Relojes fabricados con coches reciclados: tu regalo de Reyes

Se trata de ejemplares fabricados a mano y compuestos con mucho mimo a partir de materiales que, en otra vida, fueron parte de los modelos más icónicos de la automoción a escala global. Para ello, Mygh y Kamstrump visitan juntos desguaces de todo el mundo en busca de coches clásicos que transformar en relojes únicos con precios que parten de 1.200 euros, si bien hasta ahora sólo existen tres colecciones permanentes elaboradas a partir de Ford –P-51–, Porsche –901– y Mini –Mark I– reciclados.

La personalización de cada equipo llega hasta el punto de que el propietario de uno de estos automóviles puede donar sus piezas para crear un nuevo reloj a partir de ellas bajo demanda especial. Sin ir más lejos, el vigente campeón del mundo de drifting, Vaughn Gittin Jr., normalmente viste su muñeca izquierda con un REC de fibra de carbono procedente del Mustang RTR Spec 3 que le llevó a la victoria en las World Drift Series –una bestia de 700 caballos que entrega toda su energía al eje trasero–.

"La mayoría de gente, cuando visita un desguace, sólo ve montones de metal, los fantasmas de lo que en otro momento fueron vehículos. Nosotros vemos algo completamente diferente: el alma de un coche y una historia que necesita ser contada", ha comentado Christian Mygh, uno de los cofundadores de REC Watches. "A decir verdad, no estamos desguazando automóviles sino devolviéndolos a la vida en forma de reloj, lo cual conserva el espíritu de ese Mustang, 911 o Cooper”, ha asegurado.

Además, con el propósito de garantizar la máxima customización, REC Watches averigua concienzudamente el pasado de cada vehículo. Así, no es extraño ver a sus creadores hablar con quienes, en su día, fueron los propietarios de esas joyas sobre ruedas, recopilar anécdotas e imágenes de anteriores etapas de la unidad en cuestión e incorporarlas a un vídeo personalizado que el cliente recibe junto a su reloj; por supuesto, éste luce el número de serie del coche y su año de producción.

En cuanto al diseño, cada ejemplar incorpora detalles que representan el lenguaje estético de aquellos clásicos. Por ejemplo, en el caso de la serie P-51, se ha incluido una aguja que, aunque sirve para medir el nivel de batería del reloj, se asemeja al contador de combustible que equipaban los Mustang de los años 60, por no hablar de los números que imitan el estilo caligráfico que, en otro tiempo, indicaron la velocidad. Quizás un reloj no sólo muestra la hora, sino que también explica quién eres.

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