¿Cómo afectaría la congelación de motores a Alonso y Sainz?

Este tema debe preocupar mucho a Fernando Alonso y Carlos Sainz, cuyos coches van propulsados –lógico en el caso de Sainz, ya que está en el equipo oficial Renault– por los propulsores franceses. Es cierto, pueden hacer muy poco por solucionarlo, prácticamente nada, pero saben que serán 'sujetos pasivos' de esta decisión y sufrirán las consecuencias en forma de falta de competitividad y resultados.

Los aficionados españoles deberían verlo también con preocupación porque sería terrible ver una nueva 'travesía del desierto' para Alonso, tres años más sin opciones reales de podio. Y también porque coartaría el desarrollo de Sainz como piloto.

No parece razonable una petición de este tipo cuando está claro que existe un déficit importante de potencia con respecto a los adversarios, que los 'optimistas' cifran en 30 caballos y los 'pesimistas' elevan esa cifra a 50 caballos. 

Es cierto que a Renault le ha faltado algo de tiempo, ya que estas unidades para el primer tercio de temporada no han podido gozar de algunas de las evoluciones estudiadas, que se introducirán en los siguientes dos motores que tienen todavía los pilotos… o se optará incluso por la vía de penalizar para disponer de una ulterior evolución.

Pero no creo en milagros, los rivales también evolucionarán, aunque sea en menor grado y en buena lógica, el déficit sólo se reducirá parcialmente. 

Christian Horner ya lo ha admitido, 'disparando' contra Renault. Los hombres de la marca francesa 'sacaron pecho' en Melbourne: sus seis coches –los suyos y de los clientes– en los 'top ten', en los puntos, y sin ningún abandono. Y eso es un paso adelante con respecto al pasado año.

"Hemos podido maquillar los resultados en Melbourne, pero será más difícil hacerlo en Baréin. Allí se puede adelantar y también en China así que vamos a estar a merced de los rivales. Sólo hay que mirar un dato: los seis coches con motor Renault, independientemente del apoyo aerodinámico, estaban detrás en la lista de velocidades máximas", señaló Horner, al que sólo le faltó decir que hasta el motor Honda había permitido obtener más velocidades punta.

De eso ya hablamos el pasado martes en este blog, aunque fuera para dejar constancia de que el motor Honda había progresado. Y también lo hicimos en la pretemporada, en este caso preguntándonos si la evolución del motor Renault era suficiente.

"Nosotros vamos a mejorar todo lo que podamos por nuestra parte. Espero que Renault haga el trabajo en la suya", sentenció Horner. Parece claro que los austríacos no se fían de los franceses y están ya preparando el adiós definitivo a la marca del Rombo…a la espera de que Honda confirme que va por el buen camino. Los dos próximos Grandes Premios serán cruciales en este sentido.

Preocupa no sólo por 2018, sino porque podría significar que Renault apuesta por dos años de transición, a la espera de recuperar el retraso gracias a las nuevas reglas de 2021. ¡Quizás ya muy tarde para Fernando!

Es posible que la petición de Renault sea simplemente una 'advertencia' o 'presión' a Liberty y la FIA porque el reglamento sobre motores de 2021 debe anunciarse ya –y no parece que haya mucho consenso sobre las reglas– porque el tiempo apremia.

Pero también porque la situación es la que es y Renault no está dispuesta, o no puede, soportar el doble gasto de seguir desarrollando un motor que tiene fecha de caducidad y a la vez desarrollar uno nuevo. Es decir, tener dos equipos técnicos en paralelo, con el desembolso que ello significa. Ello se refleja en el artículo de Ana.

¿Medida de 'presión' para seguir con los mismos motores algún tiempo más y evitar de nuevo gastos de desarrollo de unidades de potencia? Muy posible. Algo que en su día Mercedes hizo sin reparar en gastos, una inversión, dicen, de 500 millones de euros, un 25% más de lo que gastó Ferrari y casi el doble de lo que invirtió Renault, quizás porque subestimaron el potencial de desarrollo de nuevas ideas.

Está claro que, sea sólo presión o sea expresión de una situación, el tema no es baladí. La F1 se juega parte de su futuro en el envite.

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