Jean-Claude Bertrand, el otro culpable de que el Dakar exista

Esta pasión le lleva a competir como aficionado en casi todos los certámenes europeos de rally importantes de la época. La experiencia acumulada, empuja a Jean-Claude Bertrand a atreverse a crear su propia prueba.

¿Dónde mejor que en su adorada África?

Bertrand lo hace en 1968 organizando el primer Rally Bandama. Éste se desarrolla a través de las pistas abiertas de la selva tropical marfileña y pese a que el nombre original de la prueba es Rally Bandama, cambia de denominación a Rally de Costa de Marfil, cuando empieza a formar parte del Campeonato Mundial de Rally, en 1978. El nombre oficial pasa a ser Rallye Côte d'Ivoire Bandama y llega a ser puntuable para este campeonato hasta 1992.

La motivación de Jean-Claude Bertrand no es el dinero o la necesidad. Los que le conocen de verdad aseguran que lo hace por mera vocación y por aventura. Su intención es superar al East African Rally cuya primera edición se celebra entre el 27 de mayo y el 1 de junio de 1953, con motivo de la coronación de Isabel II. Creado por Eric Cecil y su primo Neil Vincent, tiene la fama de ser el más difícil del mundo. En 1960, éste pasa a llamarse East African Safari Rally. Mantiene este nombre hasta 1974, cuando se convierte en el Rally Safari, que volverá al Campeonato Mundial de Rally en 2020 después de un paréntesis de 17 años.

 

Rally Bandama 1979

EL RALLY IMPOSIBLE

Bertrand lo logra. Gracias a sus contactos logrados a lo largo de sus andanzas por Europa, Jean-Claude aglutina un buen número de competidores y obtiene la cobertura de la prensa especializada. Lo presenta como el rally más hermoso y arduo del mundo. Consigue la atención de algunas marcas y de varios de los mejores pilotos de la época. Estos responden a su llamada desde el inicio. Siete equipos acaban cruzando la línea de meta. El vencedor se embolsa, como premio, un cheque nunca visto antes en un rally.

El Rally Bandama gana cada vez más renombre. No sólo por la belleza los lugares por los que pasa, también lo hace por el formidable reto que supone para los competidores y sus vehículos. Hasta tal punto que, en la edición de 1972, la tercera, ningún piloto logra llegar a meta para embolsarse el premio de 100.000 francos. Esto supuso tal noticia que la conocida revista Echappement publicó un reportaje sobre este hecho, único en la historia de los deportes de motor a nivel mundial, titulándolo 'Bandama, el rally de lo imposible'.

 

Rally Bandama 1974 - Hannu Mikkola –derecha– y Jean Todt –izquierda– con un Peugeot 504

 

ABIERTO A CUALQUIERA Y A CUALQUIER COSA

La siguiente prueba en el calendario, después de Bandama, es el Rally de Montecarlo. Sabedor de la verdadera seducción que las inmensas extensiones africanas provocan en los europeos, Bertrand tiene la idea de conectar ambos rallys.

Así que, en 1974, al terminar el Rally de Bandama consigue que 16 insensatos se unan a él en Abiyán para cruzar el desierto hasta llegar a Montecarlo, pero la crisis del petróleo frustra sus planes y la prueba se suspende a medio camino.

Lejos de perder la ilusión, Jean-Claude Bertrand es consciente de que ha encontrado algo. Ha dado con la fórmula perfecta, la combinación de África, desierto, coches… y rally. El resultado es crear el primer rally desde la Costa de Marfil hasta la Costa Azul. Un rally, en propias palabras de Bertrand "abierto a cualquiera y a cualquier cosa".

El día de Navidad de 1975, muy temprano, Bertrand junta en Abiyán a cientos de competidores ávidos de aventura, entre ellos varios de los mejores pilotos de moto del momento. Camionetas, camiones, gran cantidad de automóviles tradicionales y motocicletas ejecutan la primera salida en línea de la historia de los raids. Lo hacen con destino a la Costa Azul francesa. Acaba de nacer el Rally Abidjan-Niza.

Pronto fue bautizado con el nombre del Côte-Côte –costa a costa–. Con más de 8.500 kilómetros repartidos en ocho etapas larguísimas, era agotador. En su primera edición se recorrió Costa de Marfil, la república Alto Volta –actualmente Burkina Faso–, Níger, Argelia y Marruecos. Incluso se hizo un último tramo en España, tras cruzar el Mediterráneo antes de reunirse, el 11 de enero de 1976, en la línea de meta en Niza.

 

EL TENERÉ

Bertrand decide para la segunda edición de su rally, en 1977, cruzar el desierto Teneré. Fue allí, donde un piloto de motos sobrevivió asombrosamente tras perderse durante tres días en el desierto a lomos de su Yamaha XT 500.

Si, ese piloto se llamaba Thierry Sabine, que llamativamente participaba en una competición que se asemejaba mucho a la que apenas unos años después, creada por él, saldría desde el Trocadero en París hacia Dakar. Sin el empuje de Bertrand, quizá Sabine jamás hubiese vivido esa experiencia en el desierto que le marcó tanto como para llevarle a crear el rally más famoso del mundo.

 

EN LOS CINCO CONTINENTES

Bertrand creó la asociación 5/5. Su idea era organizar cada año una prueba legendaria en cada uno de los cinco continentes. Quería ir más allá de África y extender su concepto alrededor del mundo. El reto era brutal y no pocos pilotos se mostraron interesados incluso a invertir lo necesario para salir vencedores.

Entre ellos estaba Alain Génestier, que trabajaba para una empresa eléctrica en África y había preparado, gracias al dinero de su jefe, un Range Rover comprado de segunda mano en Francia.

Pero la logística no pudo seguir a este soñador y el rally se suspendió. Hay quien relaciona esta suspensión con el nacimiento de la nueva carrera, el París-Dakar, que curiosamente estaba organizando Sabine aquel mismo año 1979, incluso se habla de malas artes por parte de Sabine. Fuese esto verdad o no, muchos de los que se habían preparado para participar en el 5/5 embarcaron sus coches hacia Europa. El París-Dakar había recibido ese golpe de suerte que necesitaba para encaminarlo hacia el éxito. El boca a boca, la prensa y el marketing lograron el resto. Como curiosidad, fue Genestier, junto a su compañero Christian Contamine quienes fueron los vencedores en automóviles y cuartos en la general en aquel primer París-Dakar.

Tras aquello, Bertrand quedó muy tocado. Mientras el Dakar de Sabine iba ya por su segunda edición, que se celebró del 1 al 23 de enero de ese año, la última prueba que organizó fue un rally que partía el 23 de diciembre de 1979 de Aix-en-Provence y llegaba a Toulon, el 11 de enero de 1980. No era una aventura genuinamente africana: pese a que pasaba por Argelia y su adorado Teneré, se alejaba de los anhelos de aquel que tuvo la valentía de buscar lo imposible aquel año 1968.

 

Jean-Claude Bertrand

 

Bertrand falleció alejado de los medios de comunicación en octubre de 2005 a causa de un ataque cardíaco. Casi nadie le recuerda cuando cada final de año el Dakar vuelve a copar los titulares del motorsport. Cuesta incluso demasiado encontrar información sobre su historia, pese a ser quizá, junto a Sabine, el mayor culpable de que el Dakar exista.

Saludos,

Javi C.