El bueno, el feo y el malo (Capítulo 1)

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José M. Zapico
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30 Dic 2016 - 17:40

Hace justo cincuenta años se terminó de rodar 'El bueno, el feo y el malo', western que tras 'Por un puñado de dólares' y 'La muerte tenía un precio' cerraba la llamada ‘Trilogía del Dólar’, la moneda que suele usar Bernie Ecclestone en sus transacciones internacionales.

Han sido doce meses, con sus doce pausas. Te las presentamos de cuatro en cuatro a modo de trilogía virutera:

1.- El campeón paciente. Hace cincuenta años Clint Eastwood, el pistolero tranquilo de nombre desconocido encarnó el triunfo final de las mejores maneras. En la temporada 2016 ese papel le tocó a otro personaje tranquilo pero de nombre bien conocido: Nico Rosberg. En la cinta de Sergio Leone, El Feo lleva a Eastwood al inicio de la historia a morir en el desierto, y al final el moribundo salió victorioso. La etiqueta de segundón otorgada al rubiales, su falta de agresividad, y su aparente conformidad ante los dos arrolladores triunfos previos de su compañero Lewis Hamilton desaparecieron como por arte de magia. A pesar de tener menos victorias, no padecer averías y en general rendir ligerísimamente por debajo del británico, se llevó a su apartamento monegasco su más que merecida corona al acabar con mayor número de puntos. Si el de Hertfordshire se ufanaba de ser el campeón moral, es bueno recordar que este título no conlleva la recepción de trofeo alguno. Concluimos, por ello, que el tricampeón de Stevenage empezará la temporada 2017 como cuando Tarzán se golpeaba el pecho con los puños y gritaba aquello de “aquí estoy yo” en el idioma de los gorilas. Promete.

2.- El punto de giro. Leone tenía un problema: su estrella, Eastwood tenía la cara como esculpida en granito, era poco menos que Buster Keaton. No sabía que hacer para sacarle un gesto. Alguien le dijo: “ponle un puro en la boca, y los gestos saldrán solos”. A realizador italiano le tocó la lotería porque el futuro Harry el Sucio odiaba el sabor del tabaco y ponía cara de asco cada vez que se lo metía en la boca. Ahí nació la leyenda, al introducir un pequeño componente en la historia que lo cambió todo. En la Formula 1 pasó algo similar este año, pero no lo pusieron, sino que lo quitaron al cargarse eso de los tokens. Con buen criterio economicista pero pésimo resultado deportivo escuderías, equipos de trabajo, motoristas, FIA y todo el que quiso meter la cuchara pusieron freno a las desaforadas inversiones para crear motores termonucleares en base a una normas fijas y unos presupuestos móviles. No se trataba de hacer un motor pata negra, sino de hacerlo con ciertas limitaciones, vaya a ser que gastemos más de lo debido. Aquello se acometió como el que agarra un erizo en pelotas y al final todos acabaron pinchándose hasta donde se ponen las vacunas. Renault jodidos con un concepto inamovible, Honda sin poder meterle mano a su fallido desarrollo, Ferrari con dinero y probablemente con ideas pero mírame y no me tokens, y los únicos contentos eran Mercedes haciéndoles cortes de manga al resto desde la torre más alta de su castillo. Metemos un puro de la boca de Toto Wolff, que pone mala cara, y a ver que pasa a hora. Gastar más, pero a ti desde casa te la pela y te lo vas a pasar mejor.

3.- El amigo americano. En el mejor espagueti western de la historia se escucha estas esta microconversación:

—Dios está con nosotros porque también odia a los yanquis.
—Dios no esta con nosotros, porque también odia a los idiotas.

Con los resultados cosechados por HaasF1 se les quedó cara de idiotas a algunos —aunque no lo sean— porque de sorprendente puede tildarse la primera temporada del equipo norteamericano. Nuevos de trinca, sin tradición de Fórmula 1 en su país, sin casi patrocinadores, con un presupuesto no pobretón pero limitado y con ideas absurdas en un principio como montar su base operativa en Carolina del Norte han sabido ganarse el respeto del paddock. En buena lógica un recién llegado lo primero que tiene que hacer es, de entrada, poner cada cosa en su sitio, armar algo que pueda denominarse equipo, montar una infraestructura, no equivocarse con decisiones capitales que determinarán sus resultados deportivos y empresariales, crearse una imagen y el millón de cosas que conlleva armar una escudería de carreras de F1. Quedar octavos, por delante de Renault, Sauber y Manor con 29 puntos es un pelotazo bestial para unos recién caídos en la categoría. Estos fueron capaces de entender que La muerte tenía un precio… pero fue la palmatoria de otros. Muy inteligentes, muy bien gestionados, muy correctamente ayudados por Ferrari y sin aparentes injerencias de Maranello. Dijeron adiós a Esteban Gutiérrez tras no conseguir ningún punto con ellos —lo siento, Guti—, y abrieron la puerta a Kevin Magnussen, que visto desde fuera sale de un equipo de campanillas que consiguió tres veces menos puntos. Llegan refuerzos técnicos así que si no se les atraganta la buena normativa, es muy posible que crezcan.

