Los milagros húngaros

Renault, su equipo entonces, usaba un motor que parecía sobrepasado, aunque el chasis era excelente, tanto el R23 de inicio de temporada como el R23B que apareció en Silverstone con toda la aerodinámica renovada, más de 70 piezas nuevas en este sector.

El talón de Aquiles del conjunto era el motor. Aquel famoso 3 litros, 10 cilindros en V ancha –a 110º–, una arquitectura diferente a lo tradicional con los V10 a 90º. Jean Jacques His se decidió por esta arquitectura para bajar el centro de gravedad del coche pero tenía dos inconvenientes: vibraciones que le impedían muchas veces rendir al máximo, y la anchura hacía que quizás la aerodinámica no pudiera explotar totalmente el efecto suelo y el trabajo del difusor.

Es un poco la situación en la que se encuentra en estos momentos tanto Renault como Red Bull, que posiblemente cuenta con el mejor chasis pero el motor Renault –aunque sea rebautizado oficialmente como TAG Heuer– no está a la altura de Mercedes y Ferrari.

Y decimos esto porque antes de aquella mítica victoria húngara, el Renault había conseguido algunos resultados de relieve, un segundo puesto de Alonso en Barcelona, donde fue la sombra de Michael Schumacher, y dos terceros puestos del asturiano, amén del 3º y 4º de Trulli y Fernando en el rapidísimo Silverstone.

Años después, recordando aquella victoria, Fernando explicó que "hay días que, sin saber exactamente porqué, te encuentras con el mejor coche en pista y eres imbatible. Fue lo que paso en Hungría".

Ahora, 14 años -15 temporadas- después, Fernando Alonso cruza los dedos para una repetición de aquella hazaña, aunque no sueña con la victoria, no; le bastaría con entrar en los 'top 5' –un podio sería ya la repera–, algo que se parecía más a la sorpresa que dio Damon Hill en 1997, hace 20 años.

Hill, campeón en título, había abandonado Williams para firmar con Arrows, uno de los equipos más modestos de la época, disconforme con el trato que le había propuesto Frank Williams para la temporada 97. Hill llegó a Hungría habiendo sumado un solo punto… pero en Hungaroring el Arrows-Yamaha pareció imbatible en carrera; en la vuelta 10 superó al Ferrari de Michael Schumacher y pareció irse en solitario hacia la victoria hasta que en el último giro se quedó sin gasolina y se vio superado por Jacques Villeneuve, debiendo conformarse con la segunda plaza, el único podio de Yamaha en automovilismo y en F1.

O, mucho más recientes, se piensa en 2006. Aquel año, Honda se había hecho con las riendas dele quipo BAR y rebautizado con su nombre.

Seguro que Fernando, McLaren y sobre todo Honda firmarían un éxito así. Aunque fuera flor de un día tendría un valor catalizador para el futuro. Tras un inicio de temporada prometedor, los resultados cayeron en picado hasta Hungría. Ese día, Jenson Button controló la carrera contra pronóstico y se hizo con la victoria. La única victoria de Honda en el periodo 2000-2008, su tercera era en la F1. Flor de un día.

Hungría es un circuito donde el chasis cuenta mucho; sus curvas de baja velocidad ponen el acento en el 'efecto suelo' y el agarre mecánico mientras que el motor apenas va a tope el 55% del recorrido. Para McLaren una prueba capital, la ocasión de 'librarse' del farolillo rojo, incluso la posibilidad de acabar 8º o 7º del campeonato de constructores.

Ya se ve. En Hungría ha habido algunos milagros. En Woking esperan que la 'tradición' se cumpla este año.