Rally México 2020: turno para Dani Sordo

La prueba mexicana es una de las más especiales del año. Se trata de un rally de tierra poco habitual, con una infinidad de 'trampas' y donde la altitud juega un papel fundamental. La media sobrepasa la barrera de los 2.000 metros sobre el nivel del mar, lo que supone una pérdida de potencia del 20% aproximadamente y obliga a los pilotos a modificar su estilo de pilotaje.

Esto, unido a las altas temperaturas, es sinónimo de que la mecánica sufre considerablemente y la fiabilidad pasa a ser uno de los factores más importantes de cada vehículo. Thierry Neuville aún recordará la edición de 2014, en la que una cerveza –otorgada en el Power Stage por el patrocinador de la prueba– salvó su podio que estaba en peligro por una fuga en el sistema de refrigeración de su Hyundai.

Si echamos un vistazo al baúl de los recuerdos, decía que es ‘territorio Séb’ porque tanto Sébastien Loeb como Sébastien Ogier son los dos pilotos más laureados en territorio mexicano: el piloto alsaciano –que no corre esta vez– con seis victorias y el actualmente enrolado en las filas de Toyota con cinco.

Así, el evento mexicano, conocido históricamente por su dureza y los golpes de teatro –la rueda arrancada de Loeb en 2005, el famoso TiTänak…–, consta en esta ocasión de 24 especiales repartidas en cuatro jornadas de competición, entre las que suman una distancia total de 947,29 kilómetros, de los cuales 325,28 serán cronometrados.

La acción comenzará el jueves con un Shakedown de algo más de cinco kilómetros y medio, antes de llevar a cabo su tradicional y colorida ceremonia de salida. Más tarde, esa misma noche, los pilotos afrontarán las dos primeras superespeciales del rally en las peculiares calles de Guanajuato.

El verdadero ‘fuego’ llegará de la mano del viernes, con la etapa más larga del rally. Ésta ha sido diseñada con varios platos fuertes, como El Chocolate, Ortega y Las Minas –dos pasadas a cada una–, además de otras cuatro superespeciales. En total serán más de 135 kilómetros contra el crono el viernes.

Pero el sábado tampoco se queda atrás. Otras dos pasadas a tres recorridos conocidos, como son Guanajuatito, Alfaro y Derramadero, combinarán con tres superespeciales que suelen tener buena acogida por parte del público mexicano. Otra etapa asfixiante que superará los 130 kilómetros cronometrados.

Y, como ‘postre’ para el siempre durísimo Rally de México, la organización ha reservado el monstruoso Otates –el tramo más largo, de 33,61 kilómetros cronometrados–, además de una pasada por el recorrido de San Diego y otra por el archiconocido El Brinco, que fungirá como Power Stage y otorgará puntos extra a los cinco pilotos más rápidos.

Por supuesto, para la ocasión, las marcas trasladarán todo su ‘arsenal’. En Toyota, tanto Sébastien Ogier como Elfyn Evans están ansiosos por pelear por una victoria, pero Hyundai desembarcará en México sin tener que abrir pista y, sobre todo, con Ott Tänak y Dani Sordo en buenas posiciones de salida.

Una posición de salida que, en este tipo de rallies, suele ser crucial. En principio, Elfyn Evans debería sufrir considerablemente en la jornada del viernes –para más inri, la más larga–, aunque tampoco lo tendrán fácil Thierry Neuville y Sébastien Ogier. Los que vienen por detrás, ante una gran oportunidad.

Pero la posición de salida no es el único factor a tener en cuenta. La extrema altitud supone una considerable pérdida de potencia y, a su vez, también de carga aerodinámica. El piloto que sepa adaptarse mejor a las condiciones y sortear todas las ‘trampas’, tendrá casi garantizado un buen resultado… siempre y cuando aguante la mecánica, que también sufre.

En cuanto a la lista de inscritos de WRC2, los pilotos de Hyundai –Nikolay Gryazin y Ole-Christian Veiby– se verán las caras con Pontus Tidemand y su Skoda Fabia R5 Evo. Por otro lado, la categoría WRC3 animará la competición con pilotos de la talla de Benito Guerra, Marco Bulacia, Oliver Solberg.

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