Seat Ibiza: historia de sus cuatro generaciones

El Seat Ibiza de primera generación estaba diseñado por Italdesign, a cuyo mando estaba Giorgietto Giugiaro, además de contar con la asistencia de Karmann y de Porsche, introduciendo los motores System Porsche en el Ibiza y en otros modelos de la marca. Se presentó en el Salón de París, y llamó la atención del público inmediatamente: pese a su tamaño, era bastante amplio en el interior, y el diseño –que tenía las líneas del que debería haber sido el nuevo Golf, pero que Volkswagen rechazó– era novedoso para la época.

Contaba con tres motorizaciones gasolina de 1.2 y 63 caballos, 1.5 de 85, y 1.5 con doble carburador de 90 caballos, además de un Diesel de 1.7 litros y 55 caballos. El coche estuvo en el mercado hasta 1993, sufriendo algunos retoques estéticos y de motor, puesto que en 1988 se introdujo un motor de 100 caballos –el Ibiza SXI–, otro de 903 centímetros cúbicos, y una evolución de System Porsche que llegaba a los 105 caballos, además de introducir los catalizadores.

En 1993 nació la segunda generación del Ibiza. Ya formando parte la compañía del grupo Volkswagen, este nuevo Ibiza compartía la plataforma del Polo. El diseño fue encargado nuevamente a Giugiaro, y el resultado volvió a ser llamativo y equilibrado, pero mucho más redondeado. A lo largo de su vida, que llegó hasta 2002, tuvo varios retoques estéticos.

Las motorizaciones se ampliaron notablemente, pero destacan dos: el Diesel TDI de 1.9 litros y 90 o 110 caballos, que era el primer coche de su segmento con inyección directa y turbocompresor; y la llegada del mito, porque en 1997 nació la versión CUPRA con un motor 2.0 litros de 16 válvulas que producía la brutal cifra de 150 caballos, que tuvieron que contener porque iba a salir el Golf VR6, y no podía tener más potencia que el buque insignia de la matriz. Más tarde SEAT fabricaría el Cupra 2, que sólo cambiaba en detalles estéticos, aunque en 1999 sí que se subió la potencia a 156 caballos.

En lo deportivo, Seat ganó en 1996, 1997 y 1998 en campeonato del mundo de Rallys en la categoría F2, lo que motivó el paso a la categoría WRC con el Córdoba. Por su parte, Jean-Louis Schlesser tomó como base el Ibiza para fabricar su buggy con el que compitió en el Dakar de 1996/1997.

Llegó entonces 2002, y vimos el nacimiento de la tercera generación del Ibiza. En esta ocasión, fue Walter da Silva, recién fichado por Volkswagen de Alfa Romeo, el que diseñó el modelo, y quizás por ello muchos vean ciertas semejanzas con el italiano 147. El nuevo Ibiza era mucho más agresivo, con nervaduras que dotaban al coche de un aspecto más marcado. Seguía compartiendo plataforma con el Polo.

Sin embargo, es el Ibiza más breve de la generación, porque en 2008 fue sustituido por el actual, la cuarta generación, que fue presentado en el Salón del Automóvil de Ginebra de 2007. El diseño se debe a Luc Donckerwolke, que había llegado a VAG procedente de Lamborghini. Es curioso que los Ibiza hayan tenido siempre grandes diseñadores tras sus líneas.

Se trata de un modelo que toma como base a su antecesor, pero acentúa el aspecto deportivo y los ángulos del coche. Tuvo un ligero rediseño en 2012, y ya está tocando a su fin, tal y como hemos podido comprobar en esta web, al ver al Ibiza de quinta generación camuflado rodando por las carreteras.

Ibiza es un nombre que sólo trae alegrías a Seat. Es el modelo más vendido de la marca en toda su historia, con más de 5’4 millones de unidades vendidas en todo este tiempo. El nuevo modelo, además de una imagen atractiva, seguro que mantiene el listón tan alto que el Ibiza es para la marca de Martorell.