Repesca en Toro Rosso

Ayer, Red Bull anunció que Brendon Hartley debutará –por fin– en F1 sustituyendo a Pierre Gasly en Toro Rosso o a Carlos Sainz, que salta sobre la marcha a Renault, según se mire. Al final, de acuerdo con Honda, Gasly intentará proclamarse campeón de la Súper Fórmula en Japón. Y Hartley me ha vuelto a traer de recuerdo a Jaime Alguersuari.

Brendon llega por fin de la mano de Red Bull a la F1…. pero con ¡ocho años de retraso! Brendon era, tras Vettel y Buemi, el siguiente hombre de la 'pirámide' que debía acceder a la F1. Pero Jaime Alguersuari le ganó en la F3 británica en la última carrera y contra pronóstico. El español debutaría el año siguiente en F1 a media temporada; le dejaron caer en ella para sustituir a Sébastien Bourdais y Hartley quedaría 'apeado' de la pirámide.

Siempre he tenido la impresión de que Buemi y Alguersuari no merecieron el 'despido fulminante' y prácticamente a traición, a finales de 2011. Para mí Jaime ha sido un gran talento desaprovechado en la F1. Poco comprendido aquí por muchas razones, más viscerales que de otro tipo, pero eso es ahora historia aparte y sin vuelta de hoja.

Aquel año Jaime había sumado 26 puntos, Buemi, sólo 15… pero fueron con diferencia los pilotos que más puntos aportaron al equipo, la mejor temporada del equipo en su historia si exceptuamos aquella increíble victoria de Vettel en Monza.

Pero los planes de Helmut Marko eran otros. Él creía en Daniel Ricciardo, como antes había creído en Hartley. Y aunque el australiano 'falló' perdiendo las World Series ante Mikhail Aleshin, un ex Red Bull, no mermó la confianza de Marko, que acabó ascendiéndolo en decisión salomónica.

Marko debía decidir entre Jaime y Buemi para que dejaran el asiento libre. Difícil elección cuando ambos habían firmado la mejor temporada de la historia de Toro Rosso. Difícil elección cuando cualquiera de ellos podía 'aplastar' el crecimiento de Ricciardo. Buemi ya había cumplido esas tres temporadas que Red Bull da a sus pilotos en Toto Rosso –al menos eso se decía– y Jaime sólo dos y medio. El descarte parecía iba a ser Jaime pero era difícil de explicar porque el barcelonés había sido bastante más eficaz de Buemi, aunque éste era más rápido por lo general en la clasificación. La decisión salomónica, invocar el programa completado y finalizado y dejar vía libre a Ricciardo, ascendiendo a la par a Jean-Éric Vergne.

La 'pirámide' de Red Bull es más que impecable, implacable. Muchos excelentes pilotos han caído 'víctimas' de este despiadada selección. Incluso Carlos Sainz pudo haber caído; quizás no estaría en F1 de no ser porque Vettel decidió pasar a Ferrari y no dejó a Marko más alternativa que subir a Daniil Kvyat al primer equipo, quedando libre un asiento, el del compañero de la 'nueva estrella' del austriaco, Max Verstappen, a quien no quería quemar en el primer equipo en su primer año de F1, segundo en el automovilismo.

Y ahora, con un asiento de nuevo libre, aunque sólo fuera para Japón, una nueva pirueta: repesca, esta vez en el pasado faltos de tener en este momento alternativas de futuro.  Es algo de lo que ya hablamos hace unos días en una entrada de blog sobre Kvyat, Gasly y los designios del Dr. Marko.

Ahora, Toro Rosso correrá en Japón con dos pilotos repescados, Brendon Hartley y Daniil Kvyat. El ruso, subido a toda prisa a Red Bull, descendido a Toro Rosso para dejar paso a Verstappen y 'eyectado' por la falta de resultado para dar paso a Pierra Gasly, ha sido llamado de urgencia, repescado –el contrato no estaba rescindido sino 'congelado'– para cubrir la marcha de Carlos Sainz a Renault. Y Hartley para ocupar por un GP el asiento de Gasly… y quizás llegar a fin de temporada si en Austin –circuito que conoce por su participación en el WEC– lo hace mejor que Kvyat.

El duelo bajo presión de ambos será importante. Dos 'descartados' en busca de una nueva oportunidad, la última. El premio no es ya acabar la temporada sino quizás un asiento para el año próximo al lado de Gasly.

No lo olviden, Gasly es 'el último mohicano', el último piloto de la pirámide Red Bull; tras él, una suerte de vacío. Marko lo sabe. Por eso Sainz está casi como 'cedido' en Renault, con cláusula de repesca por si es necesario, aunque no parece sencillo pensar que Max o Ricciardo decidan cambiar de aires en 2019 o incluso 2020. Pero en F1 siempre es necesario un Plan B.

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