Key, la llave del futuro técnico de McLaren

Aunque el primero es el que está en boga en el mundo empresarial, el genial técnico –el que introdujo, precisamente para McLaren, el chasis de fibra de carbono–, sostiene que es inadecuado para la Fórmula 1, en la que prefiere una dirección técnica clara y definida.

Y ello no implica volver al sultanato de Ron Dennis –como han calificado algunos la última época de Ron al frente del equipo–. En este mismo blog, cuando a primeros de mes publicamos una serie de artículos sobre los cambios de McLaren a raíz del cese de Éric Boullier, ya mencionamos que la figura del director técnico era la baza clave pendiente. Un hombre que debía ser respetado, de probada valía y venir de fuera para evitar rencillas internas. 

Pero al final, ha pescado en otro caladero: Toro Rosso, James Key.  No puede decirse que la elección no sea buena. No hay muchos pesos pesados en el mercado y los mejores difícilmente aceptarían ir a McLaren.

Confieso que en mi fuero interno pensaba que el caladero sería otro. La difícil situación de Force India y sus incógnitas de futuro le hacen blanco para que sus hombres sean seducidos por tentadoras ofertas.

O podrían intentar respescar a Paddy Lowe porque en Williams tampoco es que estén en muy buena salud… pero un retorno no siempre es bien recibido y quizás Lowe prefiere el desafío actual a al que significaría su retorno porque en McLaren la presión y las prisas serían máximas.

Pero no puedo decir que la elección de Key sea una sorpresa total. Reúne una serie de condiciones importantes. Por ejemplo, en su época de Force India fue el que puso en pie la estructura u organigrama de un equipo pequeño, compacto y que trabaja muy unido, la base de los resultados actuales. Después participó en el reflotamiento de Sauber, cuando al equipo suizo lo abandonó BMW. Y también ha hecho un gran trabajo con pocos medios en Toro Rosso.

Precisamente su labor con los de Faenza llevó en determinado momento a pensar que él iba a ser el heredero de Adrian Newey en Red Bull. Pero llegado el momento, no fue así y seguramente ello representó una decepción personal.

Otro hecho clave a tener en cuenta es la situación actual desatada por Ferrari, con la creación de sus equipos B. Ello redundará en un cambio en la forma de trabajar entre Red Bull y Toro Rosso. La independencia, al menos teórica, dará paso a una importante simbiosis, lo que posiblemente acabaría diluyendo el rol de Key.

Está claro que McLaren necesita que Key se incorpore de inmediato. El periodo sabático tradicional en los fichajes de personal retrasaría la recuperación de los de Woking hasta 2020. No está claro que lo logre… salvo si se ofrecen contrapartidas por ello. Todo siempre cuando en Red Bull no consideren clave un corto periodo en el que Key se mantenga como consultor, para conocer de primera mano las diferencias de integración del motor Honda frente al Renault.

Si Key se incorpora en septiembre llegará a tiempo para por lo menos influir en el coche del año próximo. Puede ser un detalle clave en la decisión de futuro de Fernando Alonso, pero si debe estar seis meses, hasta febrero, no será hasta 2020 cuando se note de verdad su llegada. De ahí que se hable de la posibilidad de que McLaren puede traspasar a uno de sus jóvenes pilotos a la cuadra Red Bull.

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