el diamante en bruto. Le plantearon la posibilidad de saltar directamente a la Fórmula 1 en 2015 con Toro Rosso. Max firma, porque prefiere la garantía de Red Bull a una espera indefinida con Mercedes.

Ese primer contrato tenía un defecto de forma, de modo que Ferrari lo aprovechó para plantear su propia oferta, que consistía en una cesión de un año en un equipo pequeño, como hace con Alfa Romeo en estos momentos, y luego pasarle al equipo grande.

Jos tenía mucha prisa y prefirió la opción de Toro Rosso, desde donde podía saltar a una Red Bull que acababa de ganar cuatro títulos mundiales. Firmaron con ellos desoyendo las propuestas de Mercedes y Ferrari.

El problema que Max tiene ahora es que está atrapado. Nueve victorias y una Pole en todo este tiempo. Siempre pelea, pero ve que es imposible batir a Lewis Hamilton y descubre que con sólo su talento no puede acercarse siquiera a Bottas, que tiene menos talento que Lewis.

El futuro se antoja complicado. Honda se irá al final de 2021 y Red Bull tendrá que encontrar otro motor. Es probable que sea Renault, porque Mercedes no quiere e imagino que Ferrari tampoco, de modo que Renault estará obligada a buscar el acuerdo, por falta de clientes.

Verstappen está atrapado. Está condenado a un proyecto que puede estancarse. En Mercedes está Bottas con un año más y luego viene George Russell, que también deja ver mucha calidad. Leclerc y Sainz están en Ferrari, donde también asoman los pilotos de la FDA, como Mick Schumacher, Callum Ilott o Robert Shwartzman. Está condenado a esperar, porque invirtió en bolsa en un mal momento, con demasiada prisa y ambición. ¿Qué estaría pasando ahora si Max le hubiese dicho sí a Mercedes?

 

La carrera fue muy entretenida. La salida fue excepcional. Bottas estuvo sorprendente, usando el exterior de la pista en la primera curva cuando Hamilton pensaba que ya tenía el liderato en el bolsillo. Lo malo es que no es como Hamilton o Verstappen, y comete más errores que ellos. Un bloqueo en la primera curva le cambió la estrategia y le hizo perder el liderato. Luego ya vino el problema de motor, que lo dejó en la estacada.

Verstappen fue elegido Piloto del Día, pero le sigue faltando ese poquito. Hizo una gran clasificación con una vuelta espectacular, que por unos instantes soñamos que pudiera bastarle para conseguir la Pole. Se quedó muy cerca de Hamilton y a 0,2 de Bottas, la diferencia más pequeña de toda la temporada.

En la pelea por el podio hubo muchos candidatos: Ricciardo, Pérez, Norris… por un instante estuvo Leclerc, que hacía cosas imposibles. Carlos también estuvo en la batalla.

Norris lo hizo todo muy bien todo el fin de semana, pero se desdibujó cuando el motor empezó a fallar. El podio acabó siendo para Ricciardo, que además de recoger el trofeo también fue uno de los mejores del día. Renault está dando pasos adelante sustanciales y McLaren tiene que espabilar si no quiere verse superada en el Mundial. De hecho, ahora mismo Racing Point es tercera en la clasificación, pero se les tendrán que descontar 15 puntos cuando termine la temporada.

También me gustaría destacar a Sergio Pérez. Ayer pasó más inadvertido porque no lo enfocaron mucho, pero él siempre está ahí. No ha dejado de puntuar desde que volvió en Barcelona y cada carrera es un mensaje a Racing Point para recordarles que se han equivocado al sacarlo del equipo para 2021.

Sainz estuvo muy bien si tenemos en cuenta que no pudo probar las mejoras que había traído McLaren y que, con ellas, era entre 0,2 y 0,3 segundos más lento que Norris con la configuración anterior. Sacó todo el petróleo que pudo y terminó quinto. Gasly también estuvo bien siendo sexto con el AlphaTauri, dejando en mal lugar a Daniil Kvyat.

 

Destacar con renglones de oro a Nico Hülkenberg, que en tres horas pasó de estar en su casa de Colonia a aterrizar en paracaídas a una sesión de clasificación. No pudo pasar de la última posición, pero pudo aprender y el domingo remontó hasta la octava posición. Su actuación tuvo muchísimo mérito.

También tuvo muchísimo mérito lo que hizo Leclerc, que en estos momentos es la única alegría de Ferrari. Viendo su cámara on-board, te das cuenta de cómo de nervioso es ese coche y del mérito que tiene lo que consigue. Charles transmite magia, ilusión, ambición, lucha, batalla. Todo lo contrario que Sebastian Vettel, que transmite desidia, duda y errores.

A Sebastian no le gustan los coches nerviosos del tren trasero, pero a veces no puedes tenerlo y has de gestionar la situación. Cuando tienes el mejor coche es muy fácil, pero lo complicado es lidiar con ese potro salvaje y sacarle todo el jugo posible, que es precisamente lo que hace Leclerc. A Sebastian se le ve rendido y agotado, acabado. En 2021 tendrá una oportunidad para revivir, pero la puntilla ya sería que Lance Stroll también le pueda hacer daño. Sería el final de un piloto que siempre ha estado muy sobrevalorado, que estuvo en el lugar adecuado en el momento adecuado, pero que desde entonces sólo ha tenido sufrimiento. Espero que pronto termine el tormento para él.

En Red Bull pasa lo mismo: Verstappen es capaz de domesticar una fiera salvaje, pero Albon no puede. Es posible que Alexander encabece esa lista de 'los peores de Nürburgring', porque se precipitó en la salida, cometió un error e hizo un plano, tuvo que cambiar de estrategia, cometió otro error y cambió otro juego, se tocó con Räikkönen, tuvo una penalización… Es la típica carrera que, como se repita, puede tener las horas contadas en Red Bull.