Volkswagen prorroga la vida del e-Golf

La decisión de la marca germana es casi obligada ante la necesidad de posponer el lanzamiento del ID.3, su primer automóvil concebido como exclusivamente eléctrico a causa de problemas graves de software.

Pero además viene avalada por las buenas ventas del e-Golf. Recordemos que en diciembre del pasado año pasado, Volkswagen celebró la venta de 100.000 unidades del e-Golf, mientras que los datos de febrero son halagüeños: casi 3.700 vendidos en Europa, lo que le coloca poco más de 200 unidades por encima del Tesla 3, aunque legos del Renault Zoe, que ha superado las 6.400 unidades.

Para Volkswagen, ofrecer un eléctrico 'popular' es básico para hacer frente a las normas sobre emisiones de CO2 de la Comunidad Europea que han entrado en vigor este año. Como se sabe, la media de emisiones de CO2 de los vehículos de un fabricante no debe superar los 95 gramos/kilómetro y la desviación sobre este objetivo supone una durísima multa en función del número de vehículos fabricados y los gramos de desviación.

La forma más rápida y seguro de hacer frente a dichas norma es el ofrecer una gama eléctrica, vehículos de 0 emisiones. Y a falta del ID-3, la única solución es disponer del e-Golf para apoyar al otro modelo eléctrico de la marca, el e-UP, de tamaño más pequeño, esencialmente urbano.

Recordemos que el e-Golf se basa en el Golf 7 y no adaptará la base del nuevo Golf-8, ya que no estaba prevista una versión eléctrica del mismo sino una híbrida recargable, el Golf GTE.

Según el portal especializado en vehículos eléctricos Electrek los primeros ID.3 1ST serán entregados en verano, inicialmente a personal de la marca y después, paulatinamente, comenzarán las entregas a clientes. La producción del ID.3 ha comenzado ya, a ritmo bajo, que irá aumentando paulatinamente, con objeto de intentar entregar las 30.000 unidades del 1ST, antes de finalizar el año.