¿Y si Liberty cerrara el grifo a los equipos?

Hace apenas un par de meses escribimos que la Fórmula 1 está perdiendo una ocasión de oro. En realidad los que la perdían eran, sobre todo, FIA y Liberty porque tenían una oportunidad de oro de retomar el control de la F1, que ahora está en buena parte en manos de los equipos. Es cierto que la FIA ha esgrimido alguna vez esta amenaza para imponer algunos detalles de reglamento, incluso lo ha hecho basándose en justificar el cambio por razones de seguridad y eso es inapelable.

El actual Pacto de Concordia caduca a final del próximo año. El nuevo, que debería abarcar el periodo 2021-2025, no está firmado. Incluso las reglas técnicas de 2021, con cambios importantes en lo que filosofía aerodinámica concierne, no produce consensos y su redacción avanza de forma trabajosa tras pactarse una prórroga para tenerlos ultimados; prórroga que vence en octubre y quedan sólo tres meses.

Pero quizás el más interesado en lanzar un ultimátum a los equipos sea Liberty. Un ultimátum de orden económico que vaya mucho más allá del techo presupuestario acordado, 155 millones de euros con los equipos, aunque existe la duda de si es un tratamiento eficaz o pura cosmética, ya que el límite presupuestario parece pactado más en base a la media que gastan los equipos que a las posibilidades reales de la mayor parte de estos. El presupuesto de los tres equipos más grandes supera tanto a los restantes que distorsiona la media.

Y ésta es precisamente la tesis que defiende uno de los mejores periodistas económicos de la F1, Christian Sylt, en Forbes.

Sylt, sin decirlo con estas palabras, califica la actual situación de insostenible. La falta de un límite presupuestario ha inducido a estos al alza. Pese a la evidencia de que era difícil obtener más ingresos, el personal de los equipos de F1 basados en Gran Bretaña ha aumentado en más de un 28% y los equipos más pequeños emplean a 600 personas, ¡excesivo!

Pero no sólo esto. Liberty no ha podido amentar prácticamente los ingresos. Por el contrario, los gastos han aumentado de forma sustancial… a la par que las audiencias de televisión han bajado. La apuesta por las redes sociales ha engendrado sólo costes y otras acciones de marketing –el himno de la Fórmula 1– son sólo maquillaje. La única apuesta, el streaming oficial, ha sido un absoluto fiasco. Los costos de la F1 han aumentado un 35,3% en dos años y aún lo harán ligeramente más este. Las acciones de FWONK –con este nombre cotizan las de la F1 en el Nasdaq– se cotizan claremente por debajo de lo que esperaba, 42 euros por acción.

En su artículo, Sylt, apoyándose en una fuente interna de la F1, sostiene que Chase Carey puede tener un as bajo la manga: reducir a la mitad el dinero que se reparte entre los equipos, de los 913 millones de euros por las ganancias del pasado año a sólo 450 millones.

"Si yo fuera Carey, habría hecho un buen contrato y les diría éstas son las reglas para el Campeonato y esto es lo que os vamos a pagar. Tenéis diez días para aceptar. Todos firmarían porque la alternativa es cerrar y tienen muchos compromisos firmados más allá de 2020", le explicó dicha fuente a Sylt.

¿Las ventajas de esta pistola en el pecho? Notables. Los equipos serían más pequeños, más manejables. Se podría aumentar el calendario para aumentar los ingresos. Incluso se podría prescindir de la televisión de pago y apostar por las cadenas en abierto para ganar notoriedad. Es cierto, habría despidos y tampoco se llevaría la tecnología hasta límites exasperantes o absurdos. Las cuentas de Liberty cuadrarían y podrían comenzar a enjuagar los 89 millones de euros de pérdidas operativas en los dos primeros años de gestión. Incluso se podría ayudar a que los circuitos cuadraran sus cuentas. Incluso ayudaría a una cierta convergencia de prestaciones… salvo si el propietario del equipo decide volcar en él un río de euros.

No sé si es factible, si ésta es la solución. Sólo intuyo que el modelo actual está abocado al colapso en poco tiempo. Responde al dicho de 'pan para hoy, hambre para mañana', así que quizás sería bueno reflexionar sobre ello.

En el fondo, menos I+D y más dinero sobre el asfalto en forma de más carreras. Un poco en el sentido de una frase mítica del fútbol: "el dinero en el campo, no en el banco" que en su día dijo Johan Cruyff.