4.- Por un buen puñado de dólares. Sergio Leone no hablaba inglés y Eli Wallach, el feo de la peli, tampoco italiano, así que entre ellos tuvieron que entenderse en francés. Al menos hubo un idioma común y esto es lo que van a tener que encontrar los nuevos dueños del circo para nadar, y guardar la ropa para que los propios artistas bajo su carpa no se la roben. Los yankees han llegado con un tono muy distinto a los amos anteriores. No piensan quedarse con los pies metidos en la mesa camilla esperando que cada mes les llegue el sobre con la pensión de sus beneficios, sino que han dicho que vienen a involucrarse. Para empezar quieren una F1 más barata y que nadie piense que esta es una jugada amistosa en pro de los equipos, sino que cuando lo sea, el margen de beneficios será mayor. Quieren menos Europa y más Norteamérica y Asia que es donde está el dinero ahora, quieren megafines de semana como la Superbowl, más imagen, más carreras, más cuota de pantalla y más de todo. Si a nivel global el fumbol mueve veinte, el rugby americano cinco y medio, el béisbol cinco y la F1… tres. Saben que hay espacio porque hay dos deportes netamente norteamericanos que ganan casi el doble, quieren crecer y se van a poner manos a la obra con ello. Nadie sabe a ciencia cierta cómo será este deporte dentro de una década, pero ya te digo que va a ganar el doble de dinero. En las sombras se están tocando teclas para que la cifra de negocio vaya a más. Ya hay marcas ajenas al automóvil que quieren entrar, y no es que hayan pedido precio, sino que en previsión de un crecimiento, ya tienen planes. Hay una multinacional que ya tiene puesto su ojo sobre los hombres de rojo. El negocio crecerá, y la Formula 1 lo hará a remolque del dinero.

Fin del primer capítulo. Quedan dos más.

Virutas de Goma
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2 comentarios
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02 Ene 2017 - 10:32

Hola, gracias por pararte a comentar. Er... lo del criterio economicista no es aportación mia sino de equipos, FIA, y FOM. Eso fue lo que dijeron: que limitaban esto para que no se disparase de manera alocada el gasto en desarrollo. He vivido esto dentro de organizaciones deportivas del motor. La potencia bruta es un plus para ganar y en el momento en que abres la mano para que las marcas puedan hacer... hacen. Dinero y recirsos tienes y si se juegan estar delante o detrás, ponen lo necesario para no ser de los segundos. Te recuerdo que hace años fueron barridos de la F1 materiales exóticos en el motor y caja de cambios. No recuerdo cuales pero magnesio, boro, iridio, e incluso hubo unos que quisieron hacer cabezas de pistones con uranio empobrecido. Todo esto se limitó para igualar un poco; equipo con más pasta, más inversión, mejor motor, inalcanzables. El punto dos que observas está muy en línea con lo expuesto... o lo he expuesto mal. Haas nunca alcanzará a Ferrari con sus motores, así que les da igual incluso darles sus mejores productos, no son su competencia. 

02 Ene 2017 - 00:08

Saludos José Manuel! Como siempre un gusto leer tus virutas, más virutas que nunca con las viruteras pinrelli jejejjj. Interesante primera trilogía comparativa entre la ficción cinéfila y la realidad del gran circo. Solo dos cuestiones que entiendo desde mi punto de vista…La primera respecto al congelado reglamento y el “cuenta gotas” de los tokens… no creo que haya sido con “buen criterio economicista”, al contrario, significó desembolsos millonarios por parte de los fabricantes como Ferrari, Renault (gracias al capital de Red Bull-Tag Heuer), y Honda. Es casi ley en la competencia tecnológica de la máxima categoría del automovilismo, cuanto más limitado es el desarrollo, más costosa es la competencia. Comparado con los cronos, las últimas décimas son las que más cuestan, en las que más se invierte, las más difíciles de resolver…Como daño colateral del estúpido reglamento que parió la fia y su presidente “catrasca” todt en 2014, no hubo fabricante interesado en ingresar a F1, ha sido como un “vade retro” para las grandes marcas. Veremos a partir del cambio reglamentario si se animan…El otro tema es Haas, entiendo que si no hubiesen tenido la UP de Ferrari “casi pata negra”, no habrían sumado ni la cuarta parte de los puntos que lograron en los primeros compases del campeonato, pues una vez que quedaron liberados a su propia suerte con la evolución del auto, pasaron a ocupar su lugar natural dentro del último pelotón de los equipos. Veremos (II) a partir de su segundo año, cómo compatibilizarán su filosofía de negocios en la F1 (admitido por el propio jefe) con los resultados, pues el único “negocio” en el gran circo para un equipo nuevo es el éxito, de lo contrario pasa por mucha pasión y más paciencia…Un saludo estimado José!

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12 Abr 2024 - 17:25