Volvo suaviza su salto al coche eléctrico por la falta de demanda

Jim Rowan, director ejecutivo de Volvo Cars y Björn Annwall, director comercial, lo confirmaron así a los concesionarios. Rowan dijo que su marca no iba a ser "dogmática sobre sus ambiciones para 2030".

El anuncio se hizo coincidiendo con la renovación del XC90, el crossover de gran tamaño de la marca, y del EX90, que además fue aprovechada para anunciar un ambicioso plan de nuevos lanzamientos, nada menos que 24 productos en dos años Durante los próximos ocho años, cada año debe lanzar un modelo nuevo y una actualización profunda de un modelo ya existente, lo que viene a conocerse como ‘renovación de mitad de vida’.

A estos dos modelos presentados, seguirán muy rápido el crossover eléctrico de tamaño medio, el EX80 y el ES90, crossover híbrido enchufable, con gran autonomía. También están en proyecto el crossover eléctrico de tamaño mediano EX60, el sedán ES90 y un nuevo crossover híbrido enchufable de largo alcance; deberían llegar el próxima año.

“Entendemos que muchas personas no están preparadas o no pueden adoptar plenamente los coches eléctricos en este momento “Quizás sea porque sienten que la infraestructura de carga o la velocidad de carga aún no están a la altura. Quizás sea porque les preocupa la autonomía. Quizás sea simplemente porque la idea de cambiar a la propulsión eléctrica después de décadas de conducir un motor de combustión interna es un gran paso”, ha dicho Rowan.

Volvo no renuncia a la electrificación, pero entiende que los planos inicialmente marcados no son realistas. No se trata de un problema industrial o de fabricación –recordemos que Volvo es en la actualidad propiedad del grupo chino Geely– sino de la ‘terca realidad comercial’. “Lo más importante es ofrecer productos que nuestros clientes desean. Estaremos listos para pasarnos a vehículos totalmente eléctricos en esta década, pero si el mercado, la infraestructura y la aceptación de los clientes no están ahí, deberemos aceptar que la transición dure unos años más”.

En otras palabras, una cosa es lo que los gobiernos quieren y desean, otra lo que los clientes están dispuestos a comprar. Las divergencias entre ambos supuestos son notables todavía. Se ha demostrado por la ralentización de la demanda de coches eléctricos que no se corresponde con el aumento de la oferta.

La decisión de Volvo no ha sorprendido. Ford y GM han modificado asimismo sus políticas de lanzamiento e incluso ralentizado la producción de algunos modelos eléctricos que inicialmente parecían destinados a tener un papel protagonista del mercado pero que tras un ‘boom’ inicial han sufrido un declive importante en la demanda.

La maniobra de Volvo es clara. Los beneficios y supervivencia de cualquier empresa pasa por ofrecer productos que sean interesantes para los clientes. Los nuevos productos que lanzará Volvo “responderán exactamente a lo que los compradores de automóviles de lujo están buscando ahora y querrán el futuro. Solo estamos calentando motores", dijo Michael Cottone, presidente de Volvo USA y Canadá.