Pérez, Racing Point y la Junta de Reconocimiento de Contratos

Es cierto que en estos momentos en Racing Point tienen un tema mucho más importante en el que fijarse: las secuelas de la decisión de la FIA sobre el uso de los tambores de refrigeración de los frenos traseros procedentes de Mercedes, una decisión salomónica que ha dejado descontentos a todos, a Racing Point y a los que reclamaron contra él y que traerá cola porque será el Tribunal de Apelación de la FIA quien deba decidir en última instancia a tenor de las apelaciones anunciadas y cuyo resultado puede tener consecuencias de futuro a tenor por la indignación mostrada por Lawrence Stroll hacia sus rivales.

Pero el asunto parece que se complica y tiene muchas 'patas', quizás demasiadas, que pueden hacer tropezar el fichaje y quizás algunas de las intenciones de Lawrence Stroll.

La clave: Sergio Pérez tiene contrato en vigor y quiere hacer vales sus derechos. Es muy probable que su viaje a México para visitar a su madre, que había tenido que ser hospitalizada, fuera también para hablar con Carlos Slim, el magnate mexicano que apoya su carrera y que, a través de Telmex, es asimismo patrocinador del equipo.

Es cierto que otros equipos se han ofrecido a acoger a Sergio: Haas y Alfa Romeo estarían dispuestos, sobre todo si llega con la dote que tiene ahora. Pero no es menos cierto que tanto Pérez como sus mentores saben que deportivamente es un paso atrás.

Todo depende de si el contrato de Sergio prevé cláusula de salida favorable al equipo y de cómo esté redactada ésta. Si los asesores de Pérez creen que tienen las de ganar, el contrato acabará en la Junta de Reconocimiento de Contratos, un tribunal de arbitraje específico con sede en Suiza, en concreto en Ginebra, donde están depositados todos los contratos de los pilotos de F1 y en caso de litigio, se emite un juicio vinculante, tal como se estipula en todos los contratos de pilotos de F1.

Esta junta se fundó a raíz de la trifulca por el fichaje de Michael Schumacher por Benetton. El alemán había debutado con Jordan, para sustituir a Bertrand Gachot; su agente consiguió que Mercedes, con quien Michael corria en resistencia, pagara la fiesta del debut. Tal impresión causó que Flavio Briatore lo fichó para Benetton con efecto inmediato, pero Eddie Jordan estimaba que tenía derecho prioritario sobre él al existir al menos un acuerdo verbal o un precontrato, pero también Roberto Moreno, piloto de Benetton, litigó porque no quería verse sin volante y por lo menos consiguió una suculenta compensación económica.

Jenson Button sabe muy bien lo que es esta junta. A finales de 2004, Jenson anunció que dejaba BAR para ir a Williams, pese a que tenía contrato en vigor para 2005 con el equipo de Craig Pollock. BAR recurrió al Comité y éste le dio la razón, así que Button siguió en el equipo. El contrato con Williams se declaró nulo y las partes dijeron que se unirían en 2006… sólo que el final de la temporada 2005 de Jenson fue muy bueno y Honda compró BAR, lo que hizo que Button se lo pensará, comprara su contrato a Williams –dicen que en realidad fue Pollock quien pago– y siguiera con Honda, sin saber entonces que esa decisión iba a hacerle campeón del mundo en 2009.

Tambíén debió intervenir la Junta en 2007 cuando Timo Glock quiso correr con Toyota y Sauber-BMW creía que tenía algunos derechos sobre el alemán, que ejercía de probador. En este caso, el piloto tenía razón y la Junta autorizó su fichaje por la marca japonesa.

No hubo que recurrir a este organismo en el caso de Kimi Räikkönen, cuando de cara a 2010 Ferrari decidió fichar a Fernando Alonso y colocarlo en el asiento del finés, que tenía aún dos años de contrato. Ferrari pagó el contrato completo al finés y le dio libertad para hacer lo que quisiera; fueron dos años que Kimi empleó en el Mundial de Rallies.

Pérez debe valorar no sólo la competitividad de Alfa Romeo –donde ya estuvo– o Haas, sino tener segura la continuidad de estos equipos. El primero depende de Alfa Romeo en estos momentos y no está claro si la firma italiana tienen deseos de seguir; el segundo depende de las decisiones de Gene Haas y su interés por la F1.

Para Lawrence Stroll el problema puede ser de bastante dinero. No sólo debería pagar la ruptura de Pérez o colocarlo en otro equipo, sino que también perdería el apoyo de Telmex. Y a todo ello se suma que quizás debe renegociar con su patrocinador principal BWT: la firma austríaca quiere sus colores, rosa y blanco, en el coche, pero para Stroll parece que pintarlo de verde Aston Martin es una prioridad. Aunque la marca automovilística aporte una buena suma, la pérdida de BWT y Telmex, junto a tener que pagar una indemnización y el contrato de Vettel, es financieramente un buen aligeramiento de cartera.

¿Qué puede suceder? Muchas cosas. Desde un año sabático de Vettel, con contrato firmado para 2022, a pagar por prescindir de Pérez pasando por 'sacrificar' a su hijo, Lance, actualmente séptimo en el Mundial, justo por delante del mexicano. Y todo ello aderezado con un hecho incuestionable: Vettel parece sumido en un momento de confusión y su futuro puede depender de ello. Es cuatro veces campeón del mundo, pero eso es pasado y un fichaje se trata de futuro.