El WLTP eleva un 48,4% la cuota media del impuesto de matriculación

El pasado 1 de enero entró en vigor de forma definitiva el nuevo protocolo de homologación de consumo y emisiones para los vehículos, denominado WLTP. Éste, más realista y exigente que el anterior NEDC –y que la relación entre ambos utilizada durante la moratoria concedida por el Gobierno desde hace dos años–, ha tenido su efecto directo en el impuesto de matriculación. El gravamen se fija para aplicar sus tramos impositivos precisamente en las emisiones de dióxido de carbono oficiales, de tal forma que la gran mayoría de vehículos nuevos se han visto afectados. Algunos que estaban exentos han saltado al primer tramo de pago –hay tres además de la exención, del 4,75%; 9,75% y 14,75%– y así sucesivamente. El resultado durante el mes de enero ha sido devastador. La cuota media que han tenido que abonar los compradores por este concepto ha crecido un 48,4% respecto al mismo período de 2020.

Durante el primer mes del año pasado la media abonada por los compradores de coches nuevos en concepto de impuesto de matriculación fue de 408 euros, mientras que en el presente ejercicio ésta ha sido de 792, según datos de la Agencia Tributaria recogidos por Europa Press.

La llegada del WLTP y su correspondiente reflejo en el precio medio de los coches, que es del 5%, ha hecho que las ventas durante el mes de enero de 2021 hayan caído estrepitosamente. Las matriculaciones de turismos y todoterrenos se hundieron un 51%. Esto ha tenido otra consecuencia, y es que lo recaudado por el Gobierno a través del impuesto de matriculación también ha descendido. De los 41,02 millones de euros de enero de 2020 se ha pasado a 34,33 millones este año, un 16,3% menos.

La mencionada subida del 5% del precio de los coches se traduce en algo más de 1.000 euros por unidad según los datos registrados en enero. La media de precio del vehículo nuevo en España se sitúa hoy en día en 20.026 euros. Además, las emisiones medias homologadas de estas nuevas unidades es de 128 gramos de CO2 por kilómetro recorrido, un 11% más que durante el pasado ejercicio cuando el WLTP aún no se había desplegado con todas las consecuencias.