Alonso, McLaren, Toro Rosso y Honda: La cuadratura del círculo

Liberty se ha marcado algunas prioridades. Por un lado, devolver a McLaren y Fernando Alonso al rol, si no de protagonistas absolutos sí al menos al de outsiders de lujo. Es decir, verlos con cierta regularidad luchando por podios y quizás sumando alguna victoria. Los fans de la F1 viven mucho de leyendas y nostalgias.

Y eso pasa por un cambio de motor del equipo de Woking. Sin ello, ni McLaren estará arriba ni Fernando Alonso en un coche competitivo. Es más, quizás el asturiano se irá lejos de la F1, a otros lares, antes de conformarse con ser un simple figurante en un equipo de media tabla, como sería Williams. Y en cualquier caso, está claro que los fans se interrogan cómo es posible que el mejor piloto del mundo –o al menos uno de los tres mejores– no tenga un coche a la altura. Una cuestión que es mejor evitar tener que responder en un momento en el que los fans se hacen muchas preguntas sobre ‘el glamour’ de la F1.

Y también mantendrían así a Honda en la parrilla tras la desbandada de otros fabricantes en los últimos años y las dificultades para atraer a los grandes constructores que, en aras de futuro, prefieren apostar por la Fórmula E, más atractiva por sus presupuestos mínimos en comparación con la Fórmula 1. Tecnológicamente tienen poca miga hoy en día, y tampoco en cobertura televisiva pueden medirse con el Gran Circo, pero la categoría capitaneada por Alejandro Agag es una fantástica herramienta de marketing.

En la F1 actual, donde las sinergias entre equipos son muy limitadas –aunque Haas y Ferrari hayan podido esquivar parte del problema– el reducir el coste de Toro Rosso podría ser interesante para los italo-austríacos. Especialmente si se confirma que Red Bull ya no quiere apostar por su pirámide de formación de pilotos.

Pero hay más aspectos colaterales a tener en cuenta. Para que McLaren rompa con Honda debe encontrar un nuevo motor. Si Honda se retira, hay dos opciones: o uno de los motoristas actuales se aviene a darles motor o la FIA efectuará un sorteo entre los tres restantes para elegir el motorista… Veríamos si este motor sería de especificación 2018 o si los de Woking tendrían que sacar rendimiento de un propulsor '2017'. Pero como Honda quiere quedarse, el reto es encontrar un equipo dispuesto a hacer el trueque con McLaren.

Si este equipo fuera Toro Rosso, incluso podría entrar en la mesa de negociaciones el futuro del Gran Premio de Austria, lo que atañe a Liberty y Red Bull, ya que los austríacos verían con buenos ojos rebajar el coste de su canon.

En el aire están otros detalles como la ruptura de contrato entre McLaren y Honda, que al parecer prevé indemnizaciones millonarias para la parte que decida marcharse. Es algo que ninguna de las partes en el fondo desea, pero que los de Woking no tienen más remedio que buscar desesperadamente, ante un Alonso que no puede permitirse un cuarto año sin cambios radicales.

Es una negociación a muchas bandas y además exprés. Todas estas incógnitas deben quedar despejadas o al menos listas a falta de detalles nimios… en Monza. No queda mucho tiempo para avanzar el diseño del coche de 2018, especialmente si hay un cambio de motor. Tampoco para fabricar motores extra si ello es necesario.

Así que esperamos muchos, muchos rumores, y quizá alguna noticia este fin de semana en Monza. Lo manda la tradición, sí, sólo que esta vez la cuestión no parece concernir a Ferrari, sino a McLaren. En el fondo, lo que buscan todos es la cuadratura del círculo.